- La presión lo hace crecer y madurar como técnico en Primera
- Algunos directivos ya le buscan sustituto, pero Sosa no se inmuta
La brecha entre dirigir en Primera División y Liga de Ascenso es muy grande, y Alfonso Sosa lo sabe. El técnico de los recién ascendidos Leones Negros de la UdeG, admitió que la brecha entre llevar las riendas de un equipo en ambos circuitos no es fácil de sortear, y eso le cambió la vida. La necesidad de crecer para estar a la altura de las circunstancias, de vivir la presión y sentir la exigencia de un equipo con problemas de porcentaje, han hecho cambiar y madurar al estratega de los melenudos, sobre todo después de dos partidos en que el equipo no ha conocido los puntos. “Sí me ha cambiado, porque tenemos la necesidad de seguir creciendo desde otra perspectiva. Lo que vamos viviendo en estos partidos te van obligando a ver cosas completamente distintas; nos ha cambiado a muchos la exigencia, la presión, vivir día a día con la calculadora en la mano para hacer cuentas, sacar resultados, esas cosas por supuesto que han cambiado”, dijo a Medio Tiempo el técnico de la Universidad de Guadalajara. "Sí me ha cambiado, porque tenemos la necesidad de seguir creciendo desde otra perspectiva. Lo que vamos viviendo en estos partidos te van obligando a ver cosas completamente distintas". Apenas llegó a Primera como técnico, de inmediato sintió el cambio tan abrupto: “Sí es un contraste, en Liga de Ascenso hay un futbol de más contacto, menos técnico y muchas canchas no lo permiten. Acá hay más calidad, te equivocas una vez y la pagas caro. La calidad es la diferencia más importante y es muy notorio”, explicó. La presión por las dos derrotas en el inicio del torneo, ha llegado a cierto sector de la dirigencia universitaria, por lo que hay un pequeño grupo de directivos que han empezado a empujar por suplir a Sosa si las victorias no llegan, y para ello, Daniel Guzmán es el elegido para el cargo por dicho grupo de dirigentes. Estas situaciones no le sorprenden a Sosa, quien espera revertir todo con un triunfo ante Toluca, el próximo domingo. “Eso va a existir siempre, y hasta la gente que está dentro, sientes esas sensaciones en que si te preocupas o te detienes a pensar, yo ya no estaría aquí. La continuidad es la base del éxito que se ha obtenido: me tocó (estar en UdeG) como jugador y ahora como entrenador, eso no está a nuestro alcance y debemos ocuparnos en lo que está al alcance, y eso es trabajo cotidiano, preocuparnos por mejorar. Lo demás, seguramente se lo tendrán que comer cuando el equipo tenga buenos resultados, si no, daremos pie para que sucedan este tipo de cosas”, indicó. Por eso, ante la falta de tiempo para trabajar, debe adaptarse a las circunstancias que le obliga el momento del equipo, y tratar de encontrarle forma a las dificultades que se presentaron en el arranque del certamen. “Cuando no hay tiempo tienes que trabajar a marchas forzadas, redoblar esfuerzos e implica que las voluntades, el empeño, trabajo y dedicación aceleres el proceso y se adapte el equipo lo más rápido a las necesidades y posibilidades y que se traslade a resultados positivos. Intentamos meter trabajo de calidad y que esto nos permita ganarle tiempo, y que por la urgencia de repente te lleva a trabajar de forma desesperada”, concluyó.