La tarde que hizo inmortal al Gusano Nápoles en Chivas; gesta que tardó 18 años en ser replicada

Inolvidable para los aficionados de Chivas, el Gusano Nápoles tuvo su mejor tarde como profesional en una Gran Final y fue el primer futbolista con un póker en dicha instancia.

Gustavo Nápoles metió cuatro goles y puso una asistencia en la Final del Verano 1997. (Mexsport)

¡Vaya tarde tuvo el Gusano Nápoles ese domingo en el Jalisco! El delantero no solo se coronó en la Liga en el Verano 97 con las Chivas que anhelaban el título después de diez años, sino que escribió su nombre con letras de oro en la historia del futbol mexicano al ser el primero en anotar cuatro goles en una Final de Primera División, esa vez frente a los Toros Neza en el juego que terminó 6-1.

Además de los cuatro goles que anotó esa tarde, el Gusano cerró un torneo espectacular, al ser -junto a Carlos Hermosillo- el mejor goleador mexicano durante la fase regular con un total de 8 tantos.

La hazaña del Gusano tardó prácticamente 18 años en ser emulada, ya que el siguiente jugador en marcar cuatro goles en una Final fue Javier “Chuletita” Orozco, quien anotó el póker en la Ida del Clausura 2015 con Santos, en un partido frente al Querétaro que terminó 5-1 para luego coronarse con un 5-3 global.

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El día del título, Nápoles también colaboró con una asistencia a Manolo Martínez, quien marcó otro de los tantos para Chivas, en tanto que el Tilón Chávez se encargó de completar la cuenta gracias a un error de Miguel Herrera en la salida.

¡QUÉ HICISTE, PIOJO!

Miguel Herrera, entonces lateral izquierdo de Toros Neza tuvo un juego de terror ante Chivas porque un minuto después del primer gol de Gustavo Nápoles quiso salir jugando, pero el Tilón Chávez le robó la pelota en los linderos del área, para después entrar y definir el 2-0 ante la salida inútil de Pablo Larios.

Peor aún, el Piojo cometió otro error para el quinto gol del Rebaño. En un centro desde la izquierda hecho por Ramón Ramírez, Miguel solo vio cómo el balón viajó por toda el área, seguro de que Larios saldría por la pelota. Incluso, el Piojo hizo la seña de que el centro no traía nada; sin embargo, nunca vio que por la espalda entraba solo el Gusano Nápoles, quien fulminó al guardameta mexiquense.

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