El costo físico y emocional de ser futbolista trans: la historia de Mara Gómez

La jugadora argentina debutó en diciembre en la máxima categoría del futbol femenil de su país, luego de tratamientos que la han afectado en varios sentidos.

Mara Gómez hace historia al jugar con mujeres. FOTO: AP.

Por mucho tiempo tuvo que modificar su voz y su postura para pasar desapercibida y poder jugar en equipos femeniles. Pero luego de un largo proceso que incluyó un cambio de identidad, episodios de discriminación, tratamientos hormonales y acuerdos administrativos, Mara Gómez se convirtió en la primera futbolista profesional trans en Argentina.

Con el aval de la Asociación de Futbol Argentino (AFA), debutó el 7 de diciembre pasado en la primera división del balompié femenil de su país, que aún es catalogado como semiprofesional. Lo hizo con 23 años de edad para el Club Atlético Villa San Carlos y lo de menos fue la derrota de 7-1 contra el Club Atlético Lanús porque para ella ese partido significó un logro histórico que rompe con barreras de género en el deporte.

“Empecé a jugar a los 15 años por la invitación de una vecina del barrio. Fue todo un proceso poder llegar acá porque tuve que poner el cuerpo y la voz de cierta forma para poder cumplir este momento”, contó Mara a Mediotiempo.

“A los 18 años no había ligas femeninas en La Plata, así que comencé a recorrer varios clubes y ligas hasta tener la oportunidad de llegar a Villa San Carlos”.

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La también estudiante del último cuatrimestre de la carrera de Enfermería aclara que no todo ha sido alegría en su historia porque ha tenido que pagar un alto costo físico y emocional.

LOS COSTOS DE UN TRATAMIENTO HORMONAL

Mara relata que el tratamiento al que se tiene que someter para cumplir los parámetros de testosterona recomendados por el Comité Olímpico Internacional ha sido hormonal, lo que le ha ocasionado algunos padecimientos.

“El tratamiento influye negativamente porque provoca a corto y largo plazo ciertos padecimientos como atrofia muscular, baja en la masa muscular, la capacidad aeróbica, capacidad de poder tener resistencia física; afecta al sistema circulatorio, afecta en lo emocional y en lo psicológico porque a veces estoy bien o mal; mis humores cambian”, reveló.

Una vez cumplida la mayoría de edad, Mara realizó el cambio de género en su DNI (Documento Nacional de Identidad) gracias a la Ley 26.743 de Identidad de Género promulgada en mayo del 2012 en Argentina, que establece que toda persona tiene derecho a ser tratada de acuerdo con su identidad de género, no necesariamente la de nacimiento. Ello luego fue avalado por la AFA para poder competir en el circuito femenil.

“El tratamiento me influye al momento de entrenar y competir, de no poder desarrollarme de la mejor manera posible y con total libertad de mi cuerpo que no sé si está agotado al momento de hacer lo mismo que el resto de las jugadoras, pero este es un costo que lleva un beneficio”, aseguró.

Originaria de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, Mara ve su logro como un paso “agigantado” para los colectivos LGTB que luchan por tener deportes más incluyentes, en los que no se tengan que cumplir ciertos parámetros hormonales para poder practicarlos.

“Vamos trabajando para poder implementar nuevas normas de inclusión dentro de los deportes profesionales y que no se tengan que cumplir requisitos biológicos para poder ser parte de cualquier deporte”, considera.

“Ningún deporte debería tener género ni sexo, todas las personas lo deberían de practicar sin ningún tipo de limitación. Que tengamos que cumplir ciertos parámetros de tal hormona creo que es algo que tenemos que corregir”.

DESCARTA VENTAJAS FÍSICAS

El futbol no es boxeo y no es lucha libre”, asegura Mara respecto al pensamiento de quienes ven ventajas físicas en personas trans. Para ella, la única ventaja está en las habilidades de cada jugadora.

“No se trata de una ventaja competitiva porque la ventaja en la competencia tiene que ver con las habilidades de cada jugador o jugadora. Contra Lanús en mi debut me tocó perder 7-1 y yo no hice el gol. Han sabido marcarme bien, han usado el cuerpo mejor que yo y son más grandes que yo”, señaló.

“En cualquier deporte, entre varones o mujeres, cuando hay contacto siempre va haber un tipo de situación de un golpe o lesión, pero eso no quiere decir que una chica trans va a entrar a la cancha a romper a alguien. Entro a la cancha porque quiero jugar”.

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