Ilusiona saber que se puede vivir sin hacer una cagada: Brian Fernández

La primera vez que el delantero de Necaxa, Brian Fernández, visitó el Estadio Azteca fue como escala hacia Tijuana para internarse por siete meses en una clínica de rehabilitación para combatir su adicción a las drogas.

Jugaba el América y acompañado por su representante, le aseguró que algún día no solo jugaría ahí sino que también marcaría.

“Estuve cuando jugó Darío Benedetto un partido. Cuando estaba en América vine a verlo con mi representante y le dije que algún día iba a jugar ahí y que el día que jugara iba a meter gol”, recordó a Mediotiempo.

Y lo hizo. Sucedió el sábado pasado ante Cruz Azul en su debut en Santa Úrsula, a donde volvió este martes para enfrentar al América por el partido pendiente de la Jornada 1 y nuevamente marcar para el triunfo de 3-1.

“Se lo hice recordar a mi representante y le dije ‘¿te acuerdas que estábamos en la tribuna y te dije que el día que jugara iba a hacer un gol?’”, recordó. “Ya me mandó un mensaje y me dijo ‘que hijo de mil… tenías razón’, pero es la confianza que yo tengo”.

El lujo que siente por jugar en el Azteca se debe a su origen de barrio, donde en una cancha de tierra jugaba junto a sus hermanos, dos de los cuales también son profesionales en Argentina, y al que prefiere volver si le dan a elegir entre ello o cinco días en Cancún.

“Cuando voy ahora siempre hacemos clásicos entre nosotros y hay peleas, discusiones, peleas, peleas, contra amigos, hermanos que somos de chiquitos, pero es cuestión de que nadie quiere perder, de que el barrio se vive así”, relató.

‘LLEVA MUCHOS AÑOS LA RECUPERACIÓN'

Líder de goleo del Clausura 2019 con 9 tantos, empatado con Ángel Mena, el argentino reconoce que hoy disfruta mucho más su momento por lo doloroso que ha sido su recuperación, por la misma que no duda en aceptar controles antidopaje en Necaxa, a veces cada semana.

“Cuesta porque es una vida dura, es algo que tengo que pelear por mucho tiempo, pero esto es paso a paso, así que estoy súper tranquilo, el club me da toda mi estabilidad, me cuida”, agradeció.

“Es una situación dificilísima y lleva muchos años de recuperación, de que te apasione una nueva vida y todas esas cosas al saber que se puede vivir bien sin hacer ninguna cagada”.

Por eso le pide a Dios, así como a uno de sus hermanos que falleció, que le mantengan por un camino sano. Por su parte, él se dice lleno de confianza, al grado de que pronosticó su primer gol en el Azteca, como también lo hizo para este martes frente al América.

“Es una virtud que tengo y que me la creo, sé que si no tengo minutos, en lo poquito que me pongan sé que algo puedo hacer y la confianza es lo que me mantiene en lo más alto, yo no quiero bajar los brazos, yo quiero terminar goleador del torneo y sé que puedo”, manifestó.

EL LOOK RUBIO SERÁ PERMANENTE

Enamorado del Colón de Santa Fe, Fernández recuerda que también fue hincha y que por ello hoy disfruta el enorme cariño que le brinda la afición de Necaxa, que en el último partido en Aguascalientes se disfrazó con peluquines rubios, un look que por lo mismo dice ya no cambiará.

Por ello el viernes en la llegada a la Ciudad de México estuvo casi una hora firmando autógrafos, mientras sus compañeros lo esperaban en el autobús que los llevaría del aeropuerto al hotel de concentración.

“La seguridad me decía que me apurara y yo les decía que me dieran tiempo, que necesitaba de ellos y ellos necesitan de mí, así que esto es una ida y vuelta y que me iba a quedar hasta que quedara el último”, mencionó en el hotel de concentración de los Rayos, previo al partido frente al equipo del Piojo.

¿Qué sentiste cuando viste los peluquines en el Victoria?

“De repente me dijeron ‘esto va a ser así’ y cuando los vi a todos me quería morir, decía ‘¡qué loco!’, lo que un jugador puede provocar haciendo las cosas bien, haciendo las cosas prolijas”.

​