Estrella Divina, la luchadora trans pionera en México: ‘Orgullosa de la mujer que creé’ | VIDEO
La esteta guerrerense revela en entrevista con Sin Máscaras que la sufrió con la falta de respeto de sus compañeros luchadores, pero levantó la voz.
Se habla de diversidad sexual, de inclusión, de formas distintas, pero todo como un cúmulo de lo mismo, y en el deporte, con el paso del tiempo, las diferencias más bien han tratado de convertirse en unísono.
Estrella Divina, quien orgullosamente bien podría etiquetarse como pionera del segmento trans en la lucha libre en México, desde su trinchera, y cuando le tocó soportar conductas que atentaron contra su persona, levantó la voz, y entonces el trato pudo dar un vuelco.
Y es que, en un nicho ya de por sí machista tradicionalmente, esta gladiadora, quien se aventuró desde su natal Acapulco, Guerrero, pasó algunas ingratas experiencias, apuntando siempre a su preferencia, a su elección, tal vez por la cerrazón de algunos.
“El ambiente del vestidor es pesado, la mayoría de la banda chelea; pero sí son desmadres de, ‘a ver wey, a poco si tienes chichis, y a ver el brasier’, y te lo están jalando, te están agarrando, a ver háganselo a Faby (Apache), a Marcela, y dices, ‘no mames wey’, pero son cosas que uno tenía que aguantar, porque es la cultura de aquí, entonces la verdad sí estuvo muy fuerte, hasta que en AAA les dije, ‘sabes qué, pasó esto en vestidores’, hablé con uno de los directivos, iba a demandar, me entendieron, y se arregló”.
La esteta guerrerense, en charla reveladora con Sin Máscaras (primera de dos entregas), despojada de cualquier prejuicio, cuenta cómo fue su andar en el pancracio, desde la perspectiva que ella prácticamente representa a un núcleo nuevo de este lado.
“Todo comienza en Acapulco, de donde soy originaria, desde pequeña a mis abuelitos les gustaba mucho la lucha libre, más a mi abuela, y ella cada sábado y domingo las veía, del Consejo y AAA, era muy fan, y recuerdo que era muy apasionada, al verlos, me gustó más; cerca de mi casa hay una Arenita local que se llamaba Unidad Deportiva Jorge Campos, donde comencé a entrenar, y así fue mi acercamiento.
“Hubo un tiempo en que mi economía no era la mejor, tenía una televisión normal, no tenía tele de paga, y recuerdo que salió en abierta WWE y SmackDown, y dije, ‘yo quiero llegar ahí’, y como tenía una amiga con el mismo sueño, nos inspiramos para ir a entrenar; primero iba algunos días, y luego lo hice a diario”.
¿Y cómo se decide a entrenar?
A los 12 años, y ya con una figura espigada, pues incluso se describe siempre como una niñosaurio, le entró el cosquilleo de aprender, de practicar, y fue de menos a más, pues aun cuando de repente podía frustrarle que el camino parecía lento, terminó por adentrarse
“Mis profesores en Acapulco fueron El Superloco, Butterfly, Xtrem Tiger, varios que me ayudaron, la escuela es de Polvo de Estrellas, se llama Antonio Peña. Empecé desde los 12 años, y no era tan constante, porque de pronto estaba toda adolorida, además como era nueva, pues no me gustaba mucho el trato, como no sabía, me decían, ‘tú solo rueda’, y como que eso me deprimía mucho, porque quería más, aunque te tienes que ir ganando las cosas”.
¿Y por qué se animó a ser Estrella Divina?
Con su verdadera personalidad en el anonimato, fue precisamente Polvo, uno de los estetas icónicos entre los exóticos, quien la animó a gritar a los cuatro vientos quién era realmente.
Esa lucha de primero aceptarse, porque era evidente, y lanza que esta disciplina fue la que le permitió despojarse de una careta que por momentos le llegaba a ser engorrosa, porque fue como esconderse en una persona que no era.
“En esos tiempos era muy distinto, y sí me tocó como mucho bullying, por así decirlo, más que otra cosa, pero para mí fue como un poco impactante, porque llegué a la lucha, y al poco tiempo conocí a Polvo de Estrellas, y eso fue muy importante para mí, porque escuchaba de los jotos, y eso, burlarse, y tenía miedo que la gente supiera eso de mí, y cuando vi que Polvo llegó con su pareja, nadie se burló, tenía como esa jerarquía, y eso me hizo ver que sí se puede, me inspiró mucho a decidir ser la voz, a ser yo, a conocer el bando exótico, me sentí parte de algo.
“Cuando debuté, fue como a la par, mi vida, mi sexualidad, me terminé de criar en la lucha libre, en los vestidores, con toda la banda, con los viajes, fui aprendiendo de sexualidad, de la vida, y madurando con esto. Estrella Divina es el parteaguas para que hoy tenga la fuerza de pararme frente a las cámaras, para salir a la calle, en el día a día, con esta mujer que creé”.
Pero aún con cierta inseguridad de darse cuenta que de su lado no era la única, primero probó como luchador, aunque luego la misma actividad le fue abriendo la puerta para decidirse a soltarse el cabello.
“Debuté con un personaje de hombre, como Dark Fobia, porque justamente estaba muy chiquita, y no quería que la gente cercana a mí supiera que era gay, porque yo sabía, o me decían que eran temas malos; usaba como ropa chola, ya con el paso del tiempo me puse mallas, y ya se me veían que las piernitas, que las pompitas, y echaba desmadre, ya estaba más para allá que para acá, y me decidí a ser exótico, y ya no hacerle al cuento.
“El tema trans no se habla en la lucha, entonces llegar con 16-18 años a Ciudad de México, y empezar con mi transición, me costó mucho, sí me quisieron normar como que, a su sistema, pero igual quise marcar que yo era alguien distinta”.
¿La padeció en la gran capital?
Sin temores, pero porque hubo momentos en que no la pasó bien ya en la gran capital, y en busca de hacerse de un nombre en el pancracio, revela que trabajó en las calles, aunque para su buena fortuna no pasó algo que hoy quisiera reservarse, pues al final, no le fue tan mal.
“Polvo me recibió en su casa por varios meses, me apoyó con comida, con todo, no me costó tanto en el inicio, ya después me tocó volar; iba a entrar a AAA, y en ese estira y afloja, me mandaron a entrenar más, y tuve que seguir luchando de independiente, recuerdo mucho a DTU, que me mandaron hasta Veracruz por 50 pesos, y me di cuenta que no iba a ser fácil, y muchas de mis contrataciones fueron así, que me daban 200, 150, 300, 500, 800, fui subiendo poco a poco, sí me tocó picar piedra.
“Cuando me independicé sí hubo momentos en que estaba en ceros, y no tenía ni para comer, sinceramente, y justo por mi condición de trans, cuando iba a pedir trabajo me decían que no, porque era hombre, y entonces sufrí la discriminación, y qué te queda, vas tocando puertas, y llegué a la calle, conocí la prostitución, el sexo servicio, y mis respetos, pero no quise esto para mí, le eché ganas, y me fue yendo mejor. La prostitución es un mundo muy fuerte, en lo personal gracias a Dios no me pasó nada, pero sí me tocó ver cosas”.
¿Y cómo es que le llega el reconocimiento?
Sin quitar el dedo respecto a su preparación, entonces por fin le llegó la opción en la llamada Tres Veces Estelar, y de ahí igual se vino el repunte, el reconocimiento, y las mejores pagas, ya alejada de cualquier sitio en que ya no quería estar.
“Mi formación fue en Acapulco, y aquí agarré las tablas necesarias entrenando con El Apache, le agradezco mucho, porque fue la persona que más me ayudó a agarrar un mejor nivel luchístico, y a entender que aquí se necesita madurez y un carácter para estar en vestidores, y no sólo para la lucha libre.
“Lucha Libre AAA sin duda fue la empresa de mi despegue, donde me fogueé por toda la República, conocí muchas plazas, viajaba tres veces por semana, fue mi etapa en donde más pude darme a conocer, que la gente supiera quien era Estrella Divina”.
En la siguiente entrega, Estrella comparte sobre su cruzada para que la Comisión de Boxy Lucha acepte al segmento trans
¿Qué es Sin Máscaras?
Sin Máscaras es un programa dedicado a la lucha libre, un deporte icónico de la gran nación mexicana. La tradición del pancracio es contada por los protagonistas, con entrevistas en las que puedes conocer más de tu luchador favorito. Esta emisión la puedes seguir en las plataformas digitales de Multimedios; una pieza de mediotiempo, la propiedad deportiva digital número uno de México.
Sin Máscaras | Chabelo