Felino renunció a Banamex para ser luchador profesional de tiempo completo

Después de cumplir con la regla de su padre, de estudiar una carrera, José Luis Casas Ruiz prefirió empeñar su vida en el pancracio; ‘perder la máscara lo disfruté’.

Felino cumplió con la petición de su padre de tener estudios, pero al final eligió la lucha libre. FOTO: Especial.

José Luis Casas, cumpliendo con el pedido de su padre, Don Pepe “Tropicasas”, de entregarle un papel que lo acreditara como un profesionista, entonces decidió comenzar a moldear su otra pinta, la de luchador, la de otro continuador de la Dinastía Casas.

Incluso, Felino, porque lo de estudiar no sólo fue validar el requisito y ya, ejerció la carrera que derivó de sus estudios, aunque luego de un tramo, y tras pensársela muy bien, decidió apostarlo todo a su querido pancracio, pensando en los pros y los contras. 

Trabajar en Banamex y ser luchador de fin de semana diez años, del 81 al 91, eso para mí, cuando yo renuncié, es porque el Felino ya comenzaba a hacer ruido, ya comenzaba de una u otra forma a salir en televisión, y por supuesto ya llevaba de experiencia aproximadamente unos diez, once años, y tuve la oportunidad de darme, quizás el lujo, el gusto de renunciar, antes de que me dieran las gracias. Afortunadamente, y como sabía que tenía esa capacidad arriba del ring, y los recursos para hacer algo en la lucha libre, en el primer año me fui a luchar a Japón, entonces fue una buena apuesta para mí”.

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Siempre guardó la identidad

Como banquero, éste siempre guardó celosamente al personaje, pero además puntualiza que su deporte, al no estar tan expuesto en medios, fue algo a favor para que en el trabajo pudiera desempeñarse como si nada, sin esas reservas de que pudieran saber que era un gladiador del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL).

“Eran otros tiempos, era difícil, estamos hablando de que la lucha libre viene a trasmitirse más o menos en el año 88, y yo ingreso a esta institución bancaria en el 81, y no era tan popular, sólo había revistas, periódicos, y era difícil en el banco que me identificaran, porque apenas empezaba a despegar, no era como una sucursal, era la oficina matriz, las de Banamex”.

Perder la máscara

Primero, como Baby Cosas, con el rostro al descubierto, comenzaron los pininos más en forma y en la compañía de sus sueños del antes Tropi Q, pero ya como Felino, como un esteta de alcurnia y mucha envergadura, fue elegible para las grandes carteleras de la marca.

Siendo parte de la baraja estelar, le tocó protagonizar una velada de esas inolvidables, en la que le tocó despojarse de la tapa, pero además dando a conocer su nombre, que seguramente causó extrañeza entre quienes pudieron ser sus compañeros de empleo.

Referente a los sentimientos, y aclarando que no tiene nada que ver con la mentalidad, porque siempre ha sido un ganador nato, se sincera en el sentido de que esa caída no lo marcó para mal, porque además tiene el orgullo a flor de piel de lanzar que perdió ante unos grandes y dejando hasta la última gota de sudor en el llamado ring sagrado de la Arena México.

“Era un Homenaje a Dos Leyendas, y de pronto me vi inmerso en un reto en el que estaban el máximo ídolo, “Rey de Plata y Oro” Místico; Volador Jr., con grandes recursos, y La Sombra, que está despuntando en EE.UU., y tuvo la oportunidad de estar en WWE como Andrade Cien Almas, entonces orgullosamente lo puedo decir, que él fue quién me desenmascaró
“Pero para mí, el poder haberles dado batalla 20 minutos, antes de que quedara la última pareja, y luego luchar otros 15, pues para mí el aventajarles aproximadamente unos 20 años de edad a todos ellos fue un motivo de orgullo, puesto que ya la condición estaba al máximo, estaba al tope, y ya nada más el hecho de sentir las tres palmadas o el escucharlas, no fue como una tristeza; desde el principio que luchaba como Baby Casas, y no lo hacía con máscara, estaba a gusto, vino la etapa de la capucha, y sentía como cuando en la televisión ponen unos binoculares, me sentía así, tenía que estar volteando a todos lados, tal vez eso me ayudó a ser el luchador más rápido, no veía a mis alrededores, y cuando me despojo de la máscara, soy un luchador que se despojó con gusto, con alegría; no me gustó perder, al contrario, le agradecí a mi máscara el tiempo que estuvo conmigo, que me ayudó, y cuando me subo a las esquinas a despedirme de la gente, tuve una despedida espectacular”.

¿Cómo quiere que lo recuerden?

Una disciplina que suele ser longeva para quienes la practican, aunque siempre con esa mirada de reojo de que el final llegara, porque nada es eterno, para Felino Centella es una opción latente, pero igual comparte la manera en que le gustaría que lo recuerden cuando lo miren en alguna rúbrica vestido de su personaje.

“En unos 15 o 20 años más adelante quiero que digan, ‘oye, te acuerdas que había un luchador muy rápido’, sí, el Felino’; así, así que me recuerda la gente, como el luchador más rápido que ha dado la lucha libre, igual que mi comadre Ana Gabriela Guevara”.

¿Qué es Sin Máscaras?

Sin Máscaras es un programa dedicado a la lucha libre, un  deporte icónico de la gran nación mexicana. La tradición del pancracio es contada por los protagonistas, con entrevistas en las que puedes conocer más de tu luchador favorito. Esta emisión la puedes seguir en las plataformas digitales de Multimedios; una pieza en la que participan en sinergia Milenio La Afición y mediotiempo, la propiedad deportiva digital número uno de México.

Sin Máscaras | Felino


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