Los otros retos para ser canterano de Pumas

Mediotiempo tuvo la oportunidad de charlar con Esteban Alberto González, encargado del área de visorias.

Esteban Alberto González habla sobre los retos de los canteranos. (FOTO: especial)

Los Pumas de la UNAM han revolucionado su acercamiento en cuanto a sus fuerzas básicas.

En octubre de 2023, el equipo de visorias de Pumas implementó un nuevo proyecto durante cinco semanas en los estados de Baja California, Coahuila, Durango, Jalisco, Nayarit, Nuevo León, Sinaloa y Sonora con la intención de captar el mejor talento joven e incorporarlo a las categorías que van desde la sub-14 hasta la sub-23. No obstante, el sueño de pertenecer al cuadro universitario presenta retos para los aspirantes.

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Esta es la segunda parte del acceso total que tuvo mediotiempo para conocer cómo es que el club trabaja su futuro con el nuevo talento que capta y llega a la institución.

La garra del norte de México

Tuvimos acceso exclusivo al proyecto dirigido por Raúl Alpízar, director de fuerzas básicas del Club Universidad Nacional, además de poder conversar con el encargado del área de visorias: Esteban Alberto González. El argentino compartió la razón por la que los Pumas decidieron comenzar a analizar los estados del norte del país, así como sus impresiones de aquella zona..

“En el centro del país tenemos jugadores rápidos y dinámicos, pero por lo general no de talla alta. Entonces hicimos un consenso de dónde han debutado más jugadores en los últimos años y aparte de la Ciudad de México y el Área Metropolitana, el norte fue una de las más fuertes”.
“Me gusta mucho la competencia que tienen en esos estados. Están muy acostumbrados a jugar torneos estatales y nacionales, además de que la talla que tienen sí impacta bastante. Estamos acostumbrados a tener jugadores de talla media en la zona centro, mientras que en el norte tienden a ser jugadores mucho más fuertes”.

Los mayores retos de un canterano de Pumas

Por su parte, González también destacó la importancia de la capacidad de adaptación que esperan en Pumas de sus canteranos. Esto tomando en cuenta que, a pesar de haber encontrado jugadores talentosos durante esas cinco semanas, a varios de ellos les costó “salir de su zona de confort” y tener que dejar a sus familiares, amigos y seres queridos.

“Primero queremos verlos en su entorno y en su zona, ver cómo compiten con otros jugadores en una visoria abierta, buscándolos en terceras divisiones o academias importantes. Pero luego sí es importante traerlos a Cantera, por eso hacemos dos campeonatos anuales a mitad y a final de año cuando cambian las contrataciones de todas las categorías”.


Queremos verlos en este entorno, fuera de su familia. Hemos visto jugadores sub-14 que les cuesta estar alejados de su familia y salir de su zona de confort, es por ello que los traemos acá a Ciudad de México”.
“La mayor dificultad que enfrenté fue ver a jugadores que los tenemos aquí dos semanas, haciendo un trabajo integral con el departamento de psicología, física, futbolística, entre otras, para ver cómo se comportan. Hemos detectado que hay muchos jugadores que no están preparados para salir de su zona de confort, de estar en su casa, con su familia y amigos. Ese ha sido un gran reto porque tienen mucho talento, pero a la hora de la exigencia les cuesta mucho”.

El proceso de los canteranos

Mediotiempo también pudo entrevistar a tres de los 18 elementos que fueron registrados a las fuerzas básicas después del primer proceso de visorías en el norte del país. Edén Díaz (Sub-15, León, Guanajuato), Said Vega (Sub-16, Texas, Estados Unidos) y Ángel Navarro (Sub-18, Durango, Durango) compartieron las experiencias que vivieron desde el reclutamiento hasta formar parte de sus respectivas categorías.

Vega expresó: “Sobre las visorias a mí me comentó un entrenador. Cuando recién pisé la cancha me puse una meta de pasar el primer filtro y llegar hasta donde Dios me permitiera. Cuando me dijeron que pasé el primer filtro mi alegría e ilusión por estar aquí fueron aumentando. Pasé el segundo filtro y el tercer filtro y recuerdo que ahí me puse una meta de que en Pumas era donde iba a jugar y donde iba a salir adelante”.

“Gracias a mi esfuerzo me contemplaron para venir a pretemporada con la sub-16, al momento en el que escuché mi nombre para venir a entrenar sentí emociones que no puedo explicar. Lo primero que hice fue llamar a mis papás y decirles que me había quedado. Mi papá me dijo que me esforzara y que si estaba aquí no era por nada”.

De igual manera, Edén Díaz dejó claro que su familia se mantiene como la principal motivación para triunfar con Pumas: “Yo jugaba futbol en León, Guanajuato. Después en la visoria pasé muchos filtros hasta llegar hasta el tercero. Yo siempre me esforcé y me dije que lo iba a lograr por mi familia. Logré ir avanzando hasta que me invitaron a la pretemporada y gracias a Dios se me dio estar aquí”.


La fortaleza para ‘dejar a la familia’

Finalmente, como Esteban Aberto González comentó anteriormente, los tres canteranos coincidieron en que el mayor reto que han tenido que vivir como elementos de Pumas ha sido tener que “dejar a su familia”. No obstante, la exigencia y la adaptación a los entrenamientos no se queda atrás, pues fue considerado uno de los mayores puntos de quiebre.

En el caso de Said Vega fue aún más difícil, pues siendo oriundo de El Paso, Texas, la mitad de su familia tuvo que permanecer allá, mientras que su madre y hermano lo acompañan en Ciudad de México: “Definitivamente lo más difícil ha sido la distancia entre mi familia y yo porque unos están en Estados Unidos y yo estoy acá con mi mamá y mi hermano. También adaptarme a los entrenamientos y la exigencia que tenía que aportar con el equipo. Cuando llegué a la pretemporada me di cuenta que el nivel era muy alto y que tenía que ir mejorando poco a poco para poder llegar a su nivel”.

Mientras que Edén Díaz y Ángel Navarro también destacaron lo difícil que ha sido tener que vivir lejos de sus seres queridos, aunque ya han logrado adaptarse y salir adelante. Díaz mencionó: “Lo más difícil fue dejar a mi familia en León. Además de adaptarme a los entrenamientos y al rendimiento que tienen, porque acá siento que tienen mucha más intensidad y fuerza”.


Al respecto, Navarro sentenció: “Se me complicó más el estar alejado de mi familia y dejar Durango que es mi tierra. Ahora los sigo extrañando pero ya me adapté, cada día intento motivarme más para poder seguir acá e ir escalando poco a poco”.


  • Mario Badillo
  • mario.badillo@mediotiempo.com
  • Redactor. En MT desde 2021. Egresado de la Universidad La Salle como Licenciado en Ciencias de la Comunicación.
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