El efecto Bravo

Ante la gran expectativa que fue el ver a Omar Bravo en la cancha nuevamente enfundado en la casaca de Chivas, quizá el delantero quedó a deber, pues no se pudo mostrar mucho en el campo.

Omar Bravo
  • Entró en la segunda mitad
Ante la gran expectativa que fue el ver a Omar Bravo en la cancha nuevamente enfundado en la casaca de Chivas, quizá el delantero quedó a deber, pues no se pudo mostrar mucho en el campo, aunque corrió bastante, y mucho menos en el marcador; por lo que fue un regreso gris para el mochiteco. Fue en el minuto 35 que, ante una posible lesión de Javier Hernández luego de un choque con Joaquín Beltrán, el técnico Francisco Ramírez mandó a calentar al último Campeón Goleador del chiverío, en cuanto el delantero saltó a la cancha, la afición reaccionó con ovaciones para el mochiteco; “¡Oe, oe, oe, Bravo, Bravo!”, se escuchó en todo el inmueble. En el 53’, cuando entró por Gonzalo Pineda, al ver la casaca número 99, inmediatamente la afición lo volvió a ovacionar. Al llegar al 65’ se le vio muy movido al frente aunque no tuvo posesión de la pelota ni oportunidades de gol. Al 76’ tuvo una interesante participación en un contragolpe, centró Alberto Medina, Bravo bajó de pecho a la llegada de Marco Fabián, quien disparó directo a la portería pero salió desviado por la oportuna intervención de la defensa queretana. Para los minutos finales los rojiblancos terminaron al frente con su mejor delantera: Javier Hernández, Marco Fabián, Alberto Medina y Bravo, los tres primeros buscaron que Bravo se hiciera presente, pero no fue posible pues la defensa visitante se dedicó a romper cuanto balón le llegaba.  
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