Los secretos de Mayakoba; un viaje al centro de sus manglares

El OHL Classic at Mayakoba hace de la parada del PGA Tour algo especial, no solo porque desde hace 11 años rompió con la tradición de Estados Unidos y Canadá, lugares exclusivos para el golf profesional, sino porque también eligió un paradisíaco lugar lleno de misticismo e historia.

Pero hay secretos que se esconden a lo largo de 16 kilómetros de canales que viven bajo el campo El Camaleón y que asimilan las venas por donde corre la sangre del ser humano.

Un viaje al centro de Mayakoba fue el que Mediotiempo pudo realizar por estos recónditos lugares, llenos de especies exóticas y diferentes formas de vida; canales que combinan las capacidades arquitectónicas y las espectaculares formas de la naturaleza, pues parte de estos fueron creados e imaginados por profesionales de la construcción y el diseño.

Unas 170 especies de aves residentes y migrantes viven dentro de los manglares, además de la Jicotea, una raza de tortuga marina.

Los canales se encuentran conectados con el mar y sus niveles dependen de las mareas. El manglar de botoncillo, blanco, rojo y negro son cuatro de las cinco especies existentes en el mundo que le dan vida Mayakoba.

A lo largo de 62 hectáreas de mangle también radican dos especies de cocodrilo, el mexicano y el moreletii, ambos bajo la protección de las leyes mexicanas que han puesto completa atención a esta zona resguardada.

Rastros de ríos subterráneos y algunas estalactitas naturales en el Túnel, la zona más angosta de los canales, son muestra de que cuidan hasta el más pequeño detalle, donde algunas residencias, que oscilan entre los tres y cinco millones de dólares, contrastan con el espectáculo natural.

Es así que del otro lado de El Camaleón, la misma naturaleza vive su propio y espectacular torneo.