¡Atención Berterame! ¿Qué porcentaje de naturalizados del Tri ha llegado a un Mundial?

El delantero se convirtió en el futbolista naturalizado número 18 en jugar con la Selección Mexicana; la mayoría no llegó a un Mundial.

México ha tenido naturalizados que no llegan al Mundial (Mediotiempo)

El sábado pasado, Germán Berterame se convirtió en el futbolista naturalizado número 18 en tener minutos con la Selección Mexicana. El delantero arrancó como titular ante el Valencia en el tercer partido de Javier Aguirre al frente del Tricolor con un funcionamiento discreto; ahora, su principal cometido es mantenerse dentro de este proceso para llegar a la Copa del Mundo de 2026.

Y es que la realidad dicta que son pocos los jugadores nacidos en otros países que han logrado llegar hasta un Mundial; es más, apenas un tercio de ellos concretaron el sueño de representar a México en la justa mundialista.

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Berterame es el décimo argentino que juega con el conjunto tricolor, en el que también han participado tres españoles, dos brasileños, un cubano, un peruano y un colombiano. También se debe aclarar que en realidad 19 futbolistas naturalizados han sido convocados, pero Lucas Lobos (también originario de Argentina) no disputó ni un solo minuto en la convocatoria en la que estuvo presente.


Primer camino: la consolidación

Con el llamado en esta Fecha FIFA, Germán Berterame tratará de consolidarse en el proceso de Javier Aguirre, quien en su primera convocatoria también consideró a Julián Quiñones, originario de Colombia, pero al que ya no llamó en esta ocasión, y a Santiago Giménez, quien por lesión no pudo estar en este llamado.

De los 16 jugadores que fueron convocados de 1935 a 2022, solo seis cumplieron el objetivo de jugar una Copa del Mundo, lo que indica que solo uno de cada tres elementos logró hacerse un hueco en la convocatoria final.

De los que sí lograron jugar el Mundial, el primero fue el cubano Jorge Romo en Suiza 1954 y Suecia 1958; el español Carlos Blanco, también en las mismas Copas del Mundo; el argentino Gabriel Caballero en Corea-Japón 2002; el brasileño Sinha en Alemania 2006; al igual que el pampero Guillermo Franco, quien jugó en ese mismo Mundial y luego en el de Sudáfrica 2010, y por último Rogelio Funes Mori, quien estuvo en Qatar 2022.


El otro camino: los que no llegaron

Han sido más los futbolistas que se quedan a mitad de proceso, o en la recta final como le sucedió a Santiago Giménez (nacido en Argentina, pero con toda su formación hecha en México) que los que han ido a una Copa del Mundo.

En los últimos 20 años varios nombres han desfilado como el de los argentinos Matías Vuoso, Lucas Ayala, Damián Álvarez y Christian Giménez, quienes se pensó que podrían elevar el nivel del representativo nacional, pero al final fueron descartados; también en su momento se convocó al brasileño Leandro Augusto, quien tuvo un fugaz paso con Hugo Sánchez y Sven-Göran Eriksson entre 2008 y 2009.

Más atrás en la historia también desfilaron nombres como el peruano Julio Lores, los españoles Lorenzo Camarena y José López Herranz, así como el argentino Carlos Lara que tampoco pudieron concretar el sueño de jugar una Copa del Mundo.

'Berterame se ha ganado estar en Selección Mexicana'

Lucas Ayala representa el lado infructuoso de la historia de los jugadores naturalizados en la Selección Mexicana. El futbolista de origen argentino apenas pudo participar 59 minutos en el Tricolor durante la era de Eriksson y después no volvió a ser contemplado. Hoy, desde el retiro, platica del llamado de Berterame.

“A la gente le puede gustar o no la convocatoria de Berterame, pero uno se la gana, y yo creo que Berterame se la ganó. A mí, cuando llaman a un naturalizado, cómo se llame, créeme, que le deseo que le vaya espectacular”, comentó Lucas en entrevista para mediotiempo.
“Yo creo que no es un tema de naturalizados, es un tema de calidad y en ese aspecto el técnico puede estar equivocado o no, pero lo que ve el técnico allá adentro es muy difícil que nosotros acá afuera podamos criticarlo, podremos decir si nos gusta o no”, agregó.

Lucas Ayala, quien nació en Buenos Aires, Argentina, llegó a México a temprana edad para vestir la camiseta de los Jaguares de Tapachula, posteriormente pasó por las filas de Zacatepec y llegó a Primera División con los Tiburones Rojos de Veracruz. En el 2007, se convirtió en jugador de los Tigres y fue ahí donde vivió su mejor momento y además obtuvo la nacionalidad mexicana.

“Es lo más lindo que me pudo haber pasado porque llegué a la élite, donde a muchos les cuesta y quizás ni siquiera se han puesto la camiseta de la selección mayor”, comentó.

Fue hasta 2009, cuando el entonces entrenador Sven Göran Erikson aprovechó que el argentino ya se encontraba naturalizado y decidió llamarlo para un juego amistoso frente a Suecia. En aquel partido, el mediocampista tuvo minutos, pero después no volvió a ser convocado, pues el entrenador sueco fue cesado y Javier Aguirre, su sucesor, no lo tomó en cuenta.

“Desde que llegué a México a los 15 años no lo hice con la intención que me llamaran a la selección mayor, no, vine para buscar mi sueño que era jugar en Primera División, nadie me regaló nada. Mi llegada a la selección también se dio de esa manera, no tuve que buscar al técnico para decirle ‘convócame’, me convocó porque quiso, le puede gustar o no, eso es diferente”, recordó.

Y sí, el caso de Lucas Ayala, como el de muchos otros, demuestra que quizá para el futbolista naturalizado es mucho más complicado triunfar en el Tricolor.

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