Uros Durdevic, el refuerzo del Atlas que se refugió en el futbol ante la guerra: 'Estoy fuerte'
El delantero montenegrino vivió de cerca y en su niñez el conflicto bélico entre Serbia y Albania por Kosovo, situación que lo hizo forjarse una mentalidad fuerte.
La vida le ha puesto muchas pruebas a Uros Durdevic. El montenegrino las ha superado todas y está listo para afrontar está nueva aventura con Atlas, justo a miles de kilómetros de donde todo comenzó, del lugar en que abrazó al futbol en su niñez para utilizarlo como un distractor, porque lo último en que quería pensar era en la guerra y la muerte.
La ciudad de Obrenovac, a unos 30 kilómetros de Belgrado, actual capital de Serbia y que también lo fuera de la antigua Yugoslavia, fue el lugar que vio crecer a Djuka y que le sirvió para forjarse una fortaleza mental que lo acompaña hasta el día de hoy. Y es que el delantero vivió muy de cerca los procesos bélicos que se dieron en la zona de los Balcanes (1998-1999), entre Serbia y Albania por Kosovo, hechos que aún recuerda con melancolía.
¿Cómo fue para Durdevic vivir en medio de una guerra?
“Era difícil porque había guerra. Yo cuando empecé (a jugar) era 1999, empecé con cinco años a entrenar futbol en una escuela de futbol de mi ciudad, estuve entrenando ahí cinco años y después me fui al Estrella Roja, como estaba pequeño ahí también estuve 4 o 5 años, después me fui a un club pequeño que es de Belgrado que estaba jugando en Primera División y debuté con 17 años, en mi primera temporada metí 11 goles”, recordó el hoy delantero del Atlas en entrevista para mediotiempo.
La Guerra de Kósovo arrancó el 28 de febrero de 1998 cuando el delantero del Atlas tenía cuatro años de edad y culminó el 11 de junio de 1999, justo cuando Uros comenzaba a patear el balón junto a su hermano Kristijan, quien también fue futbolista profesional. No obstante, ese tiempo que duró el conflicto bélico fue suficiente para dejar al menos entre 12 mil personas muertas y desaparecidas, según distintos reportes.
“Yo y mi hermano por eso empezamos a entrenar futbol, para no pensar sobre eso que estaba pasando, pero al final eso es importante cuando tienes toda la familia cerca y te ayuda para crecer. Por ejemplo ahora todo es diferente, antes estábamos jugando en la calle con balón, no había ni celulares ni nada, y ahora todo es diferente, veo a mis niños todo el día con Ipad y con celulares, pero era diferente antes”.
Sus inicios en el futbol
Además de la guerra, Djuka tuvo otros momentos de su vida que lo marcaron para siempre, de ahí su madurez, su seriedad y ese rostro tan poco amigable que denota, aunque la realidad es otra.
Y es que para entrenar a diario en la cantera del Partizán de Belgrado, el ahora delantero rojinegro y su familia tenían que invertir alrededor de cinco horas de trayecto, pues viajaban en autobús desde el poblado de Veliko Polje hasta la capital de Belgrado, recorriendo poco más de 60 kilómetros entre la ida y la vuelta.
“Mi ciudad está a 30 kilómetros de Belgrado, y mi colegio estaba en mi ciudad, y cuando acababa el colegio tomaba el autobús para ir a entrenar y después volver. Todos los días así. Sí, eso fue lo más difícil, porque con 10 años empecé a viajar. Hasta los 15 o 16 años estaba mi padre todos los días conmigo, mi abuela también cuando era pequeño me llevó a entrenar y después yo con 15 o 16 años empecé a ir solo todos los días. Pero bueno, por eso aprendes mucho porque pasan muchas cosas así, estoy fuerte, y en mi cabeza también estoy muy fuerte.
“Son 30 kilómetros, pero tienes que tomar dos o tres autobuses, tienes que cambiar cuando llegas a Belgrado para llegar a Ciudad Deportiva que fue donde entrené, pero son dos horas y media, y así todos los días, ida y vuelta que son cinco horas en las que pasas en viajes".
Durdevic debutó hasta el 2011 y lo hizo con otro club de Belgrado, el FK Rad donde tuvo un gran desempeño con muchos goles, lo que le llevó salir de su país en el 2014 para ir a Países Bajos con el Vitesse, posteriormente al Palermo de Italia, regresó a su país para defender al Partizán y tras un año fue adquirido en Grecia por el Olympiacos, cuadro que lo vendió en el 2018 para arrancar su aventura con el Sporting de Gijón.
El lobo montenegrino
Su manera tan tranquila de comportarse fuera de la cancha la deja atrás justamente al entrar al césped, algo con lo que se identifica con los lobos, sus animales preferidos, y los que lleva tatuados en la piel, junto a la iglesia de su natal Veliko Polje.
“Sí, esa (el tatuaje) es la iglesia de mi ciudad, y tengo una cruz, y algo en serbio, pero significa que tenemos que ser pacientes siempre. Aquí (en el tatuaje) cuando empecé a jugar futbol, 14 de septiembre del 99, y un lobo que tengo, me gustan los lobos”.
“Los lobos, para mí, son los mejores animales que existen, no sé por qué... pero yo soy como un lobo en el campo, y fuera de él, soy totalmente diferente".
Siendo Serbio, en el 2021, Uros Durdevic adoptó la nacionalidad montenegrina gracias a su padre y con esta nación tuvo llamados a Selección, pero ahora el destino lo tiene defendiendo la casaca del Atlas, club con el que podría debutar este jueves en la Leagues Cup ante el Real Salt Lake.