Maradona y el médico 'culichi' que se convirtió en su doctor cabecera

El astro argentino cumple un año de fallecido y el médico de Dorados recuerda su cercana relación cuando estuvo en Culiacán.

Maradona dirigió a Dorados de septiembre del 2018 a mayo del 2019 (Imago7)

En menos de dos meses Hernando Casillas García, médico originario de Culiacán, pasó de atender futbolistas a ser el doctor de cabecera de Diego Armando Maradona, durante su paso como entrenador de Dorados de Sinaloa, club que dirigió entre septiembre del 2018 y mayo del 2019 en el extinto torneo del Ascenso MX.

El “Doctorcito”, como le decía Diego Armando, se ganó la confianza del Pelusa y de su gente cercana no solo por su trabajo en la cancha, sino también por las revisiones y chequeos médicos que le realizaba en su casa, incluso en más de una ocasión tuvo que faltar a su segundo trabajo con la intención de asistir al astro argentino, quien el año pasado falleció en Buenos Aires a causa de una insuficiencia cardiaca.

Estuve muy cerca de él porque con la persona que vivía me tenía confianza y me hablaba para revisar a Diego. Iba a su casa, me recibían muy bien. Tuve la oportunidad de ser su médico de cabecera el tiempo que estuvo aquí. Me dieron la confianza y siento que les respondí las veces que me pidieron ayuda”, comentó en entrevista para Mediotiempo.

“Yo tengo otro trabajo aparte del club a 50 minutos o un a hora de Culiacán, y en numerosas ocasiones iba llegando al trabajo y me hablaba su asistente para decirme ‘Oye doc necesitamos que vengas’, y yo le decía a mi jefe que me había surgido una urgencia y tenía que ir a su casa”.


Hernando, que trabaja en Dorados desde el 2011 de manera ininterrumpida, recordó algunos pasajes junto a Diego Armando y las revisiones que le hacía en su casa, resaltando la gran tolerancia al dolor que tenía, al grado de quedarse dormido mientras él lo atendía por una herida en el oído.

“Lo que yo conocí de Diego es que era una persona que tenía un umbral de dolor muy alto, tenía una tolerancia al dolor increíble. Una vez me habló su asistente porque le estaba sangrando el oído. Fui a su casa, y me lo encontré comiendo cereal y con la playera manchada de sangre. Se estaba limpiando el oído y se desgarró el conducto auditivo con el tubito del cotonete”, señaló.

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“Lo revisé y le dije que le iba a hacer un lavado para quitar el exceso de piel. Lo acosté en un sofá y mientras yo le hacía el lavado, que es algo molesto, él se quedó dormido. Ya cuando terminé lo desperté y estaba como si nada”.

El tiempo que vivió en Culiacán y el buen momento que pasó, según Hernando, se vio reflejado en la salud de Maradona, quien sorprendía a su doctor por el buen estado cada que iba de visita a Argentina. La ciudad le había caído tan bien, que el “Doctorcito” afirmó que en más de una ocasión externó que se quedaría a vivir en la ciudad en caso de encontrar una buena escuela para su hijo.

“Él estaba muy contento. Decía que si podía encontrar una buena escuela para su hijo Dieguito él se quedaba a vivir. En Culiacán él podía ir al colegio a dejar a su hijo, ir a la plaza y pasear, entrar a las tiendas y nadie lo molestaba.”, apuntó.


“Tuve contacto con su médico en Argentina y me decía ‘oye qué le hiciste a Diego, lo veo mejor que nunca, mándamelo así’. Desafortunadamente pasó lo inevitable. Me quede con la sensación que pudimos compartir más tiempo juntos”.

Maradona y el beso en la frente que nadie captó

Hernando no tiene más que buenas palabras y buenas referencias de Diego Armando, a quien calificó como una persona humilde, atenta, que se preocupaba por los demás y agradecido con el trabajo de cada uno de los jugadores y los integrantes del staff.

“Cuando se terminó el primer torneo estábamos por romper filas, él se iba a Argentina. Se fueron saliendo los jugadores y salió de su oficina. Por el cristal me dijo adiós, yo también le dije adiós. Recuerdo que entró al área médica, me agarró de las manos y me dio un beso en la frente y me dijo ‘gracias por todo doctorcito’, y yo volteaba a todos lados a ver si alguien había captado el momento. Estaba bien emocionado.

“Recordar esas cosas me llena de emoción, Tuvimos un año increíble. Me tocó conocer a la persona. Si yo hubiera podido pedir un deseo hubiera pedido que viviera 100 años”, concluyó.


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