Danza prehispánica y batucadas le pusieron sabor al Maratón CDMX
Un grupo de danzantes prehispánicos se colocó en el Soumaya para recibir a los corredores.
Ciudad de México /
La música y el baile no pudieron faltar en el Maratón de la Ciudad de México. El apoyo a los más de 40 mil participantes en la competencia se vio de muchas formas y algunas de ellas se vieron acompañadas de ritmos prehispánicos y la batucada carioca.
Un grupo de danzantes mexicanos armó todo un espectáculo a los pies del Museo Soumaya. Con dos estructuras que asemejaban las escalinatas de una pirámide de Teotihuacán, alrededor de 10 danzantes se colocaron con penachos y vestimentas coloridas para bailar al ritmo de tambores al llamado de la caracola.
El esfuerzo físico de los danzantes fue bastante grande, pues desde las 7 de la mañana hasta que pasó el último corredor, los tambores no dejaron de sonar.
"La idea es apoyarlos de principio a fin, que escuchen la música prehispánica y se llenen de energía para seguir la competencia", dijo uno de los integrantes encargados de tocar en los tambores.
La música no solo estuvo en ese punto del recorrido de 42 kilómetros, pues en la avenida Insurgentes, a la altura del Parque Hundido, una batucada ponía el ambiente con tres Bellas mujeres que balanceaban sus caderas al compás de las tamboras brasileñas.
La forma despampanante de bailar acaparó la atención de los asistentes, curiosos y algunos corredores que disminuyeron el paso, pero sin tomarse tanto tiempo para admirar, pues detrás más y más participantes esperaban el turno para pasar por dicho punto.
El Maratón de la Ciudad de México tuvo un gran ambiente con música que animó a los corredores en diferentes puntos del circuito.
Un grupo de danzantes mexicanos armó todo un espectáculo a los pies del Museo Soumaya. Con dos estructuras que asemejaban las escalinatas de una pirámide de Teotihuacán, alrededor de 10 danzantes se colocaron con penachos y vestimentas coloridas para bailar al ritmo de tambores al llamado de la caracola.
El esfuerzo físico de los danzantes fue bastante grande, pues desde las 7 de la mañana hasta que pasó el último corredor, los tambores no dejaron de sonar.
"La idea es apoyarlos de principio a fin, que escuchen la música prehispánica y se llenen de energía para seguir la competencia", dijo uno de los integrantes encargados de tocar en los tambores.
La música no solo estuvo en ese punto del recorrido de 42 kilómetros, pues en la avenida Insurgentes, a la altura del Parque Hundido, una batucada ponía el ambiente con tres Bellas mujeres que balanceaban sus caderas al compás de las tamboras brasileñas.
La forma despampanante de bailar acaparó la atención de los asistentes, curiosos y algunos corredores que disminuyeron el paso, pero sin tomarse tanto tiempo para admirar, pues detrás más y más participantes esperaban el turno para pasar por dicho punto.
El Maratón de la Ciudad de México tuvo un gran ambiente con música que animó a los corredores en diferentes puntos del circuito.
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