Hugo Sánchez y el recuerdo del Bicampeonato de Pumas en 2004
Considerado como el mejor futbolista mexicano de la historia, Hugo Sánchez se formó en el Club Universidad donde logró dos títulos como jugador y dos más como DT.

De los campos de Ciudad Universitaria surgió un futbolista único en la historia del futbol mexicano: Hugo Sánchez. De talento inigualable y mentalidad de acero, el delantero universitario pronto fue conocido como "El Niño de Oro". Además de ganar dos títulos como jugador, su trabajo como técnico lo llevó a dirigir al primer bicampeón de torneos cortos.
Hugo contribuyó con sus goles a que Pumas ganará los títulos de 1976-77 y de 1980-81. Como una gran figura se fue a España donde terminó de construir su leyenda, primero con el Atlético de Madrid y luego con el Real Madrid.
Entonces surgió el gran Pentapichichi, quien luego de colgar los botines regresó a casa como entrenador para darle al Club Universidad un bicampeonato histórico en 2004. Ya han pasado 20 años de esos títulos y en entrevista, el artífice del bicampeonato recordó su carrera y esos dos títulos que le regresaron a Pumas la grandeza.
Hugo, tu historia con Pumas se puede dividir en dos etapas igual de exitosas, la del futbolista y la del entrenador. ¿Cómo fue tu regreso para romper una sequía de 13 años sin títulos de Liga?
“Fue un largo recorrido del 81 hasta 1997, cuando me retiré en el partido que me hizo el Real Madrid en el Santiago Bernabéu ya había empezado a prepararme como técnico, aunque me hubiera encantado retirarme con Pumas y ese dolorcito se me quedó en el corazón, pero obviamente no afecta el cariño y el amor que le tengo. Además, agradezco a Pumas el haberme dado la confianza, porque yo quería hacer algo similar a lo que hice como jugador, entonces la idea no era ganar solo dos títulos, era ganar cinco, algo parecido a lo que hice con el Real Madrid”, platicó Hugo en entrevista para Mediotiempo.
“Esa etapa inició de una manera prometedora cuando Juan Ramón de la Fuente, el rector (de la UNAM), en ese entonces, me dio la oportunidad de regresar y me dijo ‘este año es especial porque Pumas cumple 50 años de aniversario y me gustaría que saliéramos campeones’. Fue un reto importante y en esa Final con Chivas yo estaba completamente seguro que íbamos a ganar y fue un festejo por todo lo alto”.
También ganas el trofeo Santiago Bernabéu, ¿Qué tan simbólico fue para ti?
Sí, fue una historia muy bonita. En un entrenamiento recibí una llamada de mi amigo Emilio Butragueño para invitarnos. Yo estaba tan ilusionado y convencido que no dudé en aceptarla, pero necesitaba tiempo para preparar a todos para ese partido y conseguí que nos dejaran ir 10 días antes; hasta me los llevé a un partido de la UEFA del Real Madrid que jugaba en el Santiago Bernabéu porque quería que mentalmente se ubicaran en donde íbamos a jugar y que no les impactara.
“Cuando veíamos partidos de Europa, les preguntaba a los jugadores ‘¿creen que hay mucha diferencia entre el futbol de Europa y el futbol mexicano?’ Y todos me contestaban que sí hay mucha diferencia, y les dije que no es tanta, que todo es cuestión de mentalizarte y de prepararte para poder estar al mismo nivel. Fue un partido especial, ganar al Real Madrid y ese gol de Israel Castro será el más importante de su vida y no solamente para él, sino para todos fue un día histórico”
¿De ahí siguió la inercia para el Bicampeonato en diciembre de 2004?
“Luego de la motivación que recibimos por ganar al Real Madrid, regresamos para el bicampeonato, llegamos a la gran Final contra el Monterrey y nos tocó de visitante en esta ocasión. Entonces ese partido fue muy tenso, de mucha responsabilidad y fue una labor más difícil porque encima ganamos de visitante, y eso honra más la victoria. Pumas fue el primer equipo en los torneos cortos que consiguió el Bicampeonato y eso queda ahí también para el recuerdo”.
La historia del gran Hugo Sánchez
¿Cómo llegaste al Club Universidad?
“Mi llegada a las fuerzas básicas de Pumas fue influenciada por mis hermanos Héctor y Horacio, ellos jugaban en las fuerzas básicas de Pumas y toda la familia íbamos a verles jugar sábado o domingo; Héctor era el que metía los goles y mi hermano Horacio era portero y los detenía. Eran mis referentes, yo quería ser como ellos y jugar en Pumas. Cuando terminé la primaria mis padres me dieron la oportunidad porque yo vivía en la Jardín Balbuena y para ir hasta Ciudad Universitaria me quedaba muy lejos, tenía que agarrar dos autobuses y con menos de 11 años pensaban que era mucho riesgo”.
¿Cómo recuerdas tu debut?
“Todo va con base a los sueños y yo de niño tenía muchos sueños. Mis hermanos se hicieron profesionales de Pumas; yo deseaba hacerme profesional, pero antes tenía que hacer méritos y demostrar mi calidad. Mi hermano Horacio fue a los Juegos Olímpicos de Múnich en el 72 y se me metió en la cabeza querer ir a los Olímpicos, entonces me preparé para ir a Montreal en el 76 junto con mi hermana Linda, que fue gimnasta en esa Olimpiada.
“Después de los Olímpicos llegué a un acuerdo para firmar con Pumas y mi debut fue soñado: recuerdo que jugamos contra Tigres, estaba en la banca desesperado porque pensé que después de mi paso por la Selección Olímpica podría ser titular, pero había grandes jugadores en la delantera. Entré en el segundo tiempo, íbamos empatados y me dio tiempo de ponerle un pase a Cabinho, que metió el gol del triunfo y me dio mucha ilusión”.
En tu primera temporada, Pumas logra su primer título de la historia, fue una agradable coincidencia…
“Sí, fue una coincidencia maravillosa. Un equipo tan importante como Pumas le hacía falta ganar un título que nos diera ese premio para la calidad, el esfuerzo, la garra, el espíritu y todos esos valores que tiene Pumas; tuve la fortuna que mi primer año como profesional conseguimos el primer título de Liga en la temporada 76-77; recuerdo el partido Final contra la UdeG en el Estadio Azteca, afortunadamente ganamos y estuve a punto de meter un gol de chilena, pero fue fantástico”.
¿Cómo viviste el segundo título, porque ya eras la figura de Pumas?
“Tuve que esforzarme mucho para hacerme de la titularidad y lo que yo quería era ganar más títulos. En el 81, que fue mi quinto año, era también el último para terminar mi carrera como odontólogo; estuve en las mañanas entrenando y luego por la tarde me cruzaba Insurgentes para ir a la Facultad, fue mucho esfuerzo, pero ese mensaje que me dio mi madre me bastó para entender que necesitaba tener educación como un respaldo importante.
“También esas giras que hice previo a los Juegos Olímpicos me ayudaron muchísimo para poner la mira de que yo quería jugar en Europa porque ahí se concentran los mejores futbolistas del mundo. Desde niño quería ser uno de los mejores delanteros del mundo y le hice una promesa a mi padre que un día le dijo a sus compadres en una reunión: ‘este niño va a ser el mejor jugador de la historia de México’. Lo dijo tan contundente que se me quedó tan grabado que en mi interior me decía, ‘verás cómo no te voy a fallar’. Afortunadamente en el 81 fue un año brillante porque ganamos el segundo título con Pumas y fue una despedida muy bonita, soñada, porque esa Final con Cruz Azul sirvió para cumplir mi sueño de ganar más títulos, de terminar mi carrera de odontólogo y que me iba a Europa”.
Cuando escuchas la palabra Universidad y Pumas, ¿Qué es lo primero que viene a tu mente?
“Pumas… podría decir que es el equipo de mi vida en México, y el caso de la Universidad pues es un sello de garantía. Todos los que hemos tenido la fortuna, la suerte o en este caso el mérito de tener un hueco en la Universidad sabemos que es un sello de garantía de que eres bueno y que eres triunfador y en este caso lo de Pumas puedo decir que aparte de ser el equipo de mi vida en México es también el equipo más grande y más importante del futbol mexicano”.
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