Milan deja escapar puntos en casa ante el Sampdoria y siembra dudas

Con este empate en casa, Milan podría ver escaparse al Inter a ocho puntos.

Ibra en acción. (AFP)

El Milan, segundo de la Serie A, perdió una buena oportunidad de acercarse al líder, su vecino y rival Inter, y de alejarse del tercero en la tabla, Juventus de Turín, al empatar (1-1) este sábado en casa con la Sampdoria (10º), en partido de la 29ª jornada.

Además, el Milan, que perdía 1-0, solo pudo empatar a tres minutos del final, con un tanto del noruego Jens Petter Hauge (87), después de ir perdiendo tras haberse adelantado el equipo genovés, por medio de Fabio Quagliarella (57).

Con este empate en casa, Milan puede ver escaparse al Inter a ocho puntos, si gana este sábado en campo del Bolonia (11º), mientras que la Juventus se pondría a dos, si se impone en esta jornada en el derbi al Torino (17º).

Curiosamente, la Sampdoria se quedó con diez hombres en la siguiente jugada al gol que les puso por delante, al recibir el portugués Adrien Silva (58) una segunda tarjeta amarilla por juego peligroso, tras haber sido amonestado por la misma razón al final del primer tiempo (45).

Pero el Milan solo se pudo beneficiar de esa superioridad numérica con el gol en los últimos minutos de Hauge, que había entrado en el campo en el 73, en sustitución del español Samu Castillejo.

La Sampdoria, mucho mejor físicamente en este regreso a la competición tras la ventana de partidos internacionales, abrió el marcador al aprovecharse de un gran error de Theo Hernandez: un pase cerca del área fallido del lateral francés fue aprovechado por Fabio Quagliarella que sin pensárselo engañó a Gianluigi Donnarumma desde fuera del área (57).

El delantero de 38 años logró de esta forma su tanto número 174, consolidándose como el máximo goleador en actividad de la Serie A, delante de Ciro Immobile y del sueco Zlatan Ibrahimovic.

El gol del noruego Hauge al final evitó lo peor para el Milan, que no acaba de jugar cómodo desde hace tres meses, con solo dos victorias en ocho partidos (con dos empates y cuatro derrotas).

Ese ritmo constituye una amenaza para su objetivo número uno de la temporada: un billete a Liga de Campeones, que parecía asegurado a finales de enero, cuando el Milan terminó como ganador de la primera vuelta de la competición.


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