Guillermo Ochoa en GQ: Del Clembuterol a Europa, ser figura en Mundiales y su vuelta a América

En entrevista para la prestigiosa revista, el arquero mexicano reveló a detalle su aventura europea, las dificultades y su nueva etapa con las Águilas.

Guillermo Ochoa en GQ:

El regreso de Guillermo Ochoa al futbol mexicano es sin duda uno de los acontecimientos más importantes en el medio del 2019. Uno de los máximos ídolos y referentes de la Selección Mexicana de todos los tiempos volvió al América, al club de sus amores, luego de 8 años en Europa, con buenas y malas experiencias, pero sobre todo mucho aprendizaje.

Ahora, el Memo que volvió es un hombre más maduro. Padre de familia, es esposo y guardameta del equipo más mediático de la Liga MX, situación complicada de llevar, pero que asume como referente que es del balompie azteca.

En entrevista para la revista GQ, Ochoa habló de todo. Su ida de México, el escándalo de Clembuterol, los equipos en los que pudo jugar y al final no se dieron: Selección, América, carrera, retiro, familia y demás.


A continuación la charla completa con GQ:

LA VIDA EN EUROPA; FRANCIA, ESPAÑA Y BÉLGICA

En la Isla de Córcega, veía el mar. Por la tarde, me encantaba ver el sol sobre la isla de Mezzu Mare, una de las llamadas islas sanguinarias. Era hermoso. Después, en Málaga, veía una palmera muy grande, y detrás de ella, el océano. Paz total. En Granada, vivía en un fraccionamiento en un campo de golf y miraba desde ahí palacios del recorrido de la Alhambra y el campo. Y en Lieja, en la ventana, estaba el río Mosa y, enfrente, esas bellas casas típicas belgas.

Bueno, arranquemos. Esta historia, la de Memo y Europa, comienza con un alimento contaminado que cambió para siempre tu destino y terminaste en una isla de Francia.

¿POR QUÉ EL AJACCIO?

No tenía información alguna del equipo en mi cabeza cuando me dijo mi agente (Jorge Berlanga) de la llamada. Y de la ciudad, tampoco tenía muchos referentes. Alguien me dijo en los primeros minutos que de ahí era Napoleón Bonaparte. Así que pasé de la CDMX a una ciudad de 70 mil habitantes y, en lo personal, me ayudó bastante. Me hacía falta salir del ruido, del agobio de la urbe y del día a día de estar en un club como América. Empecé de nuevo a reflexionar acerca de mi relación con el futbol, con la prensa y los espectadores. En pocas palabras, me relajé como ser humano a mis 26 años y era muy necesario. Mi recorrido diario era el paseo marítimo y las costas de Ajaccio, con una calma y tranquilidad que no sabía disfrutar. En 10 minutos, cruzabas toda la ciudad y, además, los campos de entrenamiento están encima de una montaña desde la que observas toda la bahía, y el estadio tiene una parte sin grada para respetar la vista al mar. Fue un cambio radical de estilo de vida.

DE LA VITRINA DEL AMÉRICA AL HUMILDE AJACCIO ¿CÓMO FUE LA ADAPTACIÓN?

Como futbolista, he vivido mucho y entre eso las dos caras de la moneda, y, finalmente, lo agradezco porque tengo un panorama del futbol muy completo. Tengo ambas perspectivas y en Europa aprendí a reenfocar lo que pensaba de este deporte y lo pude hacer porque le di tranquilidad a mi vida. Me alejé de las redes sociales y me puse a trabajar comprometido con mi nueva realidad

EL DÍA QUE LE DETUVO TODO A ZLATAN Y CAVANI CONTRA EL PSG; ¿EL MEJOR JUEGO DE SU CARRERA?

No, no creo, pero sí entre los tres primeros más importantes. Cuando vas a jugar contra el PSG siendo el Ajaccio, sabes que vas a sufrir y que te llegarán balones por todos lados. Se trata de un equipo top 10 del mundo y no puedes negártelo o ignorarlo. Ese día me salió todo bien y sin duda fue un parteaguas de la perspectiva que los franceses tenían de mí y mi trabajo. En la liga se dieron cuenta de mis capacidades ese día, ya que los resultados con Ajaccio no me ayudaban mucho. Y ese partido me dio confianza en mí y a la prensa también.

SU TARDE MEMORABLE ANTE BRASIL 

Sí, es el más importante de mi vida. Hay un Memo Ochoa antes de ese partido y uno después. Muchas personas ya sabían lo que podía lograr, pero después de ese evento vino un reconocimiento a nivel mundial. El resultado fue un 0-0, pero un 0-0 a favor de Memo. Hay veces que sabes que si un jugador tiene un mal partido y anota de todos modos, se hablará de él. Pero como portero, puedes dar un gran juego y aun así, recibir un gol y ser crucificado, así que valoré mucho que el resultado de ese encuentro se me atribuyera en gran parte. Imagínate, un Mundial contra Brasil y en su casa… Vi periódicos de China y Europa, y hasta vi por primera vez mi nombre en el Medio Oriente. Se habló de ese juego en cada rincón y la foto era la misma: yo atajando. Ahí creo que el mundo del futbol supo quién era Guillermo Ochoa.


MÁLAGA PARECÍA UN SUEÑO Y TERMINÓ COMIENDO BANCA

Cuando escuché la oferta del Málaga me emocioné. Era un equipo que traía una gran plantilla con elementos como Roque Santa Cruz y Samu Castillejo, y habían tenido una buena participación en la Champions, así que me sentía ilusionado. Era un equipo estable en una gran ciudad y en una liga espectacular. Así que tomé la decisión, junto con los directivos del conjunto, y al arribar, las cosas tomaron otro rumbo. Me dijeron que Javi Gracía, el entrenador, había dado el aval, pero es común que en Europa las contrataciones lleguen a través de los directores deportivos, así que al llegar, se me complicó mucho, ya que no me dieron la oportunidad en ningún momento de pelear por el puesto como titular.

LA DECISIÓN DE VOLVER A MÉXICO

No todo sale como lo planeas ni todo es de colores. Tienes que aprender a llevar tu crecimiento y madurez. En México, se vive en una esfera donde creemos que Europa y el mundo nos ven y no nos ven. Los mexicanos en Europa, por nivel futbolístico, estamos lejos de que se nos dé el valor que se les da a otros países. Así que yo aprendí a aguantar, por la mala. Málaga es una gran ciudad para vivir y eso ayudó mucho para la tranquilidad y para seguir enfocado en conseguir otro objetivo en Europa.

GRANADA: EL ARQUERO QUE MÁS PARA, PERO EL QUE MÁS GOLES RECIBE

A veces en el futbol la valoración es individual, pero el proceso no. No creo que haya un equilibrio en la posición de portero. En Granada, cambiaron cuatro veces de entrenador ese año y a pesar del fracaso la afición me valoró y mostró cariño. Otra dualidad porque hay buenos recuerdos de mí en la ciudad a pesar de no lograr el objetivo. Estoy satisfecho internamente pese a lo que sucedió. Granada es un lugar espectacular para vivir y la afición lo es más, así que eso ayudó mucho.

¿POR QUÉ BÉLGICA?

Terminé mi préstamo con Granada y quedé libre. Se viene un verano donde hago Copa Confederaciones con México y se abren posibilidades. Pero de nuevo era el tema del pasaporte. Yo tenía el gusanito de estar en competencias europeas, y Standard pelea arriba y eso me ilusionó. Ya hablaba francés, ya que en Córcega tomaba clases con una maestra italiana y así se me facilitó jugar en Bélgica. El entrenador Ricardo Sa Pinto me da su confianza y la titularidad, y me presenta un gran proyecto para regresar a los primeros lugares a Standard. Personalmente, también quería que mis hijos tuvieran el idioma francés en sus vidas y que vivieran esa experiencia. Los rumores, al final, no son nada, pues uno sabe claramente cuáles son sus opciones reales sobre la mesa, y con Standard estaba contento con lo que ofrecían.



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