Juegos Panamericanos

Caterine Ibargüen, la reina del atletismo se lució en casa

La medallista olímpica en Río de Janeiro 2016 cautivó y llenó las tribunas.

Caterine Ibargüen, la reina del atletismo se lució en casa
Caterine Ibargüen, la reina del atletismo se lució en casa
Editorial Mediotiempo
Barranquilla, Colombia

Poco importaron las múltiples pruebas que concedieron medallas esta tarde en la Pista Atlética de los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018. Las tribunas llenas solo querían ver a una competidora, Caterine Ibargüen, el orgullo del deporte colombiano.

Una melena abundante adornada con luces en tonos claros adornan los 178 centímetros que mide la saltadora, Oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016 en triple femenino. Sin duda Ibargüen era la carta fuerte de la edición número 23 de los Centroamericanos y nada podría salir mal.

Las porras, los gritos, los aplausos... todo fue para ella, la reina de la tarde que sorprendió con la calidad que le otorgó un nuevo récord centroamericano con 14.79. No le fue complicado a la mundialista, pues desde su primer intento dejó atrás los 14.57 obtenidos en Veracruz 2014.

Sabía que era su tarde y su escenario. Los labios verdes fueron muestra de la belleza de la mujer que escogió las mejores joyas para portar y dar clases en la prueba que la llevó al Oro en los mundiales del 2013 y 2015. Ella sabe que es la atracción, ella sabe que la “boletería” se agotó, ni las cortesías fueron permitidas.

En las instalaciones creadas junto al histórico Estadio Metropolitano, solo una tribuna fue construida. Todos ahí la vieron de cerca, sin embargo, del otro costado del tartán se construyó una serie de bancas improvisadas con barras metálicas. No importó la poca visibilidad que se tenía desde ellas, ver a Caterine desde cualquier ángulo valía todo sacrificio.

La emoción siguió aumentando cuando en el cuarto intentó la medición se acercó a los 15 metros, 14.92. La afición se volcó y fue testigo de las poses más sensuales de la nacida en Apartadó, así sedujo a los centenares de lentes que buscaron conseguir congelar la imagen.

Caterine se despidió de Barranquilla escuchando el himno colombiano por segunda ocasión en la justa veraniega. La saltadora olímpica no defraudó y dio muestra de la calidad que la tiene ahora como una de las mejores del mundo a sus 34 años. Se bañó con el Oro en salto de longitud y triple: “me siento orgullosa de ser de Colombia”, dijo ante los más de dos mil asistentes.

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