‘Ahí se sirven’; la travesía de los recién casados que dejaron su boda para ir a ver al Atlas campeón

Una pareja de recién casados se robó la atención en la Final de vuelta entre Atlas y León, donde los Zorros se coronaron: Así fue como se dio su presencia.

Adán Reynoso y su esposa vivieron su mejor día el pasado 12 de diciembre con su boda y viendo al Atlas campeón. FOTO: Adán Reynoso.

Adán Reynoso nunca imaginó que el día de su boda iba a cumplir el sueño de ver Campeón a su Atlas, así le sucedió, para el apodado “Happy” es el momento más feliz de su vida. Durante la transmisión televisiva de la Final entre Zorros y León, las cámaras tomaron a una pareja de recién casados, ella con vestido de novia, que acaparó la atención de los televidentes y los presentes en el Estadio Jalisco.

Ante la oportunidad de romper con 70 años de sequía, Reynoso no dudó en dejar la fiesta de su boda y junto a su esposa irse al Estadio Jalisco para asistir al Juego de Vuelta de la Final entre el Atlas y el León. El fan del Atlas culminó una gran noche de 12 de diciembre, pues eligió ese día para contraer nupcias debido a que es ferviente devoto de la Virgen de Guadalupe.

“Se me juntaron las fechas, y ahí me tuve que partir en dos para estar en los dos momentos importantes de mi vida. Yo la boda la planeé muchos meses antes y me gustó el día porque es el día de la Virgen de Guadalupe, soy creyente y escogimos esa fecha. Ya cuando Atlas estaba contra Monterrey saqué cuentas y dije ‘ay caray, me va a tocar el mismo día’, y así fue”, aseguró Reynoso en entrevista para Mediotiempo.

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Reynoso, integrante de la vieja guardia de la Barra 51, no dudó en dejar la fiesta luego de que su ahora esposa se lo propuso desde días antes y le tomó la palabra. El único problema fue que no alcanzaron ni a cambiarse, él solamente se puso tenis y ella se fue con el vestido de novia.

Mi esposa me dijo, ‘yo te conozco, sé que quieres ir, vámonos saliendo de la fiesta y nos vamos al estadio’. Dije: ‘los consigo (los boletos), si no puedo veo qué onda, al cabo sobra quién los agarre’, no hay problema, pero no, estando ahí dije ‘vámonos, no me la pierdo’. No hubo chance de cambiarnos, fue por tiempo, porque no me gusta andar muy arreglado, solamente me cambié los tenis”, añadió.

“Era pura familia y saben de mi pasión, que me encanta mi Atlas, les dije ‘se quedan, voy a ir al estadio, hay refresco, vino y comida, ahí sírvanse’”.

La travesía de los novios

Su enlace matrimonial fue a la 1 de la tarde, estuvieron en la fiesta y se movieron al Estadio Jalisco, a donde llegaron una hora antes del silbatazo inicial. A su llegada, fueron objeto de bromas por los demás integrantes de la Barra 51.

Primero dije ’ni modo, no iré a la Final, me la perderé, está el compromiso de la boda’, pero ya llegando los días no se puede, es la Final de mi equipo, ya ves 22 años esperando otra Final, 70 años de sequía , no pues no”, comentó.

Bendito sea dios no había tráfico ni nada, entré a la zona de barra, ya estaban adentro, y no hubo tiempo de cambiarse, fue todo de rápido. Le pedí el favor a un amigo que me llevara, estaba en la fiesta, que me dejara cerca. Me ayudaron a llevarme y listo, ya mis hijas se encargaron de recogernos después de la fiesta".

Adentro, el Happy, de la colonia La Tuzanía en Zapopan, Jalisco, vivió el duelo de forma intensa, pegado a la reja por ser el único lugar disponible.

“Lo viví como siempre, en suspenso, que no se vayan a penales, se me vino a la mente el recuerdo del 99, dije ‘no, no manches, otra vez no’, pero me daba un poco de tranquilidad San Camilo y dije este cuate sí, los penales fue algo que no manches, sentía que no aguantaba, dije que no me de un paro cardiaco”, destacó.

Su mejor regalo de bodas fue cuando se pudo tomar fotos con el trofeo en la cancha del Jalisco, esto gracias a Alejandro Irarragorri, presidente del Consejo de Administración de Grupo Orlegi.

“Al término del encuentro y que son los festejos, me quedé en el alambrado en estado de shock, pensando sí será cierto o no será cierto, y me quedé, y vi jugadores, todo mundo festejando, y se me acercó Alejandro, el patrón, les dijo que me dejaran pasar y fue cuando me presta la copa y su esposa me tomó las fotos”, recordó.

“Para mí fue algo muy especial, la foto que tengo yo y mi esposa con la copa va un cuadro grande en la sala, es algo único, haber agarrado la copa, besarla, abrazarla, es algo que jamás imaginé, jamás", remató.


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