- Varios descensos se han definido gracias a la ‘flexibilidad’ reglamentaria
La batalla por el descenso de esta campaña no será la primera con impugnaciones y señalamientos de “mano negra”. En los últimos años han sido varios los episodios en que el Reglamento ha valido poco y la Federación Mexicana de Futbol ha establecido medidas cuestionadas que definieron el futuro de numerosas franquicias. Esta vez el Atlante se inconformó por la venta del Atlas, su principal rival para evitar el descenso, y aunque todavía no reciben respuesta, los hechos parecen avalar los dichos de un club que, paradójicamente, gracias a la flexibilidad reglamentaria, hace 12 años se libró de perder la categoría.
Salvadora ‘promoción’ Los Potros que hoy solicitan rigidez en las normas se beneficiaron de una repentina disposición que tras el Verano 2001 les permitió jugar un partido de “promoción” contra el Veracruz, gracias al cual evitaron caer a la Liga de Ascenso. El Atlante terminó esa campaña en el último puesto del Descenso, pero la FMF aumentó el número de clubes para la siguiente campaña y así permitió que los Potros, mediante un pago de 5 millones de dólares, jugaran la serie ante los Tiburones Rojos. El objetivo era aumentar de 18 a 19 clubes para el Invierno 2001 y a 20 para el Apertura 2002. Además de que ascendió La Piedad, el Veracruz pudo jugar ante el Atlante porque había sumado la mayor cantidad de puntos en el Circuito Menor. Pero al final los Potros ganaron 4-1 en el global y sellaron la salvación.
Quitan puntos a Gallos En el descenso del 2007 fueron los Gallos Blancos quienes padecieron las lagunas del Reglamento. La FMF les quitó tres puntos por no cumplir con la Regla de Menores, aunque ello fue por cambios repentinos en el escritorio. Apenas ascendido, el Querétaro estuvo en desventaja porque no tenía jóvenes para acumular minutos, en principio porque, a diferencia del resto de los clubes, estuvo en la Liga de Ascenso el año previo, cuando todos comenzaron a sumar para esa Regla. Además, la FMF decidió que la sanción para quien incumpliera con esa determinación implicaba el retiro de 3 puntos no sólo en la Tabla General y de Grupos, como estaba originalmente, sino también en la del Descenso. Esas unidades fueron la diferencia ante Santos, el otro rival que casi se quemaba, y finalmente los emplumados descendieron.
De puntos y enroques Precisamente ese episodio bien pudo significar un “pago anticipado” para el Querétaro, que para este semestre se benefició de la flexibilidad en la Liga. A pesar de que perdieron la categoría, compraron la franquicia de Jaguares y la trasladaron al Estadio Corregidora para mantener a los Gallos Blancos en Primera División. Algo similar sucedió en 1999, cuando el Unión de Curtidores ascendió sólo por unos días. Al mismo tiempo, el Puebla había perdido la categoría pero sus propietarios lo adquirieron para mantener la Primera División en la capital camotera. Enfurecido, el público en León obligó a que su ex dueño, Valente Aguirre, convirtiera a los Curtidores en Panzas Verdes. Además, en 2004 la FMF desapareció al Querétaro e Irapuato, señalados por presuntos vínculos con el narcotráfico, con el argumento de que debían reducir de 20 a 18 clubes para aligerar el calendario, a pesar de que 4 años antes habían acordado el aumento de clubes, con lo cual se salvó el Atlante.
Potros a la espera Con esos antecedentes, los Potros ahora impugnaron la venta del Atlas a TV Azteca al señalar, con papeles y argumentos en mano, que dicha transacción sólo contó con el 60 por ciento de votos aprobatorios en la Junta de Dueños, y no con 80 como lo exige el Reglamento. Además recordaron que ese tipo de movimientos se deben dar 90 días antes del inicio de un año futbolístico, lo cual tampoco se cumplió porque la mencionada reunión se dio apenas un mes antes del arranque del Clausura 2014. A pesar de ello, el presidente de la Liga MX, Decio de María, aseguró esta semana que aún no analizaban la inconformidad al mencionar que era tarea del Comité Ejecutivo de la FMF, del que él forma parte, sin dar fecha para darle cauce a la queja.