A mis hijas y maestras

La directora del Instituto Estatal de Cultura Física y Deporte de Nuevo León (INDE), Melody Falcó, publicó una emotiva carta, en cuyo contenido dedica palabras a sus hijas Fernanda y Montserrat para abordar el tema de la familia y el vínculo afectivo; el texto original se puede consultar en Milenio-La Afición, de donde hacemos la siguiente reproducción:

Si una maestra o maestro es una persona de quien aprendes, que te motiva a desarrollar nuevas habilidades y te permite una mayor comprensión de la vida, ustedes, Fernanda y Montserrat, son las dos profesoras que más han aportado a mi existencia.

Todos los días le doy gracias a Dios que me las haya mandado para enseñarme lo que significa el amor verdadero, y que no hay trabajo más complicado y demandante, y al mismo tiempo más importante y satisfactorio, que el de ser su mamá.

También les agradezco a ustedes por amarme y por ser exactamente como son, con esa alegría, disciplina y valentía para conquistar sus sueños, tanto deportivos como académicos, y por la generosidad con la que me ayudan a perseguir los míos.

Sé que ser hijas de una mujer deportista y profesionista, con una carrera tanto en la iniciativa privada como en el servicio público no es fácil. Tampoco es sencillo atender sus necesidades y organizarme para que nada les falte, mucho menos mi compañía en los momentos más importantes de su vida.

Ahora que las veo crecer y desarrollarse en el deporte, me veo reflejada en esa mirada de campeonas, conscientes de que el éxito y todo lo que de verdad importa son fruto del esfuerzo, del trabajo honesto y de la buena voluntad.

Ustedes también tendrán muchas personas que les ayudarán a educarse y a entrenarse, como los tuve yo, pero, así como yo me beneficié de una mamá que me acompañó, cuidó y enseñó a ser mujer, yo quiero darles cinco grandes consejos.

1. Ámense a sí mismas. No se comparen con nadie en ningún aspecto, porque son únicas y auténticas. No tienen porqué ajustarse al padrón de nadie. Respeten su esencia y ámense como son porque así las amo yo.

2. Sean amables, pero no sumisas. Sí se puede. La vida me ha enseñado que siempre puedes defender tu punto de vista de manera amable y educada.

3. Nunca hagan nada que no quieran. Conforme crezcan habrá gente con buenas o malas intenciones que tratarán de convencerlas de hacer o no hacer algo. Ustedes son libres y dueñas de sí mismas. La decisión siempre es suya (a menos que se los ordene yo :D).

4. Nunca se rindan. Se vale estar tristes cuando pasa algo malo o las cosas no salen como uno lo espera. Lo que no se vale es quedarse en la pena y dejar de intentarlo. Hay que aprender de los errores y volver a la pelea, mejores y más fuertes.

5. Sean responsables de sus acciones. La libertad es directamente proporcional a la responsabilidad. Deben asumir las consecuencias de sus actos y decisiones, sin buscar culpables. Solo haciéndose responsables podrán aprender y mejorar.

Ahora que como familia enfrentamos de nuevo el reto de impulsar el deporte en Nuevo León, les pido que me sigan apoyando como siempre lo han hecho, para colaborar en la construcción de un estado más justo y equitativo, donde todos podamos ser felices.

“Las amo infinitamente Nanda y Montse, y lo que más me hace feliz es verlas felices. Nunca lo olviden”