Solar: el campesino que se hizo luchador; 'fui a una función y me enamoré de la lucha'

El esteta de Guadalajara cuenta en entrevista para Sin Máscaras sobre cómo fue forjando su carrera en el pancracio nacional y mundial.

Solar, en entrevista con Sin Máscaras | César Cerón

La cueva sagrada, el sitio en donde el Maestro Solar expone gran parte de su historia, pues ahí están a la vista recortes de periódicos, reportajes de revistas, cuadros, máscaras, figuras, playeras, capas, y todo lo que tiene que ver con el personaje, es el sitio para hablar en Sin Máscaras con uno de los estetas icónicos del pancracio nacional.

Nacido en Guadalajara, Jalisco, un esteta que es de los principales maestros, hablando de la inventiva de llaves y contrallaves, relata acerca de lo que ha sido su carrera profesional, y como es que vio la primera luz, se podría decir, y haciendo la analogía, en un cuadrilátero.

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“Ya hasta perdí la cuenta, pero yo creo que tengo como 45 años más o menos de luchador profesional, duré cuatro años con El Diablo Velasco entrenando. En aquel entonces era lo que solicitaban, entrenar de tres a cuatro años, día y noche, levantando pesas, haciendo ejercicio, hasta la fecha, y desde que empecé a entrenar, no he dejado de hacerlo, y ahorita, por ejemplo, me levanto a las seis de la mañana, y me vengo a entrenar al gimnasio de Panchito Villalobos, a partir de las siete”.

Una idea alocada de un joven que trabajaba en una ranchería, y que sabía poco del mundo tal vez más real, lo cierto es que comparte que un día que le tocó ver lucha libre en vivo, fue que le surgió la idea de dedicarse a esto, pero además él pensaba que con algunos días de preparación estaría listo para subirse al ring a enfrentar a las grandes estrellas, aunque luego entendió sobre la complicación de este deporte.

“Soy de un rancho, vivía con mis padres en Zacoalco de Torres, Jalisco; trabajaba en el campo, desmotando, me dedicaba a barbechar, y todo eso; también juntar brea, porque había ocote, ya después nos fuimos, y estuve trabajando en un establo con Rodolfo Jiménez, ordeñando vacas, con los puercos de engorda, les daba de comer, me levantaba a las cinco de la mañana, a esa hora tenía que estar ya en el establo.
“Una vez mi hermano nos trajo a Guadalajara, estaba trabajando, y llegó y me dice, ‘vámonos’, fuimos a las luchas, yo no sabía que era, fuimos a la Arena Coliseo, en ese entonces me tocó ver a El Solitario, a Alfonso Dantes El Ángel Blanco, al Rayo de Jalisco; El Solitario, una estampa tremenda, entonces yo le dije a mi primo, yo quiero ser luchador, y nos quedamos viendo. Fuimos a pedir informes y les comenté: ‘Quiero luchar para el domingo’, y nos dicen, ‘pero ustedes ya han entrenado, se necesita una carrera de tres a cuatro años, o sea, no es fácil”.

Y fue luego de aquel instante de arrebato e irreverencia, que comenzó a forjarse como gladiador, entregando, literal, su vida a esta disciplina de tanto arraigo en suelo azteca.

“Fuimos a entrenar, amanecí con calentura, no podía ni voltear, toda una semana estuve así, el primo no regresó, y yo seguí, estoy acostumbrado a hacer trabajos del campo, pues en el campo que se hace: cortar leña, hacíamos carbón, descargar, los trabajos del campo son muy pesados, pero acá era diferente, así fue entonces como empecé a entrenar, siempre he dicho que la lucha libre para mí fue amor a primera vista”.

¿Quién fue el maestro de Solar?

Cuauhtémoc “El Diablo” Velasco, un mentor tradicional de este nicho, fue quien formó a Solar, pues éste es parte de todo su legado, de aquella lista interminable de alumnos que hoy pueden presumirse como figuras, caso El SatánicoAtlantis, entre otros.

“El Diablo Velasco me dio la oportunidad de vivir en el gimnasio de la Arena Coliseo, y no lo pensé dos veces, debía algunas mensualidades, y entonces sería uno de los encargados. Me dijo que ya veíamos como le pagaba, y que mientras, de lo que sacara vendiendo jugos y todo eso, las ganancias serían para mí, dormía en la Coliseo.
“El Diablo, a los luchadores más avanzados los entrenaba, un pilar de la Arena Coliseo, muy duro, muy fuerte, no lo movías, me enseñó algunas llaves, lucha olímpica, muchos luchadores no tuvieron oportunidad, sólo lo conocieron, era muy fuerte, disciplinado. A veces, cuando veía que llegaban como sin ganas, les decía, ‘vete, ven cuando tengas ganas’. A mí me impactaba, me impresionaba mucho cuando estaba luchando, era muy disciplinado, de verdad”.

¿Sus padres lo respaldaron para que fuera luchador?

De una familia numerosa, y a la vieja usanza, cuando opta por dedicarse a todo esto, sus padres, antes de detenerlo, o ponerle un freno, palomearon su decisión, pues además revela que, para ellos, el que alguien volara o decidiera independizarse, resultaba en un respiro, porque además los gastos en casa eran muchos.

Éramos como ocho de familia, vivíamos en un cuartito, ahí todos amontonados; al contrario, fue una carga menos que ya no estuviera ahí, la verdad y la realidad no es que estuvieran al pendiente de mí; empecé a entrenar y me hice luchador, volví después de mucho tiempo, a lo mejor fui mal hijo, pero gracias a Dios con el tiempo les compré una casa”.

¿Y cómo fue el debut de Solar?

Parte de la escuela de Occidente, alumno del Diablo, se vino el estreno, y entonces comenzó la leyenda de un luchador que hasta la fecha sigue destilando talento en varios cuadriláteros del planeta, porque el hoy también profesor, pudo internacionalizarse.

“Mi debut fue algo raro, estaba con el Diablo Velasco, Los Hermanos Calavera eran los que se llevaban en una camioneta al elenco a San Luis Potosí, había giras a Zacatecas, Aguascalientes, y uno de ellos me dijo que le enseñara lucha olímpica, ellos me enseñaban libre, una vez me dijo que ya podría luchar, entonces, como a veces faltan luchadores, me comentó, ‘cuando falte uno, te avientas’, eso me lo estaba diciendo el martes y el domingo me toca debutar, ya había mandado a hacer mi equipo.
“Un día asoleándome, empecé a pensar en nombres, sol, solar, y decidí que cuando fuera luchador me iba a llamar Solar, mandé a hacer mi equipo, pero todavía no me lo habían entregado, entonces ya me dice, ‘vámonos falta uno’, y ya me fui así, Américo Roca se sorprendió, y mi primera lucha fue como caja fuerte, con una botarga de lucha olímpica, incluso hubiera subido encuerado, yo lo que quería era luchar.
“Ya después tuve mi equipo, mi primera máscara, un equipo azul sin rodilleras, unas zapatillas rojas, calzón rojo y una máscara azul con unas flamas rojas y de boca abierta; a mí la verdad no me gustaba, porque de boca abierta no me gustaba, como que se perdía”.

En la siguiente entrega, Solar cuenta de cuando le tocó suplantar a su gran amigo El Solitario

¿Qué es Sin Máscaras?


Sin Máscaras es un programa dedicado a la lucha libre, un deporte icónico de la gran nación mexicana. La tradición del pancracio es contada por los protagonistas, con entrevistas en las que puedes conocer más de tu luchador favorito. Esta emisión la puedes seguir en las plataformas digitales de Multimedios; una pieza de mediotiempo, la propiedad deportiva digital número uno de México.

Sin Máscaras | Leo Riaño



  • Rodrigo Mojica
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