Partido suspendido por insultos a Roman Zozulya se jugará a puerta cerrada
La segunda parte del partido entre el Rayo Vallecano y el Albacete, suspendido por "insultos reiterados" contra Roman Zozulya se disputará a puerta cerrada
La segunda parte del partido de la 2ª división española de fútbol entre el Rayo Vallecano y el Albacete, suspendido el pasado 15 de diciembre por "cánticos e insultos reiterados" contra el jugador ucraniano del Albacete Roman Zozulya, al que se le llamó "nazi", se disputará a puerta cerrada, resolvió este viernes el Comité de Competición de la Federación Española de Fútbol (RFEF).
Además de la finalización del encuentro sin aficionados en las gradas, el Comité de Competición impuso al Rayo Vallecano una multa de "18.000 euros" y acordó "la clausura parcial del estadio" de Vallecas (barrio del sur de Madrid) "por un periodo de dos partidos (...) Dicha clausura afectará al sector y grada/s donde se produjeron los hechos que han dado lugar al presente expediente", escribió el comité en su resolución.
El 15 de diciembre, una parte de los aficionados del Rayo Vallecano gritó "Zozulya es un nazi", entre otros insultos, durante la primera parte del duelo, por lo que el árbitro José Luis López Toca decidió interrumpir el partido durante unos minutos.
Entonces se difundió un mensaje sonoro en el estadio para pedir que cesaran estos insultos.
El partido se reanudó, pero en el descanso los futbolistas del Albacete se negaron a seguir jugando, solidarizados con su compañero insultado.
Zozulya fue cedido al Rayo en 2017 por el Betis, pero parte de la hinchada vallecana presionó para que la operación no se completara esgrimiendo que el internacional ucraniano de 30 años tenía vínculos con la ultraderecha.
El jugador, que explicó que simpatizaba con el ejército ucraniano, al que hizo donaciones económicas en el conflicto contra los prorrusos, pero negó cualquier relación con la extrema derecha, tuvo que volver al Betis y posteriormente fichó por el Albacete.
En 2015 publicó en Twitter una foto con una bufanda en la que aparecía el rostro de Stepan Bandera, líder de los nacionalistas ucranianos en los años 1930 y 1940 y figura controvertida, al haber combatido brevemente a la Alemania nazi, pero también haber colaborado con ella.