Ramiro Árciga, la joya del Mazatlán FC que se forjó en el campo michoacano

El jugador de los cañoneros está convertido en un referente del equipo a sus 20 años.

Ramiro Árciga, joya de Mazatlán (Foto: Especial)

Quiringuicharo, Michoacán es un modesto rancho cercano a La Piedad, a menos de 200 kilómetros de Guadalajara, ahí comenzaron los sueños como futbolista de la actual joya del Mazatlán FC, Ramiro Árciga, quien hoy vive un gran momento en la cancha y quien está en la mira de cuadros grandes como América y Cruz Azul.

¿Quién es Ramiro Árciga?

Pero para que el ofensivo michoacano pudiera comenzar su sueño, en casa hubo mucho sacrificio ya que el padre del elemento de los Cañoneros tuvo que esforzarse aún más en la agricultura para poder ayudar a su muchacho.

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“Sí, porque mi papá es agricultor, mi mamá ama de casa, no es como que había vivido de muchos lujos, siempre he sido como en el día a día, cada vez que se podía y todo eso era algo importante que pasaba en mi vida. (Siembra) Jitomate, tomate, maíz, trigo, todas esas cosas, cebolla”, recordó Árciga en entrevista para mediotiempo.com.
“Pues sí he ido con él y sí he trabajado y todo eso. Desde chiquito cuando puedo ayudarle voy. Ahorita como que me dicen: ‘no, no te arriesgues porque tú tienes tu carrera y todo eso’. Pero cuando se puede voy”.

Con apenas 20 años, el “Chabelo” Árciga ya sabe lo que es cumplir su sueño y aunque él de pequeño se veía defendiendo la playera de Monarcas Morelia el cambio de sede de la franquicia lo llevó a defender la del Mazatlán FC, desde ahí está al pendiente de sus padres que siguen ganándose la vida en el campo y dependen mucho del mercado de las frutas y verduras.

“No, es complejo todo eso, al final de cuentas, sabe cómo en el mercado todo eso se puede vender caro, se puede vender barato y se trabaja. O sea, al final de cuentas es algo que trabaja día a día mi papá para tener un buen producto, para poder mandarlo a quien lo compra en el mejor precio”, añadió.

Y así como ahora se ve jugando futbol, representando a la Selección de México en divisiones menores y dando buenos duelos con los Cañoneros, a Árciga no se le olvida el pasado ni lo que aprendió en el campo al lado de su padre.

“Lo normal (sabe de la siembra), sí. Hay muchas cosas que me hacen falta, porque al final de cuentas, me concentré más en mi carrera y todo eso, pero al final de cuentas yo estoy cerca de mi papá y escucho. Toda mi vida he estado de que voy a mi casa y papá, vamos a trabajar, y ya va a trabajar. O papá, yo quiero contigo. No, no, no. ¿Por qué voy a hacer esto? Va a haber mucho veneno y esas cosas. Y yo digo, ah, bueno, está bien”, comentó.

Incluso hay veces que aprovecha los descansos, las vacaciones y se mete al campo con su padre y ahí platica de futbol y de cosas vividas.

“Voy con él y estoy con él convivo mucho porque estamos solos. A veces va un tío. Bueno, casi siempre mi papá cosecha con un tío. Siempre están juntos y se ayudan uno a otro. Y yo voy y nos gusta el futbol a los tres. Vamos a ir futbol, futbol. Nunca se queda en la plática futbol, futbol, pasa más rápido el tiempo y más feliz”, mencionó.

Ahora lo platica con mayor tranquilidad, sin embargo la familia Árciga sí la pasó complicada por momentos en los campos michoacanos.

“Fue complicado, sí, porque al final de cuentas yo en el transcurso que yo estaba con mi papá uno como niño tal vez no se da tanta cuenta de eso, pero al final de cuenta me platica, que oye, yo no sé cómo le hizo mi papá porque no era algo que tuviéramos ahí”, recordó.

Incluso por momentos Árciga fue ayudado por más familiares con un poco de dinero para regresar a Morelia y seguir su proceso en la cantera.

“Al final de cuentas, pues ayudaban entre la familia y todo eso. Cada que iba yo me daban 100 pesos, 200 pesos para irme yo a entrenar y todo eso”, confesó.
Al comienzo yo lo tomo como motivación de todo lo que me costó, pero al final de cuentas lo que trato ahorita es disfrutarlo para tener una buena experiencia de mi vida, ¿no? Que mis hijos y cualquier gente que quiera saber de mi vida, pues tenga una buena impresión mía”.

Debutó en Liga MX el 18 de agosto del 2023 ante el León para así lograr ese sueño y también devolverle con un gusto todo el esfuerzo que hizo su familia.

“Lo más difícil que me tocó, que yo recuerde, que mi papá fue de una vez que cuando hace mucho frío, la planta se seca y no saca un producto bueno. Se seca la planta, el jitomate, como ellos le dicen, se hiela. Se seca la planta y automáticamente es pérdida total de todo. Hay gente que va y quema llantas para que el mismo humo, o algo así, no sé muy bien de eso, pero sí, como que quema llantas y como que el mismo humo, el mismo calor, hace que no pase, pero al final de cuentas pasa y se seca. O sea, que puedes sacar, no sé, muy poquito. Yo creo ni lo que invertiste”, aseguró.

Para forjarse en el mundo del futbol Ramiro también tuvo que batallar, ya que salía de su pueblo a otras rancherías a foguearse, esto a escondidas de su padre.

“Pues realmente mi familia sí es futbolera. Sí les gusta mucho el futbol. Lamentablemente mi papá tuvo que irse muy chico, a los 14 años a Estados Unidos a trabajar. Se fue y siempre en el ámbito del futbol estaba, ¿no? Llegaba yo a casa y veía un partido de futbol, un partido de futbol, otro partido de futbol. Mi papá no me dejaba ir a los pueblitos cercanos porque estaba chico, tenía ocho años. Pero mi papá trabajaba en la mañana. Y cuando mi papá iba a la derecha, yo iba a la izquierda, me esperaban. Mi papá a las nueve iba por el desayuno y ya se iba. Yo, cuando mi papá se iba para acá, yo iba por atrás. Yo iba a jugar en los pueblitos. No se daba cuenta”, añadió.

¿Chicharito es el ídolo de Ramiro Árciga?

De niño también entrenaba en el rancho en un ruedo soñando anotar goles como el “Chicharito” Hernández.

“Yo (soñaba) con el Chicharito. Sí, me decían que metía goles, que no sabía cómo, pero que los metía. Yo decía, bueno, me empezaron a decir así y hasta ahorita, a veces me dicen así”, destacó.

Sobre el apodo de “Chabelo”, el jugador de los Cañoneros lo adoptó desde la secundaria y lo mantiene hasta el momento.

“Es una historia de cuando estaba en la secundaria un amigo que me empezó a decir así y pues nadie me conocía. Y fui a jugar en las retas, fui a jugar futbol y empezó a decirme así y se me quedó por eso. No sé ni por qué se me tuvo que quedar así”, finalizó.

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