Migrar al futbol de la fría Mongolia, la experiencia de un futbolista mexicano

Hugo Alberto Zambrano se puso como ‘carne de cañón’ hace unos meses para ir al futbol de Mongolia para abrir camino a más mexicanos.

Hugo Alberto Zambrano, jugador mexicano que juega en Mongolia (Especial)

Hugo Alberto Zambrano intentó hacer carrera en la Liga MX como futbolista profesional, pero las puertas se cerraron una y otra vez, así que un día decidió conocer el mundo a través del futbol y comenzó su peregrinar por diversas ligas desde Argentina hasta Nueva Zelanda y cuando parecía llegar el retiro llegó otra invitación para jugar en el Khovd de Mongolia.

¿Por qué no? se preguntó Zambrano, quien había decidido montar una agencia de representación de jugadores y desde el exótico país asiático le pidieron un jugador que pudiera adaptarse a un futbol que en invierno puede tener partidos con temperaturas bajo cero grados centígrados.

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“Cuando me solicitaron jugadores para Mongolia, me pidieron un jugador con mis características. Entonces decidí que iba aplicar yo, capaz que en una de esas les llego a interesar. Apliqué y en vez de mandar un jugador fui yo para tomar experiencia”, contó Zambrano, quien terminó contrato en julio con el Khovd, pero a sus 36 años recibió una nueva oportunidad con el Tuv Azarganuud de Mongolia.

“También lo tomé yo porque muchas veces cuando uno manda jugadores, más vale saber a dónde los estás mandando, entonces me puse yo como carne de cañón para ver cómo está todo aquí y las puertas están abiertas para poder seguir trayendo jugadores”, explicó a mediotiempo.

¿Cómo se comunica en Mongolia?

En tiempos de la tecnología, la adaptación ha sido más sencilla pues Hugo Alberto Zambrano no habla mongol y por ahora no lo entiende, pero en el campo lo hace en inglés.

“Para el día a día es un poco más complicado porque casi nadie habla inglés. Entonces cuando uno va a la tienda tiene que andar con el traductor del celular y mostrándolo”.

La comida no fue problema salvo la primera experiencia…

“Todas las comidas llevan arroz, el 50 por ciento del plato es arroz blanco, entonces es un arroz que si no le hallas el sabor te puede cansar un poquito porque para mí no sabe a nada. El arroz va acompañado de pollo, carne, pescado y vegetales. No es un sabor tan fuerte como la comida China o la comida japonesa, la comida de Mongolia, al haber mucho ganado, tiene bastante carne. Con los vegetales se batalla un poco más porque por el clima casi no hay vegetales, son muy caros, todo lo traen de otros países”

¿Qué es lo más exótico que has comido?

“Nos invitaron a comer el primer día que llegué y nos sirvieron en la mesa la cabeza del buey. Era la cabeza tal cual del buey. No te dan cubiertos sino que uno con la mano tiene que ir desmembrando lo que es la cabeza del animal. Aquí por respeto, o por tradición, si uno dice que no a algo lo toman muy mal, muy a pecho. Bueno, como pudimos tuvimos que ir comiendo lo que fue los sesos, los ojos.

“Lo más difícil fueron los primeros dos o tres bocados, ya posteriormente pude llevar la situación sin tantos contratiempos”.

¿Cómo es jugar en el clima de Mongolia?

“El jugador local está acostumbrado al invierno a temperaturas de 40 o 50 bajo cero; de hecho Mongolia es la capital más fría del mundo, este año creo que llegaron hasta 56 grados bajo cero un par de días. Cuando sube la temperatura a 20 grados bajo cero ya no sienten tanto el frío. Tú los puedes ver a 20 grados bajo cero con una chamarra, un par de guantes y andan como si nada en la calle.

“Entonces cuando llegué estaban a 20 bajo cero, obviamente yo no estoy acostumbrado a esa temperatura, me costó un poquito, y sí los entrenamientos se modificaban según el clima. Generalmente la temperatura más caliente del día, por así decirlo, es entre 12 y 3 de la tarde que es cuando se nos permite poder entrenar de la mejor manera. También depende de si va a nevar o no porque, por más que limpien la cancha, no permite poder entrenar así que entrenamos en una cancha que está debajo de un domo”.

El también representante de jugadores contó que le sorprende aún se mantiene la tradición de que la gente sea nómada y solo en la capital esté la gente que no quiere deambular por el país.

“Mongolia es un país que está concentrado en la capital, si bien es un país muy grande, es un país que el 50 por ciento de la población es nómada. Entonces, la gran cantidad de gente, digamos de clase media o media alta vive en la capital. El resto vive repartida en Mongolia y es gente nómada que no ha querido cambiar sus tradiciones antiguas, viviendo a lo mejor 6 meses en una parte del país, viajan con su ganado y con sus casas de campaña que se llaman gers. De hecho el gobierno aprobó una ley que dice que todo el suelo es propiedad de los ciudadanos y no del gobierno, entonces pueden moverse libremente por el país”.

Por ahora, Zemabrano solo ha podido conocer la estatua de Gengis Kan, el conquistador que azotó la región en el Siglo XII. “Viene en las monedas, viene en los billetes, en las avenidas importantes, los edificios, todo lleva su nombre”, recordó e invitó a los jugadores mexicanos a conocer otras latitudes para cambiar su modo de ver y jugar al futbol.



  • Édgar Malagón Medel
  • Reportero. En MT desde 2011. Egresado de la licenciatura de comunicación FCPyS de la UNAM
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