La Masía cristiana en Liga MX: la red evangelizadora que toma fuerza

Como miembros de una agrupación que nace en Sudamérica, jugadores de Liga MX evangelizan colegas; algunos agradecen los éxitos deportivos por su mentalidad hacia Dios.

En menos de cuatro años en Aguascalientes, desde Necaxa comenzó a tomar fuerza una red cristiana proveniente de Chile y encabezada por Julio Pasten, exfutbolista que en los 90 militó en Colo Colo.

Tras una carrera breve se convirtió en comerciante y pastor evangélico. En tierras andinas le conocen como “el pastor de los futbolistas” por su relación con Matías Fernández, Igor Lichnovsky, Dieter Villalpando, Víctor Dávila, Luis Felipe Gallegos y el chileno Marcos González, entre otros que entre 2015 y 2018 fundaron un grupo cristiano denominado “La Masía”, con presencia en Pachuca, Chivas o Cruz Azul, así como en Colombia y Paraguay además de Chile.

La misión es expandir “la palabra de Dios” aprovechando la exposición en los medios y redes sociales, y gracias a lo proclive que son los futbolistas por encontrarse en momentos donde la religión es un refugio indispensable.

Igor Lichnovsky, el cruzazulino que confía en 'la gracia de Dios'

“Nosotros le llamábamos La Masía que, como la Masía del Barcelona, prepara jugadores para llegar al primer equipo y aquí en Aguascalientes el grupo se caracterizaba por formar líderes”, contó Gallegos a Mediotiempo.


El jugador recibe a Dios, se prepara y después va a otro equipo y hace lo mismo que nosotros hicimos”.

Igor y Carlos González, este último paraguayo que ya era cristiano y se unió así al grupo, fueron los primeros en salir de Necaxa. Para el Apertura 2018 llegaron a Cruz Azul y Pumas, respectivamente.

Con misión evangelizadora, para el Clausura 2019 Dávila partió a Pachuca, Villalpando a Chivas y Matías Fernández al Junior de Barranquilla en Colombia, donde todos cumplen con el versículo de Mateo 28:19 de la Biblia: “Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”.


“Nuestra red es una red de grupos familiares en la cual están los futbolistas”, explicó Pasten vía telefónica. “Tenemos un grupo en Paraguay con Justo Villar, otro en Santiago donde estoy yo, Matías Fernández en Colombia, Dávila en Pachuca, Igor en Ciudad de México, Felipe Gallegos en Aguascalientes y Dieter Villalpando, que también compartió con nosotros, está en Guadalajara”.

Dieter explicó que su objetivo, al igual que todos, es buscar personas “para salvarlas”, tal y como lo hicieron con él cuando atravesaba un difícil momento en su vida y su carrera.

“Gracias a Julio, a Igor, he nacido de nuevo y estoy con Dios, entregado, él es el que manda en mi vida”, comentó Villalpando.

A un año de haber fichado con La Máquina, Lichnovsky ha conformado un grupo de alrededor de 15 personas entre las que están Santiago Giménez, hijo del Chaco, Jesús Madueña, Jair Peláez, tercer portero del cuadro celeste, Antonio Santos Sánchez y Luciano Bocco, integrantes del equipo Sub-20, así como el argentino Cristian Insaurralde, quien se unió al grupo tras su fugaz paso por el América.

“Igor fue y se desarrolló como un líder, está ganando almas, está compartiendo, está discipulando, lo que nosotros hicimos acá ahora lo está haciendo Igor en México”, señaló Gallegos.

Así se han unido otros como Jaine Barreiro, Edwin Cardona y Leonel Moreira en Pachuca y Facundo Castro en Necaxa. Este último fue bautizado el año pasado por Felipe Gallegos, quien al igual que Villalpando cree que la unión que existía en los Rayos a partir de la religión les ayudó a ganar la Copa MX del Clausura 2018 y luego la Supercopa MX de ese mismo año.

“Hicimos una buena iglesia, hicimos buen grupo, nos juntábamos cada jueves a hablar de la palabra de Dios. No es coincidencia las cosas que pasan y yo creo que por eso quedamos campeones”, añadió Villalpando.

Pasten tuvo su punto más alto como futbolista en 1990 cuando marcó el cuarto tiro de una serie de penales ante Vasco da Gama en Copa Libertadores.

Años después, cree que México es una tierra fértil para la expansión del cristianismo, pese a ser un país en su mayoría católico, religión que de acuerdo a la Encuesta Nacional sobre Creencias y Prácticas Religiosas publicada en 2017 ha sido la que más feligreses ha perdido, registrando el 57% de la deserción entre el total de las personas que reportaron un cambio de creencias.

“México es una tierra muy fructífera cuando tú abres la Biblia y le cuentas a la gente que la tradición no les alcanza para llegar al Cielo”, añadió Pasten.

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