‘Fue un auténtico calvario’: Ronaldo y la dramática lesión que estuvo a punto de retirarlo

Hoy hace 20 años la carrera del 'Fenómeno' estuvo a punto de llegar a su final mientras jugaba para el Inter de Milán.

Lágrimas y un sentimiento de agonía marcaron al brasileño al momento de ver su rodilla lesionada.

Hubo un día en que el mundo entero temió que la carrera de Ronaldo Nazario acabara de imprevisto. En un encuentro entre su equipo, el Inter de Milán, y la Lazio por la Ida de la Final de Copa en el Estadio Olímpico de Roma, el delantero que deslumbraba al mundo con su fuerza, velocidad y capacidad goleadora se rompió el tendón rotuliano de la rodilla derecha. Era el 12 de abril de 2000. Ronaldo tardó año y medio en reaparecer.

Ronaldo entró al campo en el 58'. Su equipo perdía 2-1 y necesitaba de su fortaleza para revertir el marcador. El exdelantero del Barcelona se persignó tres veces antes de entrar al terreno de juego. Seis minutos más tarde, cuando trataba de driblar al portugués Fernando Couto, su rodilla lo traicionó y se rompió. Comenzó el drama y el calvario para él.

El comienzo de una tortura

El rictus de dolor de Ronaldo era más que evidente mientras gritaba, lloraba y se tomaba la rodilla. Sus compañeros lo observaban consternados e incluso los rivales pidieron de inmediato el ingreso de la asistencia médica. Al salir en camilla, Diego Simeone se acercó hasta él para consolarlo.

El doctor Gérard Saillant, encargado de operarle en París, dijo: "Los milagros no existen. Necesita por lo menos ocho meses de recuperación antes de volver a jugar y aun así tampoco puedo decir, ni yo ni nadie, que volverá a jugar. Será, en todo caso, un proceso largo y difícil".

Sin embargo, esa misma rodilla ya había dado indicios de problemas: 144 días antes, el 11 de noviembre, se había lesionado el mismo tendón en un encuentro ante el Lecce. Durante las Navidades de 1996 sufrió una tendinitis permanente. Todo ello ya eran indicios de lo que se avecinaba: la lesión más fuerte que sufrió en su carrera y que estuvo a nada de dejarlo fuera de manera permanente.

En el momento de este trágico momento en su carrera, Ronaldo contaba 233 dianas como profesional a sus apenas 23 años y tres meses de edad. Era un fenómeno que estaba en vías de convertirse en uno de los mejores de la historia sin discusión alguna.

¿PSV: el culpable?

Desde su época en PSV Eindhoven, la ingesta de corticoides y antiinflamatorios fue una constante en él para fortalecer y cuidar sus rodillas. De hecho, Bernardino Santi, excoordinador de la lucha antidopaje de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), se refirió fuerte al club holandés: 

"Toda la culpa es del PSV. Le dieron anabolizantes cuando apenas era un crío. El resultado fue que su musculatura acabó siendo incompatible con la estructura ósea de su rodilla”.

Fue hasta el 8 de marzo de 2001 cuando Ronaldo recibió la autorización médica para volver a las canchas, no sin antes pasar por un periodo complicado a nivel anímico. De manera oficial reapareció hasta el 4 de noviembre del mismo año contra el Lecce.

"Fue un auténtico calvario. Una época muy dura. Mi familia, los fisios y los médicos me animaron a perseverar, y valió la pena. Además, fui padre por primera vez en aquellos días y esto supuso para mí un estímulo importantísimo. El nacimiento de mi hijo Ronald me dio las fuerzas que necesitaba para soportar aquella tortura interminable", admitió en una entrevista con FIFA.com.

Para fortuna suya pudo jugar la Copa del Mundo en 2002 en Corea y Japón y ganarla, haciendo un papel brillante: hizo 8 goles que le dieron el título de goleo individual, incluyendo dos anotaciones en la final a Alemania. Y eso que no estaba al tope de su capacidad.





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