‘Yo sí la voy a armar de exótico’; Dulce Gardenia nunca flaqueó en su meta-VIDEO

“¡Y me solté el cabello, me vestí de reina, me puse tacones!”, suena en el coro de la canción de Gloria Trevi que se convirtió en una especie de himno para la comunidad LGBTT, porque en su letra precisamente habla de esa liberación esperanzadora de romper cadenas.

“Desde antes que iniciara en la lucha libre, en la escuela y también en un grupo de la iglesia, cuando había representaciones de teatro o pastorelas, siempre quería hacer el papel de gay, y no por otra cosa, sino porque me salía muy bien, siempre he sido muy alegre, de hacer reír a la gente”, dice en entrevista Sin Máscaras Dulce Gardenia, el esteta exótico que ahora mismo triunfa en las filas del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL).

Y lo del luchador lagunero, entre lo auténtico y la representación de un personaje, pues aun cuando la bandera la ondea con orgullo, no deja de ser su mote como gladiador profesional, todavía en tiempos recientes puede provocar escozor entre un puñado que se resiste a la inclusión.

“Hay todo tipo de público, me han tocado insultos, que me deseen la muerte, pero aprendes a sobrellevarlo y es más la gente buena que la mala, la gente me quiere muchísimo”.

Incluso, Gardenia, sin ir tan lejos, revela que el rechazo por ser el portador de un nombre tan colorido y tal vez irreverente, lo palpó con los suyos, con quienes pudo romper lazos.

“En la familia es muy dado a que se burlen y te digan, ‘cómo estás mana, te ves perrísima’, y es una forma de burla, porque lo siento; no es lo mismo a que te digan: ‘cabrón, te vi en la tele, te viste bien padre y volaste’. Les he dejado de hablar a muchos familiares por ese tema, incluso me corrieron de un velorio, ‘aquí los jotos no son bienvenidos’, y me sacaron a patadas, preferí alejarme”.

Porque Dulce siempre lo tuvo claro, su intención era ser como Pimpinela Escarlata, uno de los pioneros del segmento, porque además tiene esa chispa de ser distinto, pero igual al resto.

“Me propusieron usar máscara, otros nombres, personajes, y me preguntaban si era lo que yo quería y mi respuesta siempre fue ‘seguro, sí, es que yo sí la voy a armar, yo sí la voy a hacer como luchador exótico’”.

Sus inicios en Torreón

El acercamiento del norteño al pancracio fue casual, por temas de empleo, y del juego como cualquier chaval inquieto, pasó a probarse a las filas de la Seria y Estable, aunque tampoco estaba en su lista de prioridades ser profesional en esto.

“Comencé en el ambiente de la lucha libre montando un ring con un amigo y vecino, el maestro Caín, en Torreón; mi trabajo era ayudar a montar y desmontarlo, sólo eso, pero en lo que empezaba la función me subía a restirar las cuerdas, cuerdear y como tenía escuela de gimnasia por el pentatlón, ya sabía echar mortales, me subía a la tercera y el profesor pensaba que a mí me gustaba, pero la realidad es que no, aunque sí se me facilitaba.

“Estuve entrenando como un año y medio y después me dice que ya voy a debutar; ‘qué personaje vas a tener, cuál máscara’, y yo dije que quería ser exótico, como Pimpinela Escarlata y pude dar el salto hasta la Arena México”.

Los vítores, el reconocimiento, las palmadas, el calor de la afición pudieron cautivarlo por completo para decidirse a ser Dulce Gardenia, sin más y con mucho.

“El gusto se lo tomé hasta que ya estaba arriba del ring, hasta que ya tuve al público de frente, cuando sentí el aplauso y el cariño de los aficionados fue que yo dije: ‘órale, esto está chido’, como para vivir de esto, porque siempre tuve mi trabajo aparte, me dedicaba a las ventas; siempre me manejé tranquilo, no sabía lo que podía provocar a los demás y cómo me veía”.

EN CORTO

“Tengo muchas invitaciones a eventos, desfiles de la comunidad LGBTT para sacar playeras con mi imagen y ellos mismos saben que no me burlo, que los represento con mucho respeto”

“Mi trabajo no es nada vulgar, trato de no salirme del renglón, porque además somos un ejemplo para los niños”

Dulce Gardenia / Luchador del CMLL