El futbol premia al Chucky lo que de niño le castigaron: las travesuras y ‘maldades’

Uno de sus formadores recordó los primeros años de Lozano en el Pachuca y lo que les tocó sufrir con su carácter.

La cara de niño nadie se la quita a Hirving Lozano. Tampoco cambió su carácter, pero sí el significado de sus cualidades, pues lo que antes eran defectos hoy son sus máximas cualidades.

Consentido de la afición mexicana y recién caído de pie en Italia, el Chucky hizo sufrir a sus primeros entrenadores tal como hoy lo hace con los defensas rivales. Así lo recuerda Miguel Ángel Gómez, uno de sus formadores en la cantera del Pachuca.

Siempre se distinguió por esa inquietud, esa situación de a ver qué travesura hacer. Cuando debutó era encarador y descarado, nunca se amedrentaba”, contó a Mediotiempo.

Siempre le comentaba: ‘a los jugadores habilidosos, cuando el rival es incapaz de detenerlos, los agarran a patadas, entonces tú trata de evitarlas’. Pero a veces se excedía. Cuando estaba de 13 o 14 años queriéndose burlar a 4 o 5 y a cada rato me lo ponían al piso”.

Lozano debutó el sábado en el Calcio con un gol frente a la Juventus de Cristiano Ronaldo. Gómez experimenta un orgullo distinto al verlo en esos escenarios, pues lo recuerda desde que llegó a Pachuca a fines del 2006, siempre yendo por la vía libre.

“Yo siempre llevaba una bitácora de los entrenamientos, de disciplina; llevaba mi carpeta, un cuaderno, y un día me lo escondieron”, recordó. “Lo escondió alguno de los que estaban castigados y regularmente el Chucky era de los que seguido era castigado por hacer travesuras”.

En 2007, el Chucky representó a Hidalgo en la Olimpiada Nacional, donde fueron campeones. Desde ahí arrancó su fogueo formal, aunque sin querer mudarse de la CDMX a Pachuca.

No se quería quedar en casa club, estaba un poco apegado a su familia, entonces a él me lo llevaban dos días por semana a los entrenamientos”, rememoró.


Gómez también recuerda que al ser pequeño de estatura, Chucky en aquella época no era titular, para cuidarlo de los rivales.

Era maloso y al final eso lo transmite en la cancha, picarón, bromista. En la Olimpiada lo tenía como relevo porque lo veía demasiado chiquito y frágil”, añadió. “Normalmente lo metía en los segundos tiempos para que él pudiera competir mejor, siempre nos dio buenos resultados, entraba de cambio y metía gol o daba pase”.

En el mismo 2007 fueron a Japón a un torneo Sub 12, cuando le ganaron al West Ham, y en el 2010 acudieron a la Copa Internacional Nike en Manchester, donde el Pachuca representó a México y perdió la Final ante el Barcelona.

La vida dio tantas vueltas que en aquel vuelo de regreso de Inglaterra también iba alguien con quien se tomó una foto: Javier Hernández viajaba a México para jugar con el Tri, después de firmar con el Manchester United. El Chucky, de 15 años, le pidió una foto al Chicharito y la presumía en redes sociales, porque no iba a dejar pasar la oportunidad.

Era berrinchudón, se enojaba cuando no le salían las cosas y es lo que lo ha llevado, ese descaro, esa situación de buscar siempre ganar, superar al rival eso lo trae desde chiquillo”, añadió Gómez.

Galería: los primeros años del Chucky en imágenes.





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