¡Increíble! Torres Nilo soñó a persona que le caía mal y le regaló un carro

El defensa de Tigres platicó la anécdota que muy pocos conocían. Reitera que por sus creencias religiosas sintió compasión por ese hombre.

Torres Nilo tuvo compasión gracias a sus creencias religiosas. (Foto: Mexsport)

El defensa de Tigres, Jorge Torres Nilo, es muy fiel a sus creencias religiosas y reveló en entrevista al club y su patrocinador, que regaló un automóvil porque soñó que una persona se lo pedía.

Esto no es todo, ese hombre que aparecía en el sueño del Pechu no era su amigo, al contrario; se trataba de un señor que le caía mal, pero esto no fue impedimento para que el zaguero auriazul le diera el carro.

"Eso casi nadie lo sabe, resulta que esa vez había una persona en una iglesia donde asistía y la verdad no me caía bien, no sabía la verdad muchas cosas de su vida, sólo sabía que me caía mal; había dicho cosas no de mí, sino de mi esposa". 

"Resulta que me duermo y en el sueño yo no lo vi, pero escuché su voz que decía que le diera un carro y en el mismo sueño yo decía ¡aaashh¡ Me desperté y le dije a mi esposa 'amor, Dios me acaba de decir que le dé un coche a esta persona'. Un domingo le dije 'sabe qué, Dios me dijo que le dé un coche, nada más quiero que me diga qué coche', esta personas sólo se me quedó viendo y resulta que empezó a llorar, se dio la vuelta y se fue", contó.

Y es que esta es otra parte de lo increíble que es su historia, ya que su sueño tenía mucho que ver con la realidad, por lo que Torres Nilo dice confirmó que fue Dios quien le dijo le comprara el auto.

"Me dijo 'tú no sabes', su esposa falleció de cáncer, él es taxista, cayó en depresión a raíz de la muerte de su esposa, tiene meses de haber muerto y su única fuente de entrada era su taxi, pero llegó el punto que su coche tenía que cambiarlo porque si no iban a inhabilitarlo para que siguiera circulando, y era el último mes para cambiar el coche, había pedido préstamo al banco y no se lo dieron, no tenía qué comer", explicó.

Torres Nilo tuvo compasión y le compró el auto que le pidió, un tsuru, con el cual pudo continuar trabajando y tener así una fuente de ingresos para salir adelante con su vida.





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