La dinastía olímpica del Jimmy Lozano; su padre y tío fueron boxeadores en los Juegos
Jaime Lozano, DT del Tri Sub 23, no es el primero de su familia en participar en unos Juegos Olímpicos: Su padre y su tío boxearon en México 68 y Múnich 72, respectivamente.
Que Jaime Lozano busque una medalla olímpica en Tokio 2020 como director técnico de futbol no es nuevo en la familia del técnico Sub 23. Su padre Jaime y su tío Sergio también representaron a México en justas olímpicas pasadas, solamente que ellos como boxeadores.
México 1968 fue el debut de Jaime Lozano Aguilar, padre del Jimmy, como boxeador olímpico. Se ganó su lugar al llevarse la Olimpiada Nacional y una segunda eliminatoria. Cuatro años después, en Múnich 1972, fue como entrenador de su hermano Sergio.
“Me partí el alma con eliminatorias y eliminatorias, en este país que no te perdonan el éxito. Quedé campeón nacional y quien lo hacía representaba al país automáticamente, entonces gané, quedé campeón y me dijeron no, la política de la Federación, como sigue todavía, es que vamos a hacer otra eliminatoria, entonces el campeón que era yo, el subcampeón que era otro güey (sic), el tercer y el cuarto lugar, nos volvimos a eliminar en la Arena México y me los volví a echar al plato a los mismos, ya no hubo pretextos”, recordó en entrevista telefónica con Mediotiempo.
El paso de Lozano padre en los JJ.OO. de México 68
En México 1968, Lozano padre se enfrentó primero al ghanés Emmanuel Lawson y se llevó la pelea por decisión unánime. Ya en los Octavos de Final cayó en una decisión controversial con el pugilista Peter Tiepold, de Alemania del Este.
“Yo peleé con una mano fracturada y así lo hice, porque si quedando campeón me querían quitar el lugar, imagina con la mano fracturada. Y así me la aventé, con dolor y todo, bien vendado el hueso y así peleé. La primera pelea estuvo dura porque me dió un guamazo el africano que me atarantó, se me fue la onda, seguí y en el tercer round recuperé. Después fui con el alemán, Peter Tiepold, me sacaba más de 25 centímetros, algo así, salí a partírmela, con un riñón mal que traía, le gané rotundamente y los pinches jueces dieron 5-0 a favor (del alemán). Me sacaron porque a la siguiente peleaba medalla y esa fue la historia”, añadió.
Para Munich 1972, con Jaime Lozano padre como entrenador, Sergio Lozano estuvo a nada de medalla. Venció primero al representante de Nigeria, Joe Mensah, después al australiano Kerry Devlin y al final perdió por nocaut con el keniano, Richard Murunga.
“Yo nací en un barrio bravo, mi padre fue boxeador, pero nunca quiso que fuéramos boxeadores. Ya viendo que teníamos broncas diario, teníamos nuestros ‘tiritos’, yo tenía hasta dos broncas al día, y dije ‘mejor me meto a boxear’. Y en contra del deseo de mi papá me metí a boxear para aprender, a nadie le dije nada. Me iba al Gimnasio Jordán, donde iban los campeones de la época, me iba a correr a las 5 de la mañana, total, entré a un torneo sin decirle a nadie”, aseguró el padre del Jimmy.
“Cuando hubo una bronca con mi hermano, que le pegaron, mi hermano fue Olímpico, Sergio Lozano, él fue a Munich, y yo fui como su entrenador, el mero, mero de ahí le pegó, y nos ponemos a darnos en la torre, a puro jab, soy zurdo de guardia derecha, yo noqueaba con el jab izquierdo, y lo agarré y 3 izquierdazos, le reventé la nariz, se iba a caer y lo abrazo, y lo seguí golpeando hasta que lo dejé medio noqueado. Noqueé a 3 de los más picudos, ni me tocaron y de ahí jamás se volvieron a meter conmigo. Nunca fui broncudo”.
Después su vida dio un gran giro al tomar clases de actuación, en donde le enseñaba a los estudiantes a golpear para actuar en novelas. Para 1976 tuvo su primera aparición en el cine, en la película ‘México, México, ra ra ra’, de Gustavo Alatriste. De ahí en adelante siguió con su carrera de actor en telenovelas, como Rosa Salvaje, Amor en silencio y Corazón Salvaje, entre muchas otras más.
Jimmy nunca quiso boxear
Ahora es el turno del Jimmy, quien va por el bronce olímpico en Tokio 2020 y para eso tendrá que vencer a Japón este viernes. Las cosas caminaron bien para Lozano, que se quedó a nada de pelear por el Oro o la Plata, pero México cayó en penales con Brasil. El exjugador de Pumas nunca quiso aprender boxeo y su padre lo recuerda como muy tranquilo.
“Nunca quiso (boxeo), era muy calmado. Yo le quería enseñar, le decía, ‘mira mijo, si tienes bronca en la escuela, nomás con uno abajo, no le pegues arriba porque puede sangrar, pega abajo, un gancho al hígado, un upper en el estómago y los dejas acostados, no se levantan o con un gancho al hígado, yo noqueé a varios así, se quedan como perros atropellados en el periférico’”, recuerda.