¡Sorpresa en la Premier! Arsenal cayó por la mínima ante el colero Everton

El equipo de Mikel Arteta no supo reponerse al tanto que marcó Tarkowski al minuto 60.

Jorginho no tuvo suerte en su estreno con los Gunners. (Reuters)

Del 4 de septiembre, en Old Trafford, databa la última derrota en la 'Premier League' del Arsenal, que, trece partidos después, tras siete victorias en las últimas ocho jornadas, revivió la frustración, se sintió vulnerable y repuso el debate sobre su liderato, reducido por el renacido Everton y un cabezazo de James Tarkowski (1-0).

Jamás se sintió a gusto el Arsenal, de repente en un terreno 'escarpado', que probablemente no había visualizado antes, ni en la pizarra ni en el plan que se proponía Mikel Arteta en la visita a Goodison Park ni probablemente en toda la temporada, en el determinado camino que ha seguido desde el principio de la campaña hasta ahora, con una sola derrota en sus 20 partidos disputados, hasta este sábado. Ya ha perdido dos duelos.

Es verdad que todo habría sido de otra manera para los Gunners de haber acertado Nketiah con un remate con la derecha que normalmente es gol o de no haberse interpuesto Conor Coady al tiro de Saka, con 0-0, como también habría sido mucho peor de haber sido más efectivo el Everton. O Calvert-Lewin. O Doucouré. En la montaña rusa de la primera parte, el empate era lo más natural. En la segunda, cayó el líder.

Al borde de la hora de partido, el Everton dinamitó el duelo. La primera jugada con futbolistas del Arsenal de Jorginho y Trossard, fichajes invernales, fue el gol en contra, del que no tuvieron nada que ver, pero que los propuso ante un desafío inmediato. El cabezazo de James Tarkowski, superior a Odegaard -su marcador- a la caza del saque de esquina, sin ocasión para Ramsdale, no extrañó a nadie, entre la apoteosis de la afición local.

El 1-0. Una prueba de fuego para el Arsenal, que, instante a instante, en cuanto asumió el golpe, relanzó su ofensiva sobre la portería local, más vertiginoso, más desbordante por las bandas, más presente en el campo contrario y en el área rival, pero también sin tino en el remate, sin su caudal más habitual de ocasiones y sin puntos contra el Everton, que reabre el debate sobre un líder que hasta ahora parecía incuestionable.


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