¡Una Máquina averiada! Santos golea 4-0 a Cruz Azul

La defensa de Cruz Azul vive una serie debacle. Y no es de una planeación de solo este Apertura 2022, la situación viene de atrás, de la indiferencia por no apuntalar a una zaga que envejece. Esta noche, el llamado de auxilio tuvo una goleada por parte de Santos con un humillante 4-0 ante una Máquina que hasta se da lujos de fallar penales.

La solución no solo es que Julio César Domínguez no juegue, pues con él o sin él el equipo se muestra débil en a zona baja. Los laguneros supieron aprovechar y exhibieron a los dos centrales: Luis Abram y Juan Escobar.

Javier Correa abrió el marcador definiendo de cabeza un servicio de Fernando Gorriarán ante una mala marca de Abram en un primer tiempo en el que los Celestes lucían sin ideas y con un Rafael Baca y Erik Lira sin participación en la cancha, ausentes pese a su titularidad.

LA FIESTA DE GOLES LAGUNERA

Los goles se vinieron en el segundo tiempo con todo y los cambios de Diego Aguirre que ingresó a Ángel Romero y Gonzalo Carneiro.

Hugo Rodríguez puso el 2-0, también de cabeza, gracias a Juan Brunetta, quien sirvió tras quitarse del camino a Escobar. El 3-0 fue con Eduardo “Mudo” Aguirre y el 4-0 Carlos Orrantia sentenció con la segunda asistencia de Gorriarán.

Cruz Azul lució inoperante, 13 goles en la espalda y seis de ellos de cabeza. Las jugadas a balón parado son el peor enemigo de una defensa que parece pedir a gritos la incorporación de Ramiro Funes Mori, quien ahora sólo espera papeleo para su registro.

EL LUJO DEL PENAL

En la recta final del cotejo, la Máquina recibió la oportunidad de hacer un gol de honra, pero fue desperdiciada. Diego Medina cometió una falta sobre Uriel Antuna y ante la duda, Óscar Macías Romo acudió al VAR y tras ver la jugada determinó la pena máxima para los Cementeros.

Romero tomó el balón sin ninguna objeción, pues cuando estaba Santiago Giménez, el juvenil era el designado de los penales. El paraguayo, con experiencia en su selección, colocó la pelota en el manchón penal y falló.

Su cobro fue verdaderamente paupérrimo toda vez que lo hizo de manera lenta y todavía dio un brinco antes de mandar la pelota al costado izquierdo de la portería de Carlos Acevedo, quien solo vio cómo el esférico se fue por fuera de su meta.

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