Guillermo Ochoa iba a ser 'cepillado' del Mundial 2014; Piojo Herrera reveló que no lo contemplaba
El portero se convirtió en una de las grandes figuras del Tricolor en la justa mundialista, pero la historia pudo ser distinta.
Guillermo Ochoa corrió el riesgo de no jugar la Copa del Mundo de 2014, en la cual acabó como uno de los mejores hombres de la Selección Mexicana, con atajadas inolvidables que trascienden hasta hoy en día.
Ochoa no iba a ir a Brasil 2014
De cara a la justa brasileña había cuatro porteros que se encontraban en gran nivel como lo eran Jesús Corona, Alfredo Talavera, Moisés Muñoz y el propio Ochoa, por lo que el Piojo tenía opciones para echar mano, sin pensar inicialmente en el canterano de las Águilas.
"Ochoa a mí no me llenaba, porque era un portero que en mi idea futbolística, por lo que yo tenía pensado de Memo, no entraba, dije, pero le tengo que dar su lugar", explicó Herrera en charla con Ricardo Peláez para el podcast "Futbol de Cabeza".
¿Por qué Herrera llamó a Ochoa?
La labor como directivo de Peláez acabó por ser fundamental, ya que fue él quien convenció al Piojo de visitar a los jugadores que estaban en Europa, entre los cuales se encontraba Ochoa; pidió que lo escuchara primero y a partir de ahí que tomara una decisión.
"Yo hablo con él (Ochoa) y le digo: 'yo no quiero un portero que pare la pelota y se gambetee a un cabrón', eso sería estúpido de mi parte: 'para la pelota y gira para el otro lado, y si no, como todos los porteros del mundo, pégale para arriba. Pero si te la dan con espacio yo lo único que quiero es que pares, te des un tiempo y si está ocupado de este lado te vas del otro o al de en medio y Memo lo hizo perfecto", rememoró.
Ochoa fue vital en la Copa del Mundo 2024
El portero se ganó un sitio sobre Moisés Muñoz, quien quedó fuera de la lista final, y lo hizo para cumplir una de las mejores actuaciones de jugadores mexicanos en Mundiales, siendo especialmente recordada su participación ante Brasil en la segunda fecha.
Se destacó una atajada a Neymar que fue incluso calificada como "imposible", en un partido que acabó 0-0 ante el país anfitrión en el Estadio Castelao, Fortaleza.