‘Qué ganas de volver a jugar’; Freire y la sensación de un futbolista en la pandemia

Alejado de la actividad, fastidiado porque Pumas peleaba por clasificar a la Liguilla en el momento de parar la Liga, el defensa Nicolás Freire extraña la sensación de volver a pegarle a la pelota y sentir el campo de futbol.

Cuando llegue ese momento, Freire deberá estar listo y para eso debe cumplir con una doble rutina diaria, de la cual debe entregar un reporte completo al cuerpo técnico, aunque reconoce que hay días que se vuelven más difíciles.

“Nos alegraría volver porque es algo que comentábamos entre nosotros, extrañamos. El otro día estaban pasando partidos viejos de 2017, de 2018 y ves los partidos, te sientas y dices ‘¡’ta madre!, qué ganas de volver a jugar, de volver a tocar la pelota, qué ganas de entrenar’”, relató a Mediotiempo.

“No piensas en cuánto me va a costar (entrenar) sino piensas cuánto tiempo nos va a tomar volver a entrenar o no volver a jugar. Se extraña mucho el contacto, el día a día, el contacto con la pelota, el ver a tus compañeros, creo que nos pasa a todos igual”.

"CUESTA LA RUTINA"

Las actividades que hacen regularmente los futbolistas de Liga MX son por las mañanas y tardes, pero a pesar de que no es lo más entretenido, Freire aclara que más vale estar preparado.

“Sí te cuesta levantarte temprano y mirar la rutina que te toca para hacer, a veces cuesta, somos personas, a todos les cuesta no solo a los jugadores de futbol. Estar en una situación así es jodida para todos, es un trabajo, pero también es lo que anhelaste desde chiquito y te cuesta que te quiten eso, pero bueno hacemos lo posible para estar activos”.

El técnico Miguel González "Míchel" suele reunirse en línea con los jugadores para conocer su progreso y sus auxiliares contactan a los jugadores para estar al tanto de los trabajos.

LOS RECUERDOS QUE AÑORA

Además de extrañar a Pumas y la Liga MX, Freire añora también otros episodios, como cuando jugaba en la Eredivisie con el PEC Zwolle y enfrentó al Chucky Lozano cuando este jugaba en el PSV.

“A mí me ponen porque jugaba él y me fue bien, o sea los duelos individuales muy bien y ya después cuando agarraba él la pelota con mucho terreno es muy rápido, ahí sí tenía que tratar de marcarle cerca y que no me gire rápido porque si él tenía mucho espacio es muy rápido y muy hábil”, dijo.

Otro recuerdo agradable era el contacto no solo con compañeros y rivales sino también con la afición, pues por ejemplo en el Estadio Mark Park del Zwolle solían coincidir futbolistas y fanáticos.

“Es como un bar privado para los jugadores y un sector de la tribuna. Entonces terminaba el partido y con la ropa que te hacían llegar al estadio, que era casual, te metías al bar y sociabilizabas con los hinchas y te tomabas, yo no tomo, pero te servían la bebida tradicional de Holanda”, relató.

“Entablabas charlas como si fueran amigos, si habías perdido 3-0 el trato de los hinchas para vos era genuino, era bueno. Vos estabas enojado porque habías perdido pero te decían ‘bueno no importa, el próximo partido vamos por los tres puntos’”.

​