Rey Mysterio Jr. y Psicosis, los rivales que gestaron un sueño en las calles de San Diego

Uno de los luchadores que marcó la década de los 90 fue Psicosis, el que tenía a Dionicio Castellanos debajo de la máscara, gracias a un espectacular estilo que pulió de la mano de Rey Mysterio Jr., su mayor rival dentro de los cuadriláteros y también un amigo inseparable junto al que gestó un sueño. 

Hoy conocido como Nicho el Millonario, Dionicio vive con el cuerpo desgastado por su brutal forma de luchar, con lesiones en ambas rodillas, codos, dedos y cadera que le afectan su movilidad, aunque satisfecho por toda la lona que ha recorrido, la cual no solo lo llevó a ser estelar en México, sino en Estados Unidos. Un fenómeno que pagó un precio alto por conseguir su ideal.

Boleto para nunca volver

La relación de Nicho con Rey Mysterio Jr., u Óscar, como prefiere llamarlo, se gestó en las calles de San Diego, California, en donde ambos se conocieron para trazar un camino que lo llevó a las mejores arenas del mundo, impulsados por la figura de Miguel Ángel López, el Mysterio original. 

"Nos conocimos en la escuela, yo estaba en una pública y el morro estaba del otro lado, él tenía 9 años cuando yo tenía 12. Mi carnal era amigo de Miguel, Rey Mysterio. Sus jefes trabajaban del otro lado (de la frontera) y él se iba al gimnasio para pasar las horas ahí. Lo conocí ahí, en la calle. Surgió una amistad", recordó junto al canal de YouTube Barbería Rudos en marzo de 2021. 

Si bien lograron hacerse de un sitio en la escena californiana, no fue sino hasta que conocieron a Antonio Peña, creador de Lucha Libre AAA, cuando vino el despunte, esto tras una charla informal que tuvieron y que los llevó a tomar un avión de ida a la Ciudad de México. 

"Conocimos a Antonio Peña un sábado, nos dio su tarjeta y nos dijo 'llegando allá tienen trabajo'. Conocíamos a Konnan, pero a él no lo mirábamos para nada. Llegamos a la oficina de Peña y para que nos recibiera estuvimos un mes, nos pasamos corretéandolo", explicó.

A batallar hasta lograrlo

Nicho señaló que las idas y vueltas los hicieron quedarse sin dinero y que lo más fácil era llamar a sus familiares para comprar el boleto de vuelta, pero se fueron por la dífícil, la de aguantar hasta que Peña les diera una oportunidad en la entonces naciente AAA, en donde llegó la oportunidad deseada. 

Ahí, pronto empezaron a compartir escenario con gigantes como Hijo del Santo, Perro Aguayo, entre otros, aunque solo sería la catapulta. Eran dos jóvenes que se comían al mundo y salir de México fue el siguiente paso, ya que la ECW les abrió sus puertas para después pasar por WCW, la gran rival de WWE. 

"Compramos el boleto solo de ida, porque no nos queríamos regresar", ha señalado Nicho, un sueño que al final cumplió.