Último gol de Tomás Boy en México fue en un Clásico Regio
El Jefe falleció el pasado 8 de marzo y este sábado en El Volcán, el club felino le hará un homenaje.
El pasado 8 de marzo, un día después del aniversario 62 de Tigres, Tomás Boy falleció dejando un hueco en el futbol mexicano, pues se trató de uno de los mejores futbolistas no sólo de los felinos, sino de todo el país.
Y de cara a una nueva edición del Clásico Regio, vale recordar que el último gol del Jefe en territorio azteca fue precisamente en un duelo entre Rayados y Tigres, el famoso gol 104 con el que marcó un récord que permaneció imbatible durante poco más de 31 años.
Boy llegó a la UANL en 1975 y permaneció en el club hasta 1988, siendo en todo ese tiempo la gran figura del equipo y un verdadero líder, por lo orgullosamente sus compañeros le decían 'El Jefe'.
Tomás no era un delantero, jugaba de mediocampista y por ende, que haya convertido tantos goles tiene mayor mérito, pues en muchas ocasiones él mismo se creó las jugadas para anotar.
Su último gol y a Pilar Reyes
Fue el 7 de mayo de 1988 cuando Tomás Boy anotó en el Estadio Tecnológico, se trataba de la Edición 33; sin embargo, su anotación no evitó la derrota de los felinos.
La diana cayó faltando sólo siete minutos para el silbato final, esto en un elegante cobro de tiro libre, venciendo a otra leyenda de Tigres, Pilar Reyes, quien en ese entonces ya vestía el uniforme de la Pandilla bajo los tres palos.
Ese tanto no fue el último de su carrera, pues después de Tigres estuvo una temporada con San José de la MLS, retirándose ese mismo año, en 1988.
Gignac llegó para superarlo
André-Pierre Gignac arribó a Tigres en el Apertura 2015 y prometió trascender, y lo cumplió; el 23 de mayo empató la marca de los 104 goles de Boy, anotando en la Ida de la Final del Clausura 2019 ante León, en el Estadio Universitario.
Mientras que el 4 de agosto ante Pumas, el Bomboro hizo el 105 con el que dejaba atrás la marca que por más de tres décadas nadie había podido superar.
Irónicamente, fue Rayados quien le daría la oportunidad de dirigir en Nuevo León, esto en 1997-1998, y no Tigres, escuadra que jamás tuvo a Boy en el banquillo; sin embargo, entre él y la afición siempre se mantuvo un 'matrimonio' inquebrantable.