Maradona y la vez que cambió a Puma por la marca mexicana Garcis

El Pelusa y José Antonio García se conocieron durante un vuelo Buenos Aires-Ciudad de México.

Maradona se tomó fotografías con la marca Garcis. (Foto: Mexsport)

Desde 1982, dentro y fuera de las canchas, Diego Armando Maradona le fue fiel a la marca Puma, con la que previo a la Copa del Mundo de España firmó un contrato de patrocinio 'vitalicio'.

Pese a la lealtad que el ‘10’ argentino mostró a la firma alemana por casi 40 años, a principios de la década de los 90 se convirtió en imagen de una marca de artículos deportivos mexicana, fundada en 1961 y que fue por varios años el fabricante de balones para los juegos de Primera División, así como el proveedor de uniformes de la Selección Mexicana para la Copa Confederaciones de 1999.

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¿Cómo convenció Garcis a Maradona?

Una cáscara en el Estadio Azulgrana, un asado y una fiesta que se prolongó hasta la 4 de la mañana sirvieron para que José Antonio García, dueño de Garcis, convenciera a Diego de poner su nombre para un modelo de zapatos de futbol; entonces, la compañía mexicana ya tenía 'tacos' con los nombres de Hugo Sánchez, Jorge Campos, Carlos Reinoso, Manuel Negrete, entre otros.

“Lo invité a una cascarita y después un asado, me dijo: claro García, claro que sí”, José Antonio había conocido al Diego unos días antes al coincidir en la clase premier de un vuelo Buenos Aires-México, donde compartieron puros y una botella de champagne. Era 1993, un año antes de la Copa del Mundo de Estados Unidos.
“Estuvo Romano, estuvo Mohamed, Javier Alarcón, Saúl Lisazo; yo invité a mucha gente. Estábamos en el estadio esperando y de repente va bajando. Todos cagados de risa, bajamos, entramos al vestidor y unos nos pusimos los uniformes blancos y otros el azulgrana. Salimos, hicimos el asado y lo invité a mi casa. Trajimos un mariachi y estuvimos hasta las tres o cuatro de la mañana. Armamos una buena fiesta”.

Durante la fiesta, García platicó con Maradona sobre la intención de fabricar un zapato con su nombre. Sin mucha negociación y oposición, Diego aceptó la propuesta a cambio de 150 mil dólares, dos vuelos en jet privado a Cuba y una estancia en Cancún, ciudad que sirvió como escenografía para tomar las imágenes, que posteriormente aparecieron en las cajas de Garcis.

“Es un tipazo y agradable. Yo quería sacar un zapato Diego Armando Maradona, lo hablamos y me dijo que lo haríamos ‘pero con una condición’, me dijo. ‘Mañana me das el dinero y me vas a tomar las fotos en Cancún. Yo me voy a Cuba, me mandas un avión privado, me recogen tomamos las fotos en Cancún estoy dos o tres días y me regreso a Cuba”, fue la petición del argentino, a quien García describió como “humilde, sencillo, ocurrente, carismático, tenía todo. Un tipazo”.

Tal y como lo habían acordado, un día después García entregó el dinero en efectivo al Pelusa. Alrededor de 450 mil pesos de acuerdo al tipo de cambio del dólar en 1993, año en el que dejó el futbol de Europa, para regresar a Argentina, luego de 11 años y 10 temporadas jugando para el Barcelona (1982-1984), Napoli (1984-1992), y Sevilla (1992-1993).

“Me acuerdo que del dinero que yo le di, de todos los amigos que traía se los repartió. Le di 150 mil dólares. Él traía como siete amigos y les repartió de 10 y 12 mil dólares. Diego se quedó como con 30 o 40 mil dólares”, comentó José Antonio en entrevista para mediotiempo.

El modelo de Maradona fracasó

A un año del Mundial de Estados Unidos 1994 y con Argentina como monarca de la Copa América 1993, todo apuntaba a que el modelo Diego Armando Maradona de Garcis sería un éxito en ventas; sin embargo, no fue así. 

Las expectativas no se cumplieron en México, y aunque en territorio estadounidense hubo una mejor respuesta "no fue lo que yo hubiera esperado”, reveló García, para quien "la gente prefería un modelo Manuel Negrete, Carlos Reinoso. Es más, el modelo Jorge Campos tampoco se vendió, Hugo Sánchez tampoco. El que más se vendió fue el de Carlos Reinoso”.

Maradona aceptó jugar en el Atlante

A partir de ese acercamiento, García formó una amistad con Diego Armando, visitándolo en varias ocasiones en Argentina, y hasta invitándolo a fichar con el Atlante, club del que fue dueño de 1987 a 2014.

“Hicimos una buena amistad. Lo invité a jugar en el Atlante y me decía que sí. Estuvimos en Argentina con Coppola (agente de Maradona), cenamos, fuimos a una discoteca. Nos vimos dos o tres veces más. Hablé con él por teléfono y en un juego contra Pumas íbamos a comer aquí, pero a la mera hora ya no se hizo. Solo hablé con él por teléfono”.

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