Primera División A, el adiós a porros de la UANL e inicio del fenómeno incomparable de Tigres
Tigres tuvo que esforzarse mucho para volver a Primera junto a su afición.
Desaparecer del Ascenso MX es un tema que ha causado polémica en los últimos días, una categoría que tiene su historia en el futbol mexicano; una de ellas se escribió cuando se trataba de la Primera División A, en la que Tigres cayó por un año y de esa desgracia resultó algo positivo, ya que se dijo adiós a los ‘porros’ de la UANL y se dio paso al fenómeno de la afición incomparable.
Ese sector de plata se mantuvo de 1994 al 2009 para luego dar paso a lo que a la Liga de Ascenso y actualmente se conoce como Ascenso MX, y fue precisamente casi en sus inicios, en 1996, que los felinos descendieron y tuvieron que luchar por su regreso al Máximo Circuito, una etapa en la que por su entrega en la cancha en busca de regresar, la afición de los auriazules creció al grado de sorprender a nivel nacional, puesto que un equipo que no era de Primera División lucía llenos en su estadio en cada jornada, esas entradas continúan hasta el momento y hasta han evolucionado con las llamadas invasiones en recintos rivales.
“Se dio un cambio de 180 grados al enfoque que se tenía de la afición de Tigres, si hacemos memoria, era un estadio hostil, con porros, con afición que si recordamos no llevaban familias, menos niños; entonces Cemex como dueño del equipo hizo esa estrategia de cambiar”, reveló a Mediotiempo Jorge Domene Zambrano, vicepresidente de Tigres de 1996 a 1998.
“Hicimos promociones como el ‘trae a tu chava’, el niño que pase por debajo del brazo de un domi (póster) que teníamos de Siboldi entra gratis, poco a poco fuimos cambiando esa percepción que tenía la gente, de que era un estadio difícil y eso aunado a los buenos resultados fue generando sin duda una afición incondicional, porque como todos recordamos, sábado a sábado, a veces viernes que jugábamos, se llenaba el estadio y con un ambiente padrísimo. Ahí se demostró que en las buenas y las malas la afición se mantuvo siempre fiel, siempre firme; regresando a Primera División se batalló, hubo riesgo de volver a descender”, agregó.
Tigres ascendió en un año de forma automática al ser campeón en los dos torneos cortos de la Primera División A, pero este logro no fue fácil, pues aunque tenían el apoyo de la afición de manera incondicional, sufrían los jugadores por las condiciones en las que se encontraban los estadios visitantes.
“La verdad ante ese desánimo que se tuvo de la afición en general, era difícil pensar en recobrarlo de pronta manera, se logró y en el diario vivir del equipo se dificultaba a veces el mantener el ánimo del plantel, a mí me tocaba viajar a los estadios de Primera A, el de Acapulco, de Tijuana, de Tampico, de Zacatepec, eran estadios muy apenitas, que para el plantel no eran las condiciones adecuadas”, recordó.
¿CÓMO LOGRÓ TIGRES MANTENER EN SU PLANTILLA A JUGADORES DE PRIMERA DIVISIÓN?
La mayoría de los jugadores que conformaban Tigres en el descenso de 1996 continuaron con el equipo, a pesar de que el participar en la Primera División A podría ser un retroceso para ellos, puesto que estarían en una categoría inferior; sin embargo, Sinergia Deportiva, que en ese entonces era una dupla de Cemex con Femsa, entró a rescatar a los felinos, la UANL le cedió la administración y fue de la manera que se logró el regreso.
“Se hizo un esfuerzo importante por retener a la mayoría de los jugadores que estuvieron en Primera División, no fue fácil porque para ellos era sentirse en retroceso en su carrera profesional. Por un lado fue ofrecerles contratos de largo plazo, antes se renovaba por cada año, se empezaron a ofrecer contratos por tres años. En otros casos se combinó el decirles juégatela conmigo y si no ascendemos, te damos tu carta. Trajimos un técnico de Primera División, Alberto Guerra”, apuntó Domene.