La leyenda del luchador El Fantasma: ‘Quería llamarme Top Secret’ | VIDEO

Fuerza Guerrera intentó ser Star Wars, pero en la Comisión de Lucha Libre de la CDMX lo pararon en seco; en aquellos tiempos, en los que bien podrían considerarse como los románticos del pancracio, los personajes no podían ser en inglés.

Y, dentro de ese puñado de estetas que, luego de entrenar y estar listos para el estreno, se dieron a la tarea de buscar una identidad, quien ahora mismo dirige al segmento en la capital, El Fantasma, con tal suerte le tocó igual batallar para hacerse de su propia pinta.

Una de las figuras más emblemáticas de este nicho, cuenta en entrevista con Sin Máscaras, en la oficina en donde despacha a diario, por los rumbos del Metro Velódromo, que en realidad no pensaba llamarse como se llama ahora.

“Fueron tres años y medio de entrenar todos los días, sólo descansaba sábados y domingos; debuté como El Fantasma, porque había un señor muy famoso de la revista Lucha Libre, Valente Pérez, él fue el que les puso los nombres a Mil Máscaras, a Canek, a Tinieblas, a muchos, y él me puso a mí el de Top Secret; cuando estaba entrenando, y ya iba a debutar, me mandé a hacer máscaras, equipo, y todo, entonces se viene la prueba para aspirante a luchador profesional, paso el examen, éramos 100, recuerdo, y nada más lo pasamos dos personas.

“Llego a la Comisión de Lucha, en ese entonces el presidente era Luis Spota, me felicita, pero me dijo que no me daría nombre en inglés, pues no estaban permitidos, cualquier otro que quisiera, le dije que ya había gastado mucho en el personaje, y me dijo que no; entonces le hablo al señor Valente y le cuento que no me quieren dar el nombre de Top Secret, y que me sugirieron: ‘póngase El Fantasma, usted me gusta para El Fantasma’, y me aconseja que lo tome”.

¿Y de dónde surgió la personalidad de El Fantasma?

Aunque Top Secret sí fue utilizado por su hijo, Santos Escobar, actual estrella de WWE, el profe cuenta que tuvo que guardar todo lo que le habían confeccionado, y entonces crear una imagen completamente diferente, aunque inspirada en un cómic muy popular en los años 70.

“Todo se tuvo que hacer nuevo, y se han venido haciendo modificaciones, porque originalmente era como el de los cuentos, el calzón hasta con pistolas; las primeras máscaras me las hizo el señor Víctor Martínez, pero son muy parecidas a las del cuento, a las de la revista, a las historietas del periódico”.

¿Por qué entrenar lucha libre?

Un niño siempre inmerso en los deportes de contacto, porque además en el barrio era como una buena forma de estar a la moda, Fantasma relata cómo es que se decide a intentarlo en un cuadrilátero, pero como gladiador, pues antes ya había afinado un poco los puños.

“Desde los 10 años entrenaba boxeo, en el antiguo Jordán, trabajaba en el Mercado de San Juan, que era de curiosidades en ese entonces, y sólo me cruzaba para ir al gimnasio del Cuyo Hernández, ese tiempo estaba entrenando Olivares (El Púas), y de ahí el mercado se pasa a donde está ahorita, en Ayuntamiento y Arandas, y empiezo a entrenar karate, durante ocho años, y conocí a Chucho García, hermano de Mano Negra, quien ya era una figura, era Campeón, un luchadorazo, me lo presentó y él fue quien me llevó a entrenar, un año me tuvo con el Villano I, pura olímpica, nada de profesional, después de ahí me llevó a la Arena México con el profesor Rafael Salamanca.

“En la Arena México estuve dos años y medio, hice mi examen para luchador profesional, y debuté en 1979, en La Catedral, con el Halcón Ortiz, para Alfonso Dantés y Tony Benetto”.

Se convierte en luchador…

Sincero, abierto, frontal, lanza que ser parte de toda esta parafernalia, de entrada, fue como un reto a él mismo, pues cuando le tocó palpar lo que era la disciplina, a partir de los protagonistas de la misma, pensó que él podía superarlos, hacerlo mejor.

Un instante de modestia y aparte, dirían algunos, fue la catapulta para el tipo que hoy es ícono de un rubro tan arraigado en territorio mexicano.

“La verdad, a mí no me gustaba la lucha, pero de repente, una vez fui a la Arena México, ya con mi esposa, y al ver a los luchadores, tenía físico, yo pensaba que podría hacerlo mejor que ellos, y así nació el gusanito de: 'Me voy a hacer luchador', y así hasta la fecha seguimos.

“En aquellos tiempos, o te hacías luchador porque tenías muchas ganas, o mucha hambre, yo tenía muchas ganas, porque gracias a Dios, donde estaba ganaba muy bien; en el 79 había muy buenos luchadores, bajabas del ring, y olvídate, debías tener una gran condición física, llegábamos todos los días a las 11 de la mañana a la Arena México y salíamos a las cuatro de la tarde; incluso, cuando luchabas, y llegabas de Puebla, al otro día tenías que presentarte al gimnasio, así era la disciplina antes”.

¿Y sus batallas más importantes?

Con memoria de hierro, en un ejercicio que incluso parece alimentador, pues la mirada se le ilumina, el de la capucha púrpura hace el recuento de algunas de las luchas que están enlistadas entre las que considera sus épicas.

“Hay varias, por ejemplo, siendo un novato, quitarle la cabellera al Satánico en la Arena México; otra que fue un llenazo impresionante, de pareja con César Curiel, para El Rey Salomón y El Indio Jerónimo, máscara y cabellera, contra máscara y cabellera, al final de cuentas me quedo con los dos, le gano al Indio, y luego me tengo que enfrentar a Rey, y le gano con un suplex desde la tercera; en el Pabellón Azteca le quité la máscara a El Cruel; en el Palacio de los Deportes a El Dorado, en Puebla al Diablo Rojo, así tuve varias”.

En la siguiente entrega, El Fantasma habla de su labor como dirigente de la lucha libre en la CDMX...

¿Qué es Sin Máscaras?

Sin Máscaras es un programa dedicado a la lucha libre, un deporte icónico de la gran nación mexicana. La tradición del pancracio es contada por los protagonistas, con entrevistas en las que puedes conocer más de tu luchador favorito. Esta emisión la puedes seguir en las plataformas digitales de Multimedios; una pieza de mediotiempo, la propiedad deportiva digital número uno de México.

Sin Máscaras | Volcano

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