‘Nos arriesgamos en un mundo machista’; Cassandro: el luchador exótico que personifica Gael García

El esteta fronterizo fue pionero del segmento, pues se atrevió a mostrarse cómo realmente era, arriba de un ring; representa a la comunidad LGBT y ahora lanzan su película.

Gael García personifica a Cassandro

Los genios, los grandes, los talentosos, fueron aquellos que se atrevieron a ser diferentes, porque sin importarles que la apuesta fuera fallida o que el objetivo se quedara en sólo un buen deseo o intento, se aventuraron en un mundo en ciertas épocas cerrado, con cerrazón.

Y hablando de un nicho que es cultura en México, como la lucha libre, en éste hubo un personaje que rompió paradigmas, de ahí que hasta su historia ahora sera contada en la pantalla grande.

Un deporte tan colorido, folclor de la nación azteca, y liberador de tensiones y estrés, igual tuvo sus ratos en que prefirió mantenerse apegado a la tradición, y ahí fue cuando apareció Cassandro, el primer luchador exótico, al que no le importó ondear su bandera, pero además portar su pinta natural arriba de un cuadrilátero.

Este país, con todo y que siempre se caracterizó como uno por excelencia machista, estuvo listo para darle cobijo a un esteta que marcó tendencia y que hoy es el estandarte de un segmento vitoreado en distintas Arenas.

Quiso ser él... en el ring

Al pancracio lo palomeó para delimitar el andar y darle rumbo a su vida, pero además, estoico, se presentó como siempre fue, ahora arriba de los cuadriláteros, orgulloso de su personalidad y preferencias.

“Yo, por mi condición de homosexual, siempre tuve que trabajar el doble o el triple que los demás. En un principio se me sugirió luchar con máscara para perder el miedo al público, pero yo le dije a Rey Misterio señor que no quería luchar con máscara.

“Nunca fue difícil para nosotros, para mí, para Pimpinela, para May Flowers, porque éramos auténticos, únicos y hoy es mucho más fácil, en el gremio exótico ya tenemos hasta transgéneros, pero ellos deberían estar agradecidos por todo lo que nosotros labramos para que tengan ahora esas oportunidades”, comentó el esteta norteño en una entrevista que rubricó la extinta revista Martinete Espectacular.

Pionero y representante

Tal vez regañadientes, como dice la frase, ´con calzador’, lo cierto es que el grupo de estetas incluidos en la comunidad LGBT, en modo auténtico, o sólo como personajes, encontró un sitio, y ahora precisamente, con Gael García y Bad Bunny como protagonistas, éstos son parte del elenco del filme inspirado en la vida de Saúl Armendáriz, Cassandro.

“Mi introducción a la lucha libre fue mucho por las películas y porque aquí en El Paso Texas se practicaba mucho los jueves y los domingos, entonces en mi adolescencia comencé a ir a los eventos a Ciudad Juárez, apenas tuve contacto me enamoré de los atuendos, de las máscaras, de la estética de los luchadores, del valor de las mujeres; de hecho, una amiga fue la que primero entrenó porque quería ser luchadora y luego ella me llevó”.

Le pusieron más brillo

El maquillaje, el peinado, la brillantina y las lentejuelas fueron sólo un aderezo como parte del show, pero en el ensogado, en donde se debe mostrar talento y gallardía, quien comenzó su andar en este nicho como Andrómeda, siempre se mostró como uno de los gladiadores más recios, y ello derivó en que se ganara el respeto de los oponentes.

Y aunque no todo fue color de rosa, pues en un principio Cass fue fuertemente discriminado, igual siempre apeló a la originalidad de sus formas y modos para salir avante.

“En 1988 Pimpi y yo acordamos usar medias, trajes de baño, cosas exóticas, nos tomamos el riesgo de enrolarnos en un deporte machista y la gente nos aceptó bien, se volvían locos con nosotros, les encantaba, era la terapia gratis para ellos y se mantenían a la expectativa de nuestra indumentaria. 

“La gente se dio cuenta que era exótico, pero no vulgar; me gustaba la lucha aérea, el llaveo y la gente me comenzó a pedir. Tuve mi primera oportunidad el 28 de enero de 1990”.

Orgullo a flor de piel

Representar a su tierra y ser parte de una corriente que trascendió a través del mundo, es un motivo de satisfacción y ahora su historia se contará también por todo el globo.

“México siempre ha tenido, tiene y tendrá a los mejores luchadores y a los mejores exóticos. Les dejé la vara muy alta a los exóticos, en sus maquillajes, en sus vestimentas y, sobre todo, en sus estilos de lucha, para que la eleven, pero para que me alcancen está cabrón, tanto en el ring, como abajo del ring”.

Tocó fondo

Las malas compañías y aficiones llegaron a su vida cuando la fama y el dinero aparecieron. Salir a flote fue difícil, sobre todo saberse levantar fue algo que sufrió, aunque hoy la cuenta.

“Yo me hice adicto a las drogas en la lucha libre por querer pertenecer a la élite de los estetas, porque ahí estaban los buenos, los meros meros, por querer pertenecer a ellos”, finaliza.


  • Rodrigo Mojica
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