‘Antes sólo llegaban cinco de 200 aspirantes a luchadores’; Bucanero, de la vieja escuela

El sobrino del Pirata Morgan asegura que tiempo atrás había que ser gladiador de tiempo completo y hoy todo ha cambiado.

Rey Bucanero, en entrevista con Sin Máscaras | Santiago Chaparro | Milenio

Con el paso del tiempo y la evolución de la lucha libre, ahora la elegibilidad para aspirar a ser esteta ha cambiado, pues las pruebas para obtener una licencia pueden estar un poco más a la mano.

Rey Bucanero, quien obtuviera su permiso para ser profesional en este deporte a los 17 años, cuenta en entrevista con Sin Máscaras respecto a cómo eran esos exámenes para poder llegar a ser un gladiador.

Asegura que el cambio de categorías o divisiones pudo modificar un poco las reglas o las formas, pero igual comparte que cuando a él le tocó probarse, muchos que lo intentaban se quedaron en el camino, porque no pudieron validar los circuitos a completar.

“La lucha libre en su momento era muy reservada en los entrenamientos, tenías que dedicarte de tiempo completo para poder llegar a ser profesional; de 200 aspirantes a luchador nada más podían obtener cinco su licencia, entonces eso exigía todas las disciplinas que conlleva la lucha: la olímpica, la grecorromana, la intercolegial, la libre, la profesional, o sea todo eso era reglamento, aparte el acondicionamiento físico tenía que ser muy bueno.

“Recuerdo que antes el examen era en el Sindicato de Luchadores, en el antiguo, el que estaba en la calle Platino, en Eduardo Molina, en un parque que mide como una manzana más o menos; de entrada, para calentar tenías que chutarte diez vueltas, luego aparte una vuelta de burritos, una de patitos, diferentes tipos de ejercicio, entonces en el puro accionamiento se iban tronando, se iban eliminando, luego venía la lucha olímpica, la grecorromana y no era de que tú les pusieras una calificación, no aguantaban ese tipo de entrenamientos, solamente los que estaban bien preparados los aguantaban y llegaban; hoy por hoy ya es menos exigente”.

Un niño adelantado

Con ocho años, y ya pensando en dedicarse al pancracio, y a los 15 luchando a nivel amateur, a Buca prácticamente la niñez se le fue de la nada; sin embargo, comparte que fue porque él siempre prefirió estar arriba de un ring aprendiendo toda la magia que va inmersa en la disciplina que él adoptó como su profesión.

“Yo de niño casi no tuve amigos, no tuve tanto acercamiento, cuando estaba chavito mis papás se separaron, entonces yo me quedé a vivir con mi tío Pirata Morgan, y pues siempre mi mundo fue la lucha, porque me gustaba ir a verlo luchar y todo eso. Pirata me adoptó prácticamente como un hijo y entonces yo ya no tuve como esa niñez, no me gustaba jugar con otros niños o estar dando lata, haciendo travesuras, a mí me gustaba mucho entrenar, porque se me daban los entrenamientos.

Ya lo traía en la sangre, me divertía mucho, para mí era como muy rico, bonito; siendo menor de edad no tomas decisiones tan importantes en tu vida, pero cuando me di cuenta ya estaba yo en la profesional y ya estaba luchando, entonces fue como más placentero, fue mi decisión, no una imposición”.

No la cambia por nada

Vacilante, El Corsario del Amor lanza que, “si en otra vida no pudiera ser luchador, sería luchadora”, pero su relato no lo cambiaría por nada.

Y al responder la pregunta tradicional del Sin Máscaras, respecto a qué le diría al niño que se fue a vivir con su tío y que luego empezó a internarse en la lucha y que hasta se fracturó el codo practicando, dice:

“Primero le daría las gracias y le diría que lo hizo bastante bien; a pesar de ser un niño con problemas como todos, con una separación de sus papás, con cosas que tal vez te pueden doler mucho cuando tienes tu infancia, porque no todo es miel sobre hojuelas.

“Por ejemplo, los chavillos que culpan a sus papás de que por ellos hoy son drogadictos, adictos, eso es mentira, uno es responsable de sus propias cosas y es uno responsable de su propia vida, porque nosotros tenemos la responsabilidad de decidir para dónde va tu camino, y lo más fácil es lo que no cuesta mucho, es echarle la culpa a otros; si viera a ese niño le diría: ‘sabes que lo hiciste bien, qué bueno que te lastimaste el codo y qué bueno que te dieron las agallas para subirte otra vez y seguir hacia delante; gracias a lo que tú empezaste siendo un niño, hoy por hoy soy un luchador estrella y conocido, y respetado dentro del mundo de la lucha libre’”.

¿Qué es Sin Máscaras? 

Sin Máscaras es un programa dedicado a la lucha libre, un deporte icónico de la gran nación mexicana. La tradición del pancracio es contada por los protagonistas, con entrevistas en las que puedes conocer más de tu luchador favorito. Esta emisión la puedes seguir en las plataformas digitales de Multimedios; una pieza en la que participan en sinergia Milenio La Afición y mediotiempo, la propiedad deportiva digital número uno de México

Sin Máscaras | Rey Bucanero



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