Lucha Libre

Demasiado se liberó con la lucha libre: ‘Mi personaje me ayudó a aceptarme como gay’

El luchador exótico asegura que el deporte de los costalazos le brindó la seguridad para saber que podía hacer lo que cualquier persona, y que su condición no es pecado.

Demasiado, luchador exótico
Demasiado, luchador exótico
Rodrigo Mojica
Ciudad de México

Años después, y ya inmerso en donde gritan: ‘esto es lucha’, literal, Demasiado sonríe porque pudo combatir contra él mismo, y sacar del anonimato a José Luis Hernández López, el chavito gordito veracruzano que no entendía que era único e irrepetible, como cada persona de este gran globo llamado mundo.

Y es que el luchador independiente, quien hoy con orgullo ondea su bandera en el segmento bueno y auténtico, el de exótico, lanza que cuando más niño, tal vez pensaba que su condición de gay era un problema, y que fue precisamente la lucha libre la que pudo liberarlo de todos esos prejuicios.

Se habla de que en el pancracio hay machismo, poca inclusión, tal vez hasta homofobia, pero él rompe con el mito y con algunos posibles tabúes, pues lanza que en este nicho lo importante “es saber darte en la madre, no importa si eres mini, hombre, mujer, homosexual, aquí sobresale el que tiene talento”.

Incluso, y haciendo una regresión, antes de que se decidiera a venir a probar en la capital como gladiador, cuenta que entre algunos familiares, ese concepto de ‘rarito’ para muchos, en su núcleo era como un castigo de Dios, de ahí esa batalla constante de que José Luis se mantuviera escondido, con la mirada baja, y sólo pocas veces radiante de felicidad.

Más que salir del clóset, fue aceptarme con defectos y virtudes, saber que no estoy mal. Yo tenía una tía que cuando estaba niño me decía que yo era un pecado, decía, ‘es que la gente así es un pecado y se va a ir al infierno’, y me hacía sentir mal; con esas palabras pretendía que yo cambiara de la noche a la mañana, y me volviera heterosexual”.

¿Cómo nace Demasiado?

Sus inicios, la raíz, fue probando en contra de él mismo, tal vez en contra de lo que no era, pero fue precisamente Demasiado el que pudo abrirle la puerta y ofrecerle esa marejada de confianza para que se mostrara como lo hace ahora, como el hombre más abierto, el que no se victimiza porque le digan amigo o amiga, pues igual entendió que nada es para tanto.

“Primero quise tener un personaje, un luchador de talla normal, por así decirlo, era rudo, y el tiempo me fue dando esa pauta, la lucha libre me ayudó a aceptarme, fue lo bonito de la lucha libre, que me dio esa pauta a que yo me fuera aceptando; muchos interpretan un personaje, pero yo no, más bien el personaje me dio la libertad que yo no me daba, esa libertad de ser quien soy, la tuve gracias al personaje.
“La lucha libre es el deporte más equitativo, a nivel características físicas, sexualidad, eso no importa, te van a dar la misma golpiza si eres mini, mujer, o lo que seas, aquí es más bien ganarte un lugar, no importa tu preferencia sexual; al principio te va a costar lo mismo que a todos, te van a dar una golpiza, te van a decir que no estás listo, pero con el tiempo vas a demostrar que naciste para eso, te vas a ganar un lugar, no es exclusivo de que seas hombre, mujer o gay”.

‘Pude ser feliz’

Su relato, tal vez inspirador, o incluso liberador, al contarlo se convierte, asegura, en un tipo de catarsis o ejercicio para subirle algunas rayitas de tonalidad a su felicidad y, aunque tampoco es que quiere ser modelo a seguir, comenta que tampoco le desagrada que su historia motive a alguien a también abrirse a la vida.

“Yo no hago esto para ser un ejemplo a seguir, lo que quería es ser feliz, pero creo que si mi historia y mi ejemplo ayudan a los demás, me da alegría, tengo una historia de vida, dejar mi estado, mi familia, de aceptarme, no aceptarme como persona LGBT, soy una persona que desde niño sufrió por ser gay, por ser gordo, por ser moreno, tenía todas las características, y a pesar de todo eso, estoy haciendo una actividad que me gusta, estoy siendo una persona respetable en un deporte en el que pensaría que yo no podría sobresalir, y aquí estoy, si a alguien le ayudan mis vivencias, me sentiré agradecido”.


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