- Unos cien policías cuidaron exclusivamente a la porra visitante
Después de que la porra del Querétaro se enfrentó a golpes con la del Atlas en el Estadio Corregidora, en el duelo de la Jornada 12, las autoridades decidieron vetar su inmueble como castigo tras los hechos vandálicos. La Federación Mexicana de Futbol les impuso el castigo tratando de que la violencia no volviera a ser generada y los aficionados entendieran. Pero no, los Gallos no entendieron y antes de que el duelo comenzara se liaron a golpes con la barra del Cruz Azul. Todo empezó cuando los camiones de los queretanos no llegaron hasta Eje 6 como lo hacen las porras visitantes para ingresar al estadio, los aficionados fueron bajados por Eje 5 y tuvieron que caminar hasta el otro costado para ingresar, en el trayecto se encontraron con aficionados celestes y ahí comenzó la campal donde los policías no pudieron hacer nada y por ende no hubo nadie detenido. Después del altercado, se estableció un mayor dispositivo de seguridad especial alrededor de los aficionados de los Gallos Blancos. Antes de que los barristas ingresaran al inmueble se les realizó una exhaustiva revisión para cerciorarse de que no portaran armas u objetos que pudieran dañar la integridad física de otros aficionados; además, aquellos que no habían comprado el boleto con anticipación fueron regresados de inmediato, sin opción de comprar su localidad en la reventa, pues la intención era no permitirles andar con libertad entre el mar de aficionados celestes que comenzaron a desfilar buscando sus puertas de entrada. Ya en el interior del Estadio Azul, la porra fue replegada para ocupar la cabecera alta de la zona de lugares numerados, pues aunque a las porras visitantes se les permite extenderse en dicho lugar, la policía prefirió cerrar el cerco y poner vallas de elementos de seguridad que impidieran a los barristas desplazarse a su antojo dentro del inmueble. La porra de los queretanos, cuando su equipo estaba en la extinta Primera División A, fue vetada y no se le permitía ingresar a otros inmuebles, ante su comportamiento la Federación Mexicana de Futbol podría volver a tomar medidas extremas.