Zandokan Jr., el luchador que casi sufre un atentado en el ring

El rudo del CMLL comparte para Sin Máscaras que en una Arena de Tepatitlán un aficionado lo pudo amenazar con un arma.

Zandokan Jr. hizo enfurecer a un aficionado en Arena de Tepatitlán | Tonatiuh Guerra

Con esa pinta maligna, de rufián de siete suelas, y por supuesto ya inmerso en ese personaje con facha de despiadado, uno que gusta de lanzar improperios, y meterse con el público, alguna vez tuvo que sufrir con el rigor de éste, sobre todo el de provincia, que suele ser bastante emotivo, o sentido, bien podría decirse.

Y es que Zandokan Jr., ya cruzando la milla, y haciendo sus pininos por distintas plazas, sin importar el tamaño o la trascendencia del lugar, porque siempre ha sido entregado en donde se pare, cuenta para Sin Máscaras de la ocasión que hizo enfurecer a un tipo, quien, incluso, lo pudo amenazar con un arma, aunque ya no podía dar marcha atrás en su enfrentamiento.

Zandokan Jr. cumplió su sueño de ser luchador: ‘Frente al espejo me imaginaba en la México’

“Me acuerdo muy bien de una vez en mi tierra, en Jalisco, fuimos a un pueblo que se llama Tepatitlán, de rudo 100%, les gritaba: ‘¡rancheros, bola de rancheros!’, y al final, sí se prendió un aficionado, un señor se levantó de su lugar y traía una bolsita, hizo como que sacaba algo, y ya no pude retroceder, estaba en mi papel de luchador, si me hacía para atrás y me asustaba, me iba a ver mal, porque estaba arriba del cuadrilátero, y le dije, ‘pues sácala, si la vas a sacar es para usarla’, y al final de cuentas nos metieron a vestidores y nos sacaron por la puerta de atrás, porque yo creo que nos estaban esperando”.

¿Cómo fueron sus pasos en la lucha?

De dinastía de luchadores, pues todos en la familia adoptaron al pancracio como una forma de vida, el esteta tapatío comparte sobre esos primeros acercamientos en el ring, ya más en forma, y en los que tuvo que pagar ese derecho de piso como todos.

“Muy difícil cuando debuté, en una Arena chica, me tocaron rivales experimentados, no recuerdo sus nombres muy bien, pero de esos luchadores que les llaman caladores, que ya tenían bastante tiempo, más de 12 años luchando, y te toca enfrentarte con ese tipo de gente que tiene colmillo, los conocimientos, y pues sí te ponen una trapeada, pero la lucha libre ha sido de carácter, te hace forjarlo, una personalidad, entonces cada paso que das, cada batalla, cada derrota, te hacen ser más fuerte”.

Y recuerda que, en esa ruta de darse a notar, de levantar la mano, de decir, ‘yo le entro’, no le importó actuar sin paga, con apenas la clásica torta de por medio, porque al final lo que buscaba era que lo miraran, que supieran que hay un gladiador con muchas ilusiones de ganarse un lugar en un nicho tan tradicional en territorio azteca.

“En mis inicios la pude padecer bastante, pero ahora es muy grato recordarlo, el decir cómo comenzaste; muchos dicen que no hemos batallado lo que se batalla, pero creo que cada quien tuvo su propia lucha; recuerdo ir a luchar sin paga, sólo tu ida y tu vuelta, y traes apenas para comer, y un agua, pero es tanta el hambre en querer ser alguien en este deporte, que no te importa si hay un peso, dos pesos, una torta, tacos, tú lo que quieres es luchar”.

Siguiendo la tradición... por convicción

El hoy elemento del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL), lanza que no era, al menos entre los suyos, un requisito seguir la tradición, porque no todos sus allegados optaron por esta actividad, y tampoco era una obligación dedicarse a lo mismo.

“Depende, si es que realmente tienes ese gusto, y que te animes, porque, por ejemplo, tengo un hermano mayor, y a él sí no le gustó, el sí veía la lucha, pero no le apasionó subirse a un ring, llegamos a entrenar juntos muchas veces, pero a él no le apasionaba como a mí, y entonces dejó el camino de luchador a un lado; de la dinastía de mi abuelo soy el único que lucha, y soy ya la tercera generación”.

Dejó su trabajo por seguir el sueño

Y Zandokan Jr. revela que, con tal de estar en el circuito estelar, se animó a dejarlo todo en su tierra, pero que al final, a pesar de los altibajos, todo ha valido la pena.

“Teníamos unos negocios familiares en el Mercado San Juan de Dios; vendíamos artesanías, todo lo que son sarapes, sombreros, guayaberas, todo ese tipo de cosas.
“La lucha libre es un deporte que te da a manos llenas, te da mucho, así como también te quita; como ahorita, puede que a mí me esté dando proyección, muchas cosas, pero me está quitando a la vez, a mi familia, perderme esos momentos importantes, pero también creo que todo va de la mano, y al final de cuentas tiene que resultar en algo bien, en algo grande”.

¿Qué es Sin Máscaras?

Sin Máscaras es un programa dedicado a la lucha libre, un deporte icónico de la gran nación mexicana. La tradición del pancracio es contada por los protagonistas, con entrevistas en las que puedes conocer más de tu luchador favorito. Esta emisión la puedes seguir en las plataformas digitales de Multimedios; una pieza en la que participan en sinergia Milenio La Afición y mediotiempo, la propiedad deportiva digital número uno de México.

Sin Máscaras | Zandokan Jr.



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