Tony Meola, el portero de las múltiples facetas
El guardameta estadounidense jugó dos Mundiales, probó para ir a la NFL y hasta tuvo un videojuego dedicado a él; fue el primer arquero de la MLS en el Salón de la Fama de EE.UU.
En la primera temporada de la Major League Soccer –en 1996– hubo dos porteros que acapararon las miradas de los aficionados: Jorge Campos con el Galaxy de Los Ángeles y Tony Meola con el New York Metrostars.
Con estilos totalmente opuestos, mientras Campos era una figura internacional por su nivel de juego y folklor en las vestimentas, Meola se consolidaba como una de las figuras de una renovada selección estadounidense que batallaba por hacerse un hueco en el gusto de un país con múltiples deportes propios.
Meola –hijo de Vicenzo Meola, jugador italiano que jugó en la Serie B de su país con el Avellino– ya tenía una historia llena de anécdotas antes de debutar en la naciente Liga estadounidense, como el siempre hecho de tener ya dos Copas del Mundo jugadas, un videojuego con su nombre y un intento fallido por entrar a la NFL.
Dos Mundiales y un videojuego
En su etapa de colegial, nadie dudaba que Tony Meola se convertiría en un deportista profesional en la disciplina que escogiera. Sus dotes atléticos lo hicieron destacar al grado que fue escogido por los Yankees para jugar en una de sus categorías inferiores; sin embargo, el gran sueño de Tony era destacar en el futbol, así que sin importar que en Estados Unidos no hubiera una Liga profesional escogió este deporte.
En la Universidad de Virginia coincidió con Bruce Arena, en ese entonces entrenador de la selección Sub 20 de las barras y las estrellas, quien le dio sus primeros partidos; luego para 1987, y ante la poca competencia que había, se consolidó como el titular en la selección absoluta. Su primera gran oportunidad llegó en el Mundial de Italia 90, competencia en la que Estados Unidos tuvo una mala actuación, perdiendo ante Italia, Checoslovaquia y Austria.
Sin embargo, Meola llamó la atención del futbol inglés y el Brighton & Hove Albion lo contrató, aunque solo para ocuparlo en un par de partidos oficiales y nueve amistosos. Al siguiente año trató de probarse con el Watford, pero sin éxito alguno.
Regresó a los Estados Unidos para jugar en algunos equipos de la Liga de Futbol Indoor, que carecía de profesionales, y reclutaban a los jóvenes universitarios que después de la escuela querían seguir jugando este deporte.
El Mundial le dio mucha fama al portero y se convirtió en la cara más representativa del futbol de los Estados Unidos, razón para la que Supernintendo usó su imagen en 1993 para lanzar un videojuego de este deporte y tratar de popularizarlo en la Unión Americana. Fue así que surgió el Tony Meola´s Sideckicks Soccer.
Este simulador pasó sin pena ni gloria, incluso en varios sitios especializados se le considera uno de los peores videojuegos deportivos de la historia.
Para 1994 vino el Mundial en los Estados Unidos y por supuesto que Meola fue el arquero titular de esa selección que llegó hasta los Octavos de final.
El sueño frustrado de la NFL
A los pocos días de que concluyera la Copa del Mundo de Estados Unidos, Tony Meola decidió retirarse de las canchas para tratar de incursionar en la NFL como pateador los New York Jets. Justo en 1994 la Liga de futbol americano decidió recorrer la patada de kickoff de la yarda 35 a la 30, así que la potencia que había exhibido Meola dentro del balompié parecía idónea.
Sin embargo, esta jugada no le salió al portero, quien sufrió para adaptarse al ovoide y por lo tanto sus despejes eran muy desviados, con lo que se ganó el apodo de “Captain Hook”. Tony ni siquiera pudo llegar a la NFL, pues luego del tercer juego de pretemporada, los Jets decidieron cortarlo.
La carrera en la MLS
Después del intento frustrado en la NFL, Meola firmó con el equipo semiprofesional del Long Island Rough Riders, ahí esperó pacientemente hasta que en 1996 la MLS comenzó su primera temporada y Tony fue uno de las primeras estrellas que lucieron en la naciente Liga, enfundado en la casaca del New York Metrostars como jugador franquicia.
En el conjunto de New York estuvo tres años para después pasar al Kansas City Wizards, donde estuvo cinco temporadas y ganó tres títulos. Su último club fue el New York Red Bull de 2005 a 2006 y se mantuvo en una liga semiprofesional hasta 2008. En 2012 se convirtió en el primer portero de la MLS que ingresó al Salón de la Fama del Futbol de los Estados Unidos.