El Inter de Milán se desinfla y cayó ante el modesto Monza: 0-1
El equipo Nerazzurri, pese al triunfo en la Champions League, sigue siendo inconsistente y se aleja de las competencias europeas.
El triunfo ante el Benfica en la Liga de Campeones no sirvió como el golpe anímico que el Inter buscaba en la Serie A, torneo en el que se encontró con una derrota ante el Monza (0-1), una alegría para su dueño Silvio Berlusconi, ingresado por leucemia, que significó la quinta jornada consecutiva sin ganar de los Nerazzurri.
Si bien saltó con un once condicionado por el partido de Vuelta de los Cuartos de Final que disputará este miércoles en el mismo escenario que esta tarde, el Inter volvió a ofrecer una pobre versión ofensiva que le impidió perforar la meta del Monza.
Todo en un partido con un fondo curioso. Y es que el Monza es propiedad de Silvio Berlusconi, ahora hospitalizado por leucemia, otrora presidente del Milan, lo que seguro fue una motivación extra para el conjunto visitante bajo la atenta mirada del número dos de Berlusconi, Adriano Galliani, en la que fue su casa durante los 17 años que duró el mandato de 'Il Cavaliere' en el conjunto Rossonero.
El Monza, con un tanto en los minutos finales de Caldirola, que remató libre de marca en un saque de esquina, le hizo un favor a la obra magna de su actual propietario, que empató a uno ante el Bolonia, al tiempo que hundió a un Inter que desaprovechó la oportunidad de retornar a la zona Champions y que se complica sobremanera al tener a tres puntos a un Atalanta que puede igualarle si gana al Fiorentina este lunes.
Acabó el conjunto Nerazzurri con un Inzaghi desesperado en el banquillo viendo cómo Lukaku no estuvo acertado en las pocas acciones que tuvo en sus pies y cómo Dumfries por el carril derecho fue su mayor peligro, dio entrada a Lautaro, Dzeko, Brozovic y Calhanoglu, sentando a un Correa que volvió a decepcionar y manteniendo a Lukaku sobre el verde.
El Inter consiguió acumular gente en el área, generar peligro por empuje con centros laterales y balones colgados desde la lejanía, aceptando que no podía superar el entramado defensivo del Monza de otra manera. Aunque eso supuso que los visitantes tuvieran la posibilidad de contragolpear con facilidad, aunque no consiguieran finalizar con éxito.