Han pasado 41 años de la última medalla: La equitación mexicana busca reverdecer laureles en Tokio 2020

Juan Manuel Cossio Vásquez del Mercado, presidente de la Federación de Ecuestre Mexicana, explica que el reto en Tokio será grande.

Humberto Mariles, medallista olímpico.

La historia de la Equitación en el olimpismo mexicano ha dado alegrías, sin embargo, han quedado ya muy lejos, pues lo más reciente se dio hace 41 años, en Moscú 1980, con 3 medallas de bronces y anteriormente en Londres 1948, con 2 de oro, 1 plata y 1 bronce, con la gran actuación del general Humberto Mariles Cortés, con su caballo tuerto Arete, que dieron a México la primera medalla olímpica de Oro en la historia durante la prueba de Salto Individual. Hoy, la consigna es que en Tokio 2020, esta disciplina brille reverdezca aquellos laureles.

Equitación ha sido relegado al quinto deporte que más medallas olímpicas le ha dado al país siendo superado por Taekwondo (7, con una más de Plata), Atletismo (11), Boxeo (13) y Clavados con 14 metales.

Con los jinetes y caballos definidos, la Federación Ecuestre Mexicana tiene todo listo para su representación en los Juegos Olímpicos, además de que se instauró una nueva metodología de trabajo, encabezada por el exjinete belga Stanny Van Paesschen, medallista de bronce en Montreal 1976.

El proyecto Tokio 2020

La llegada de Stanny Van Paesschen a la FEM, junto a la psicóloga Tatiana Tommasi, le trajo un giro de 180 grados al ecuestre nacional, donde los jinetes empezaron a obtener resultados positivos, como señala Juan Manuel Cossio Vásquez del Mercado, presidente de la Federación de Ecuestre Mexicana, en entrevista con Mediotiempo.

"A raíz de la llegada de Stanny Van Paesschen hace tres años, mejoramos. Se pensó que se tenía que cambiar y se contrató un jefe de equipo que es uno de los mejores del mundo. Con Stanny Van Paesschen ganamos una competencia en Dublín con los 11 mejores países del mundo, luego de ahí ganamos clasificatorias con Barcelona y Estados Unidos. Se vinieron muchos éxitos, se ganaron todas las medallas que se pudieron ganar en Centroamericanos y en Panamericanos una de Plata", explicó Cossio Vásquez del Mercado.

Poco a poco, a los jinetes mexicanos se les abrieron las puertas de competencias europeas y los triunfos llegaron, como en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018 con cinco metales entre pruebas individuales y la de equipo.

Además, en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 se adjudicaron la Plata y la plaza olímpica en la prueba por equipo con Eugenio Garza (Armani SL Z), Enrique González, (Chagna) Lorenza O 'Farril (Queens Darling) y Patricio Pasquel (Babel).

Así, los jinetes y caballos que participarán en Tokio 2020 son Enrique González, con Chacna; Eugenio Garza, con Armani SL Z; Manuel González, junto a Hortensia Van de Leeuwerk y Patricio Pasquel, con Babel, conforman el equipo de Salto, mientras que el binomio de Mafer Del Valle y Beduino Lam participarán en Adiestramiento.

A luchar con el atraso que trajo la pandemia

Previo a la pandemia, el equipo ecuestre tenía altas expectativas y había ilusiones de romper la sequía sin medallas olímpicas. Hoy, la consigna es luchar con ese atraso de más de un año que trajo el coronavirus y lograr trascender en los Juegos Olímpicos.

"El año pasado, antes de que la pandemia viniera, estábamos a tope, era nuestro mejor momento, le ganamos a Estados Unidos que es el actual campeón del mundo. Nuestros caballos estaban en forma, traíamos una mente muy positiva, nos creíamos todo. La pandemia nos arruinó como a todos, nuestro momento ideal era el año pasado, después de la pandemia estamos retomando el camino. Como todos los equipos, estamos en las mismas circunstancias, pero nos costó un poco más de trabajo a México porque en nuestra primera salida no nos fue bien, no puedo dar un pronóstico real, pero tenemos que ver algunas competencias del primer equipo".

La travesía de los caballos para llegar a Tokio

Por otra parte, Juan Manuel Cossio Vásquez del Mercado, presidente de la Federación de Ecuestre Mexicana, dio detalles de cómo es el viaje de los caballos a Japón, en un viaje de más de 14 horas.

"Los caballos están muy acostumbrados, pero por si las dudas va un caballerango y un veterinario en el vuelo. Normalmente los contenedores son de tres, pero hay caballos que no se acomodan bien viajando en un espacio reducido y viajan en un espacio doble porque el caballo para viajar tiene que ir cómodo con las cuatro patas. Los suben con una grúa al avión y vámonos, normalmente viajan muy tranquilos, si pasa algo el veterinario les pone un tranquilizante, pero están muy acostumbrados", comentó.

La travesía contempla una inversión entre 10 mil y 12 mil dólares por caballo, los cuales viajan en escalas impuestas por los mismos organizadores de los Olímpicos teniendo como base Nueva York y Alemania para partir a la isla japonesa.

"Unos salieron de Estados Unidos y otros desde México en avión, ya todos están en Europa. Allá se van a juntar todos los caballos que van a Tokio y saldrán de allá y otros desde Nueva York, se tienen que ir todos juntos para estar en sus instalaciones de Tokio", explicó.

Un binomio perfecto

En ecuestre, la relación entre el caballo y el jinete es única y ninguno de los dos tiene más o menor grado de responsabilidad a la hora de competir.

"A los caballos los empiezas a ver desde dos o tres años que empiezan a saltar en libertad en un redondel, es de tu gusto. Lo primero que tienes que buscar es un caballo bien conformado, eso quiere decir que esté perfectamente, que sea atlético y ahí va a tu gusto, si te gustan largos, cortos o más altos.

Los empiezas a escoger desde los cuatro años y los vas haciendo poco a poco con cinco, seis o siete años. Si vas a comprar un caballo hecho tienes que probar que te acomode porque los caballos te sirven o no, no hay de otra", señaló Cossio Vázquez.

Es así que el equipo de ecuestre mexicano va con las ilusiones a tope dejando atrás lo que pudo ser en el 2020 y enfocándose en este año en el que por fin se celebrará la justa veraniega tras una postergación que duró un año debido a la pandemia.


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