Richard Ruiz: jugó en Cruz Azul, brilló en Xolos y pitó en el futbol amateur para poder comer
Recordó lo difícil que fue convertirse en futbolista al venir de una familia con muchas carencias económicas.
Richard Ruiz es uno de los jugadores que más recuerdan en Xolos de Tijuana. También tuvo un paso por Cruz Azul y Toluca logrando hacer carrera en la Primera División; sin embargo, no todo fue bonito en su camino para llegar al futbol profesional, siendo originario de un pueblo agricultor de Chiapas y parte de una familia de bajos recursos.
Tiene 38 años y recientemente anunció su retiro jugando para Alebrijes de Oaxaca. Es oriundo de Jiquipilas, Chiapas, un pueblo que se dedica a sembrar maíz y cacahuate, además de la cría de ganado. Básicamente desde pequeño tuvo para elegir entre el vicio, la escuela y el deporte, algo que contó en entrevista con mediotiempo.com.
“Soy de un pueblo que es agricultor, se llama Cuauhtémoc, municipio de Jiquipilas, Chiapas. Mis papás, mis abuelos, que yo recuerde se dedicaban a la agricultura, sembraban maíz, cacahuate y pues a la cría de ganado. Yo me inicio ahí en esa colonia, a donde me remonto sería al preescolar, cuando ya tengo conocimiento, yo empiezo a jugar desde preescolar, pues desde ahí ya traía la noción por el balón. La verdad, mi juguete era un balón y andar en las calles jugando o en la casa de mi abuelita, junto con mi hermano Marcos, que nos criamos casi iguales, pero así inicia el futbol en mi vida”, platicó.
“Porque en el pueblo, la verdad no hay mucho, es el vicio o es el deporte o la escuela y pues a nosotros nos inculcaron de estudiar y posteriormente el jugar futbol. Pero así inicia el futbol para mí, pues como cualquier niño jugando una pelota, nada más”.
Richard recordó que de chiquito le tocó trabajar en el campo en los días que no iba a la escuela, pero era una vida que no quería y de ahí salió el hambre por trascender y poder salir del municipio en el que nació y vivió su infancia.
“En mi pueblo, hay preescolar, primaria y secundaria y por medio de la escuela, porque mis papás siempre nos inculcaron a estudiar, si no estudiábamos no podíamos jugar. Mi abuelita, mi mamá, toda la gente nos decía eso. A veces cuando no había escuela nos llevaban a trabajar al campo, ahora sí que yo le sé un poco a lo del maíz, del cacahuate. Nos tocó ir todavía al campo a trabajar, ir a hacer muchas cosas y gracias a Dios es algo lindo, porque lo recuerdas y eso te da a que valores las cosas y prácticamente fue así, el no querer trabajar, no vivir en el pueblo, pues nos llevó el hambre de salir de allá”.
Pitaba en partidos de amateur
También comentó que su padre tuvo que irse a trabajar de mojado a Estados Unidos para poder pagar las deudas que tenía en casa ante la falta de solvencia económica y a él le tocó arbitrar, junto a su hermano Marco, partidos de futbol rápido y amateur los fines de semana para sacar algo de dinero.
“Fue un proceso duro, mis papás no tenían la solvencia económica, incluso mi papá fue un tiempo se fue a Estados Unidos de mojado, tenía muchas deudas y mi mamá trabajaba en limpiar casas. A nosotros nos tocaba estudiar y trabajar el fin de semana. Bueno, trabajar entre comillas, porque íbamos a pitar y jugar futbol, algo que nos gustaba también. Siempre fuimos así de escuela, entrenamiento y fue mucho sacrificio”.
Incluso recordó que tampoco tuvo dinero para los pasajes de autobús, y siempre dependió de que se encontrara dinero en la calle para poder moverse a la escuela y los entrenamientos.
“Gracias a ello yo creo que hoy en día somos personas de bien y valoramos las cosas porque nos costó todo lo que hicimos, nos costó. Mis papás nos ayudaron hasta donde pudieron. De repente andaba en la calle y ocupaba 10 pesos, 15 para el pasaje y no tenía. Dios es tan grande, hoy en día creo más en Dios, porque salía a la calle, fíjate, me encontraba 10, 15, 20 pesos tirados, decían Dios es tan bueno porque y es en serio, muchos se reirán, pero te digo, siempre salía y me encontraba en la calle tirado y era justo para mi pasaje. Fue algo duro, fue duro, pero al final lo disfrutas porque igual vas conociendo gente en el medio que te va ayudando”.
Luego llegó a Jaguares de Juquipilas de la Tercera División y posteriormente en la reserva del cuadro chiapaneco, donde recordó que siempre padeció calambres en los partidos provocados por la mala alimentación y prácticamente solo subsistían de comida chatarra, entre los entrenamientos y la escuela.
“Recuerdo mucho que siempre me acalambraba en el segundo tiempo, porque simplemente en ese tiempo pues no daba para comer bien. La verdad iba a la escuela, de la escuela me iba a entrenar. En ese tiempo unas papitas, una coca y unas galletas o lo que había, la verdad no había mucho. Incluso los fines de semana con mi hermano nos tocaba ir a pitar partidos de futbol rápido o futbol amateur. A veces jugábamos también y de ahí sacábamos para tener para la semana, para la escuela, para los entrenamientos, porque en ese tiempo pues la verdad no nos apoyaron mucho”.
En Jaguares estuvo cerca de debutar en el 2004, cuando lo llevaron a la banca para un juego entre Veracruz y el equipo de Chiapas en noviembre de aquel año, sin embargo, los Tiburones Rojos, que eran líderes de ese torneo, no se presentaron a jugarlo por temas a nivel de directivo con la Federación Mexicana de Futbol, cuando el club le pertenecía a Fernando Herrerías. Finalmente no se le dio tener minutos en Primera División.
Su exitoso paso por Tijuana
Ruiz llegó a Tijuana en el verano de 2009, cuando estaban en el Ascenso MX, un paso que recuerda de manera especial, ya que le tocó ganar el Apertura 2010, ascender a Primera División y posteriormente debutar en Primera en la Jornada 1 del Apertura 2011 ante Morelia. Además fue campeón en el Apertura 2012, todo en un espacio de tres años, por lo que está arraigado con Xolos.
Pero le tocó salir del equipo en 2015, ya que no estaba a gusto con su salario y no pudo llegar a un acuerdo con la directiva, por lo que tomó una chance para ir al Cruz Azul en aquel año.
“Todo futbolista quiere ganar más, yo sinceramente no salí porque quisiera, yo salí porque quería económicamente ganar más y pues en Tijuana a mí ya no me lo daban .Creo que el tiempo que duré en Tijuana siempre respondí, gracias a Dios nunca quedé a deber en ese aspecto y por eso yo tenía el enojo de que había jugadores que venían a robar y luego se iban y no hacían nada. Uno literal, tenía la camiseta en el corazón. Desgraciadamente ya no se llegó a un arreglo en lo económico y es el motivo que decidió salir de Tijuana, no fue porque ya no quisiera, simplemente porque ya no lo que me ofrecían”.