Juan Joel Pacheco, el sorprendente sexto lugar en Maratón CDMX

El mexicano apenas corrió su segundo maratón y ya logró hacer historia.

Juan Joel Pacheco, el sorprendente sexto lugar en Maratón CDMX
En una lista con 10 corredores con etiqueta oro y tres de plata, colarse al Top 10 de la Maratón de la Ciudad de México parecía un sueño guajiro para un hombre que apenas corría su segundo maratón y que en el primero se había desmayado a los 38 kilómetros.

Juan Joel Pacheco tenía pensado solo correr 30 kilómetros. Su entrenador lo esperó en esa marca pero él decidió seguir y terminar en sexta posición, gracias al impulso de la gente que le pedía un esfuerzo extra.

“Me sentí bien todo el recorrido, quería correr 25 o 30 kilómetros, tal vez por eso fui al grupo puntero, pero me sentí bien, me paré en el 30 porque me dijo mi entrenador. Cuando paré la gente me motivó y seguí, se dieron las cosas”, dijo el coahuilense tras su hazaña.

Oriundo de Torreón, Coahuila, alcanzó la sexto plaza tras parar el crono en 2:18:20, unos ocho minutos detrás del ganador Titus Ekiru de Kenia.

“Siempre he dicho, mis compañeros me lo dicen. Todos somos iguales, del país que seamos, todos tenemos la posibilidad de estar ahí, jamás pensé en irme para atrás, arriesgué y sin miedo, pese al malinchismo mexicano de que son kenianos, pero sí podemos, todo se puede aquí”, apuntó Pacheco, quien recordó que en su primer maratón se desvaneció antes de llegar a la meta.

“Es mi segundo maratón, el primero me desmayé en el 38, lo terminé en 2:30 y este es mi segundo en alto rendimiento, hice mi mejor marca y en altura, estoy muy contento. La idea es seguir y dar la marca de Juegos Olímpicos, desde enero puedo buscar la marca y en enero correré Houston”, añadió.

Cuando ingresó al Estadio Olímpico Universitario, Pacheco fue arropado por cientos de personas que no pararon de alentarlo, el mejor premio a un muestra de coraje y esfuerzo.

“Estaba muy emocionado, no pensé en el dolor de mis piernas, después de 37 kiómetros sentí, pero ya faltaban cinco, jamás había tenido una experiencia así con mi tierra y mi gente, la piel se me puso chinita y no sentí dolor”, finalizó.
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