Premier League

¡De locura! Liverpool rescata triunfo en casa ante un combativo Bournemouth en inicio de Premier League

No pudo haber un mejor inicio en el futbol inglés, con el sufrimiento del campeón pero los tres puntos en casa.

Mohamed Salah marcó el último gol del partido (Reuters)
Mohamed Salah marcó el último gol del partido (Reuters)
Liverpool, Inglaterra

Cargado de emotividad por los permanentes recuerdos al que fuera su jugador,el portugués Diogo Jota, fallecido en julio pasado en un accidente de coche, exigido por su condición de campeón y robustecido con los refuerzos incorporados para su plantel, el Liverpool inició la defensa de su corona con una victoria agónica, a dos minutos del final, firmada por el italiano Federico Chiesa, un jugador aparentemente irrelevante en la plantilla de Arne Slot que ejerció de salvador en el momento menos esperado.

El transalpino, sin apenas protagonismo el pasado curso, en el que el Liverpool fue campeón, y candidato a dejar el club red ante la llegada de más refuerzos, solo necesitó seis minutos sobre el césped para devolver la ventaja a su equipo, responder a la insurrección provocada por el ghanés Antoine Semenyo, que dio el empate provisional a los visitantes, y dejar los tres puntos en Anfield el día de Diogo Jota.

Chiesa apareció en una acción rápida, revuelta, cuando atinó a llevar a la red un balón rechazado que envió de primeras al palo y frustró una gran parada anterior del metra Petrovic. Puso las cosas en su sitio Chiesa que se reivindicó el día en el que hasta ese momento había sobresalido Hugo Ekitike, uno de los refuerzos en ataque del Liverpool, autor del primer gol y de la asistencia del segundo, anotada por el neerlandés Cody Gakpo. En el añadido, acudió a la cita con el gol Mohamed Salah, en un contraataque, desaparecido hasta entonces.

Con un gasto cercano a los 3 mil euros, invertidos en jugadores, aún no da por cerrada el plantel el conjunto de Slot que tiene entre ceja y ceja al sueco del Newcastle Alexander Isak. Pero mientras el escandinavo llega o no llega, Hugo Ekitike reclamó su particular atención. El francés de 23 años, fichado del Eintracht Fráncfort, abrió el camino al conjunto de Anfield que se sobrepuso a la enorme carga emocional que marcó el primer encuentro de los reds por el recuerdo a Diogo Jota.

Tuvo sus opciones en cuando se sacudió el fulgurante arranque de su rival, con ocasiones claras y tempranas de Mohamed Salah, a la que respondió el meta Djorde Petrovic, uno de los pocos refuerzos del Bournemouth junto al zaguero Adrien Truffert, y otra después de Virgil Van Dijk, de cabeza.

Federico Chiesa se reencontró con el gol (Reuters)

Antoine Semenyo fue la amenaza posterior de los visitantes que intentaron aprovechar los desajustes traseros de los reds. También Marcus Tavernier advirtió.

Pero Ekitike no falló la más clara. En un pase de Alexis Mac Allister hacia el francés que aprovechó la fragilidad de Marcos Senesi y un balón rebotado para plantarse ante Petrovic y marcar el primer gol del encuentro en el minuto 36. Con sus manos, el 20, en honor a Diogo. Para él fue la celebración.

Estuvo presente el francés también en el segundo, al inicio de la segunda parte. Ekitike asistió a Cody Gakpo en el que amplió la renta. Aunque el neerlandés hizo casi todo. Tras recibir la pelota del francés en el borde del área se buscó el espacio, dejó en evidencia a la zaga de Iraola, frágil, contemplativa, y ejecutó un disparo certero que dejó entrever la sentencia del campeón.

Pero el Bournemouth mantiene la fe que Iraola le dio en la temporada pasada. No se acomplejó y aprovechó el desorden local después de los cambios, ambos en defensa, con la marcha de Frimpong y Kerkez y la entrada de Wataru Endo y Andrew Robertson para encontrar los espacios y acortar distancias.

En una jugada rápida, por la izquierda, un centro de David Brooks que vio venir Semenyo, más rápidos que Van Dijk e Irahima Konaté, los centrales, a los que se anticipó para, de primeras, batir a Alisson y resistir.

Irrumpió entonces un Bournemouth atrevido, encorajinado, orgulloso. Creyó. Iraola jugó sus bazas y confió también. Apareció Semenyo entonces para sacar a relucir sus virtudes. Velocidad y definición. Se quedó sin culminar una acción de ataque el Liverpool y perdió el balón. Fue un visto y no visto. Hamed Junior Traore, que acababa de saltar al campo, encontró otra vez a Semenyo y el ghanés aceleró. Recorrió medio campo y con un tiro raso volvió a batir a Alisson para establecer un empate impensable.

El último cuarto de hora fue frenético, de un lado a otro. El ansia por ganar del cuadro red y la ambición de su adversario que nunca pudo con el Liverpool en doce de los trece últimos cara a cara y que nunca había puntuado en las seis visitas recientes a Anfield.

Fue cuando apareció Chiesa. Oportuno Slot le encontró entre los suplentes y le dio la ocasión. Saltó al campo en lugar de Florian Wirtz, el fichaje millonario que pasó desapercibido. Chiesa lo aprovechó y en cuanto pudo marcó antes de que Salah sentenciara y dejara el guión establecido en Anfield.


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